Mientras que muchos niños en otras partes del planeta no tienen suficiente para comer, los niños europeos y especialmente los alemanes de entre 6 y 13 años "administran" un patrimonio de 6,370 millones de euros en el transcurso del año y alcanzan un poder adquisitivo de 5,120 millones de euros. En comparación con el año pasado recibieron un tres por ciento más, dijo Patricia Dähn de la editorial Axel Springer, una de las encargadas del estudio.

"Salario mensual"

Los niños reciben, según el informe realizado por los grupos editores, una media de 18 euros mensuales. En sus cumpleaños suelen recibir un promedio de 46 euros de regalo y en Navidades incluso 57 euros. En total los autores encuestaron a 1.975 niños y adolescentes que reciben mensualmente dinero de sus padres. Otra encuesta, publicada en una cadena de radio alemana el pasado mes de julio, indica que los niños de Luxemburgo son los que más dinero reciben en Europa. Con una media de 27 euros mensualmente, seguidos de los niños alemanes con 25 euros. Es decir, estos niños reciben regularmente cierta cantidad al mes, una costumbre que no se halla en otros países europeos. En los países de Europa del Sur los niños sólo reciben dinero si lo piden o si los padres quieren darles una recompensa.

¡Vayamos por los dulces!

¿Y adónde va a parar tanto dinero? Olaf Hansen director de promoción de la editorial Egmont Ehapa, coautora del informe, dijo en entrevista teléfonica con DW-World: " En primer lugar tanto chicas como chicos invierten su dinero en dulces, golosinas y chucherías". En segundo lugar, dice Hansen, los niños se gastan su dinero en helados y en tercer lugar compran "libros y revistas". Pero Hansen también puede constatar las diferencias entre niños y niñas a la hora de comprar. "Nuestro estudio revela que las chicas compran en quinto lugar discos compactos y todo lo que está relacionado con música. Los chicos se gastan el dinero en comida chatarra, "en cambio las chicas no, lo que se debe a que ellas intentan cuidar más su línea que los chicos", comenta Hansen.

Pero no todos los niños derrochan su dinero. El análisis revela que el 90 por ciento de ellos ahorra una parte de lo que recibe.