Con los caminos hacia Europa parcialmente bloqueados, los africanos que huyen de las calamidades que azotan a su continente se fijan otros destinos. Ahora, quienes los ayudan a movilizarse los llevan hasta América.
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Las autoridades mexicanas informaron en julio que el número de migrantes africanos en su territorio se había triplicado en poco tiempo. Se habla de 1.900 personas provenientes de Eritrea, Etiopía, Ghana, Somalia, Uganda y, sobre todo, de Camerún y la República Democrática del Congo, países golpeados por una severa crisis política. Ninguno de ellos tiene como meta quedarse en México; todos aspiran a recibir asilo en Estados Unidos o, de ser posible, llegar a Canadá. Pero, ¿a qué se debe la acentuación de su presencia en América?
Expertos en materia migratoria señalan que, tras el progresivo bloqueo de los caminos hacia la Unión Europea y dada la falta de perspectivas que sigue afligiendo a buena parte de la población joven de África, el éxodo de esa región se ha abierto otro cauce hacia nuevos destinos. La demanda atiza la oferta. Zacarías Gerrima, subdirector de la organización no gubernamental eritrea Africa Monitors, con sede en Uganda, sostiene que quienes ayudan a los africanos a movilizarse están llevando a cada vez más personas a América en avión.
Como muestra, un testimonio
En entrevista con DW, un joven de 23 años cuenta bajo condición de anonimato que huyó de su Eritrea natal aprovechando el apaciguamiento del longevo conflicto con Etiopía; ambos países firmaron un acuerdo de paz en julio de 2018. La frontera binacional, otrora vigilada tenazmente, fue abierta en septiembre del año pasado y el eritreo en cuestión la cruzó a pie sin problemas. Enseguida empezó a buscar el contacto con los traficantes de personas y consiguió uno que lo llevó en autobús hasta Uganda por unos 1.500 dólares estadounidenses.
Una puerta se cierra, otra se abre
Abundan quienes continúan arriesgando sus vidas al cruzar el mar Mediterráneo en botes muy precarios, pero poco a poco se ha ido consolidando una ruta aérea hacia el otro lado del Atlántico, explica Gerrima, quien monitoriza los movimientos de sus compatriotas eritreos a través de redes sociales como WhatsApp y Facebook. "Muchos vuelan desde un aeropuerto africano hasta Sudamérica –hasta Uruguay, por ejemplo– y, una vez allí, se enrumban por vía terrestre hacia Norteamérica evitando todos los controles”, señala Gerrima.
Estos viajes pueden durar meses y hasta años; pero el migrante aprende a ser paciente. No le queda otra opción. Hasta hace poco, los emigrantes eritreos salían de su país a través de Sudán, atravesaban el desierto para llegar a Libia y luego se lanzaban al mar Mediterráneo con miras a llegar a Europa. Pero ese trayecto dejó de ser transitado masivamente cuando los sudaneses comenzaron a detener a los eritreos y a deportarlos para demostrarle a las autoridades comunitarias que estaban cooperando con la Unión Europea, esgrime Gerrima.
El Gobierno de Sudán sabe que al repatriar a los eritreos está poniendo a muchos de ellos en peligro de muerte, subraya el operador de Africa Monitors. Desde 2015, cuando la Unión Europea recibió a una cantidad inusualmente grande de refugiados, el Club de los 28 firmó convenios con muchos de los Estados a lo largo de la ruta migratoria tradicional; en el marco de proyectos como Better Migration Management, por ejemplo, los centinelas fronterizos sudaneses fueron entrenados para cumplir su misión cabalmente.
El gran negocio
Críticos de esos programas acusan a los europeos de haber convertido a los africanos en sus cancerberos. Pero el que menos eritreos busquen refugio en Europa, no significa que la emigración eritrea se haya detenido. En 2018, 14.910 eritreos solicitaron asilo en la Unión Europea; dos años antes lo habían hecho 33.370. Mientras tanto, más y más eritreos están buscando protección en Uganda; en 2018 fueron 200.000. Por cierto, quienes antes traficaban personas a gran escala en Sudán y Libia, ahora hacen grandes negocios en Uganda.
La corrupción campea en las instituciones estatales ugandesas y eso facilita la tramitación de pasaportes. La amplia red internacional de traficantes de personas eritrea puede conseguir visas para viajar a países sudamericanos sin mayores obstáculos. Eso sí, dependiendo de las trabas por superar, un viaje transatlántico puede llegar a costar 30.000 dólares estadounidenses. Los traficantes lavan ese dinero abriendo restaurantes, hoteles y supermercados en Uganda. "Nuestro país puede estar siendo usado como territorio de tránsito”, arguye Moisés Binoga, de la Oficina para la Lucha contra el Contrabando y el Tráfico de Personas de Uganda, pero él no tiene pruebas concretas de ello. La política migratoria de la Unión Europea no consiguió su propósito de destruir las redes de traficantes de personas; lamenta Gerrima: "Lo que hizo fue conseguir que los traficantes se avisparan”.
Simone Schlindwein (erc/ers)
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¿Hacia dónde huyen los refugiados africanos?
Los africanos que abandonan sus países de origen suelen preferir el mismo destino, lo que recarga el peso en Estados que no están preparados para recibir esa demanda de ayuda. Uganda encabeza la lista.
