El exterminio de los judíos ha sido investigado y confirmado históricamente. Sin embargo, hay personas que insisten en negar el genocidio. En muchos países europeos esto constituye un delito.
Publicidad
Ursula Haverbeck tiene 87 años y posee una visión muy propia de la historia. Desde hace años, es investigada por diferentes fiscalías alemanas a lo largo y ancho del país por el delito de incitación al odio contra un sector de la población. La anciana, que niega el Holocausto, ha ganado popularidad entre los extremistas de derecha.
En su opinión, Auschwitz no fue un campo de exterminio, sino un campo de trabajos forzados y el genocidio judío perpetrado por los nazis es "la mayor y más persistente mentira de la historia".
Negadores prominentes: David Irving…
Desde hace tiempo, la Justicia, los políticos y los medios se ocupan de las teorías de David Irving sobre la Segunda Guerra Mundial y, en especial, sobre el Holocausto. El británico, que ha finales de la década del 50 del siglo pasado trabajó como obrero metalúrgico en la Cuenca del Ruhr, ha escrito más de 30 libros sobre la Alemania nazi. Irving se hizo famoso en 1963 con el libro "La caída de Dresde", en el que exageró el número de víctimas citando documentos falsificados.
En la década de los 80 negó por primera vez el Holocausto. Desde entonces, se ha mostrado en público con extremistas de derecha, sobre todo en Alemania. El británico argumenta que Hitler no ordenó el exterminio judío y que ni siquiera sabía de la matanza. Un tribunal vienés lo condenó a tres años de prisión por haber afirmado que en Austria no existieron campos de concentración. Desde entonces, tiene prohibido entrar a varios países.
En 1993, la historiadora estadounidense Deborah Lipstadt lo describió como un "auténtico negador del Holocausto", que falsificaba los documentos y manipulaba los hechos en sus libros. Irving la denunció por difamación, lo cual supuso su ruina financiera. En el año 2000, la Alta Corte de Londres desestimó la denuncia. En palabras del juez Charles Gray, Irving "es un seguidor de los nazis, polemista, antisemita y racista, que se junta con extremistas de derecha para impulsar el neonazismo." Irving tuvo que pagar los costes del proceso, que ascendieron a cerca de 2,5 millones de libras esterlinas.
… y el obispo Richard Williamson
También el obispo británico Richard Williamson, un destacado representante de la Hermandad Sacerdotal San Pío X, es un prominente negador del exterminio judío. En 2008, rechazó la existencia de cámaras de gas. En entrevista con un periodista sueco, sostuvo además que "solo" fueron asesinados entre 200.000 y 300.000 judíos.
Puesto que Williamson sabía que la negación del Holocausto constituye un delito en Alemania y es sancionada con hasta cinco años de prisión, pidió que la entrevista solo se publicara en Suecia y no en Internet. Sin embargo, el periodista ignoró su petición. Como consecuencia, un tribunal de Regensburgo condenó en ausencia al obispo a pagar una multa. En 2012, la Hermandad Sacerdotal San Pío X excluyó a Williamson.
Tanto en Estados Unidos como en Gran Bretaña, la libertad de expresión abarca la posibilidad de negar el exterminio judío. En cambio, en muchos países europeos constituye un delito. En Austria y Francia se castiga a quien "niegue el genocidio nacionalsocialista u otros crímenes nacionalsocialistas contra la humanidad, les reste importancia, los apruebe o trate de justificarlos". También en Bélgica, Luxemburgo, República Checa y Polonia, la negación histórica representa un delito.
Autor: Volker Wagener
Castillo de Vogelsang: escuela nazi convertida en museo
Los nazis levantaron el castillo Vogelsang para formar a la élite del partido. Su arquitectura, símbolos e imágenes todavía recuerdan aquella época oscura, pero a partir de ahora, abrirá sus puertas como museo.
