Desde hace siglos, los campesinos en Nepal muelen arroz y cereales con molinos de agua, denominados Ghattas. Pero recientemente, los molinos han sido modificados para tener un funcionamiento más eficiente y ahora incluso son capaces de generar electricidad. Casi un 25% de los 25.000 molinos tradicionales ya han sido modificados de manera que cada uno de ellos redujo las emisiones de CO2 en 6 toneladas anuales. Con la creciente industrialización de Nepal crece también la demanda de electricidad, por ello estos molinos proporcionan una alternativa ecológica para garantizar el suministro eléctrico. Se trata de un modelo exitoso que se podría implementar muchos países asiáticos. Un reportaje de Birgitta Schülke