Imagen: Getty Images/AFP/S. Heunis
Números de refugiados en África
Hay más de 30 millones de migrantes en África: eso incluye a los refugiados, desplazados internos y repatriados. Las cifras aumentaron en los últimos años y DW descubrió que los que abandonan sus países de origen tienden a ir al mismo destino. El niño de Sudán del Sur que se muestra en esta foto es uno de los muchos que encontraron refugio en un campamento de refugiados en Uganda.
Imagen: Imago/ZUMA Press/G. Cloarec
Sudán del Sur
Para finales de abril de 2018, 2,3 millones de personas de Sudán del Sur habían huido de su país a través de una frontera internacional, el número más alto entre los países africanos. Su principal destino: la vecina Uganda. La crisis de refugiados de Sudán del Sur es la tercera más grande del mundo, después de Siria y Afganistán. Muchos refugiados sudaneses del sur son niños.
Imagen: Getty Images/D. Kitwood
Un largo camino por recorrer
La República Democrática del Congo (RDC) es una de las naciones con mayor diversidad étnica del mundo. Esto es causa de tensión y contribuye a la violencia, lo que impulsa el desplazamiento de las personas. Los civiles sufren ataques de grupos armados y enfrentamientos entre comunidades. La mayoría de los ataques se reportan en el norte y sur de Kivu, Ituri, Tanganyika, Haut-Katanga y Haut-Lomami.
Imagen: Getty Images/AFP/P. Moore
República Democrática del Congo (RDC)
Cientos de miles huyeron del país hasta 2018. La RDC tiene que tratar con millones de desplazados internos, mientras otros muchos encontraron refugio en países vecinos. Uganda es su principal destino y actualmente alberga a unos 2,3 millones de refugiados de la RDC. Las razones también son geográficas, ya que Uganda comparte fronteras con muchas regiones devastadas por crisis.
Imagen: Reuters/J. Akena
Los somalíes huyen a Kenia
Somalia está golpeada por conflictos civiles que llevan a miles a huir a las vecinas Etiopía y Kenia y que han dejado a muchos somalíes al borde del hambre. El país carece de un gobierno central unificado. El grupo yihadista Al Shabaab, afiliado a Al Qaeda, controla gran parte del sur de Somalia, aunque las tropas de la Unión Africana le han propinado importantes derrotas.
Imagen: Getty Images/AFP/R. Schmidt
Somalia
El número de refugiados somalíes es casi tan alto como el de los refugiados de la República Democrática del Congo. Pero, el principal destino para los somalíes es Kenia. El campamento de Dadaab, un complejo de tres asentamientos, es el campamento de refugiados más grandes del mundo. Fue construido para albergar a 90.000 personas, pero ahora cobija a más de 200.000.
Imagen: Oli Scarff/Getty Images
Uno de los campamentos de refugiados más grandes del mundo
En toda África, los migrantes buscan un refugio seguro. Algunos lo encuentran en campamentos de refugiados como el más grande del mundo, en Dadaab, Kenia, donde pueden quedarse por años y comenzar nuevas vidas y familias. Esto contribuye al aumento del número de refugiados y explica por qué algunos niños nacen con el estatus de refugiados.
La República Centroafricana ha estado inestable desde su independencia de Francia en 1960. Los rebeldes musulmanes Seleka tomaron el poder en el país de mayoría cristiana en 2013. Bajo la presión internacional, Seleka entregó el poder a un gobierno de transición en 2014, pero siguieron meses de violencia y la República Centroafricana quedó dividida.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/D. Belluz
Luchando para surgir
Burundi es una de las naciones más pobres del mundo. Tras una guerra civil de raíces étnicas de 12 años, el país todavía lucha por recuperarse. La generalmente dominante minoría tutsi y la mayoría hutu no han logrado superar las tensiones desde la independencia del país en 1962. En 1994, una guerra civil entre los dos grupos étnicos dio lugar a uno de los conflictos más persistentes de África.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/Abdi Warsameh
Burundi
Burundi ha estado en otra crisis desde abril de 2015, después del anuncio del presidente Nkurunziza de que se postularía para un tercer mandato. La economía ha disminuido significativamente debido a la inestabilidad política y la inseguridad. Persisten las violaciones de derechos humanos como los secuestros y torturas cometidas por la Policía, el Ejército y la liga juvenil del partido gobernante.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Entre la vida y la muerte
En Nigeria, el país más poblado de África, miles de personas han muerto en los últimos años en ataques liderados por la organización terrorista islamista Boko Haram. Al mismo tiempo, las aspiraciones separatistas crecieron y la imposición de la ley islámica en varios estados del norte ha traído divisiones y provocado que miles de cristianos huyan, a veces en un peligroso viaje por el desierto.
Imagen: Getty Images/AFP/S. Ag Anara
Nigeria
El conflicto es la principal causa de la crisis humanitaria en Nigeria. En el noreste, Boko Haram ha afectado a más de 14 millones de personas. El grupo lleva a cabo ataques contra militares y civiles en Borno, Yobe y Adamawa. El conflicto entre pastores y agricultores en el Cinturón Medio de Nigeria y los estados del sur se ha vuelto cada vez más violento, matando y desplazando a miles.