Imagen: DW/D. Crossland
Ideal nacionalsocialista
El 11 de septiembre se abrió un nuevo centro de visitantes y una exposición en el castillo de Vogelsang, un recinto que los nazis utilizaron como escuela para sus dirigentes. El centro de documentación albergará una exposición continua sobre la historia de este lugar. Entre los muchos objetos expuestos, destacan estos modelos idealizados de atletas.
Imagen: DW/D. Crossland
Ascenso rápido
Entre 1936 y 1939 se formaron aquí un total de unos 2000 jóvenes. Muchos de ellos procedentes de las clases medias de la sociedad, que habían padecido durante la recesión. El programa de formación de los nazis prometía rápidas posibilidades de ascenso y en el plan de estudios estaba muy presente la educación física.
Imagen: DW/D. Crossland
Imagen medieval del mundo
Estos estilizados caballeros tallados resguardan la entrada al castillo. El nacionalsocialismo utilizó frecuentemente modelos medievales para sus objetivos. Ser caballero indica valor, virtud y justicia. Además, participaron en las cruzadas contra los infieles y conquistaron parte del este de Europa. Hechos controvertidos que hoy todavía se discuten.
Imagen: DW/D. Crossland
Personas comunes convertidas en asesinos
Esta foto muestra una estatua con el ideal del “nuevo alemán”. Al lado, están los nombres de los llamados mártires, aquellos que fallecieron en el fracasado golpe de estado de 1923. En la exposición se muestran fotografías de personas comunes con uniforme convertidas en asesinos, así como pantallas con declaraciones de las víctimas del holocausto.
Imagen: DW/D. Crossland
De alumnos a monstruos
Stefan Wunsch, director de la exposición, muestra una foto en que se ve a la lituana Mascha Rolnikaite. Esta superviviente del holocausto habla en una entrevista sobre Franz Murer, “el asesino de Vilnius”. Este ex alumno de Krössingsee, otro de los centros de enseñanza nazis, fue responsable del asesinato de miles de lituanos.
Imagen: DW/D. Crossland
Información y esclarecimiento
Gabriele Harzheim, investigadora del castillo de Vogelsang, explica: “Aquí los visitantes se enfrentan a la pregunta de qué tiene que ver esto con ellos". En vista de la situación política actual en Europa, se entiende perfectamente la importancia de contar con un lugar así.
Imagen: DW/D. Crossland
Un lugar ensangrentado
La investigadora Gabriele Harzheim sostiene una foto histórica del castillo de Vogelsang. El edificio fue abierto al público en 2006 después de que el ejército belga abandonase el recinto y el área. Los funcionarios alemanes estaban ante el dilema de qué hacer con este edificio, que todavía está adornado con símbolos y estatuas nazis.
Imagen: DW/D. Crossland
Arquitectura ideológica
Las salas comunes de Vogelsang tienen una decoración lujosa y feudal, mientras otras salas como los cuarteles y los alojamientos eran más espartanas. Todo un símbolo del dominio de la comunidad sobre el individuo.
Imagen: DW/D. Crossland
Base militar tras la II Guerra Mundial
Vogelsang ofrece vistas espectaculares sobre los lagos y las colinas del parque natural del Eifel. Después de la II Guerra Mundial, durante 60 años fue una zona prohibida utilizada por los belgas y los británicos como base militar y como zona de ejercicios para las tropas.
Imagen: DW/D. Crossland
Visitantes inesperados
Los organizadores esperan que la exposición y todo el recinto reciban 300.000 visitas al año. No se podrá impedir que algunos neonazis visiten este lugar de información y documentación. Esta estatua podría ser uno de los escenarios favoritos para desplegar antiguos carteles de propaganda y hacerse fotos para el recuerdo.
Imagen: DW/D. Crossland
Un imán para la extrema derecha
La dirección del museo, los científicos y los responsables de turismo conocen el magnetismo que puede tener ese lugar para el “turismo oscuro”, personas fascinadas por las prácticas macabras el régimen nacionalsocialista. Los curadores han intentado contrarrestar ese "atractivo" con una exposición sobria y algunas modificaciones arquitectónicas.