La llegada de los primeros observadores se produce cuatro días después de la entrada en vigor del alto el fuego en Al Hudeida.
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El primer grupo de observadores de la ONU llegó este sábado (22.12.2018) a la capital yemení, Saná, para empezar su misión de vigilancia del cumplimiento de la tregua entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes hutíes en la ciudad de Al Hudeida, que entró en vigor el martes.
El grupo está compuesto por seis miembros y llegó a Saná a bordo de un avión del Programa Mundial de Alimentos procedente de Ammán, tal y como pudo constatar Efe.
Los observadores viajaron al Yemen poco después de que lo hiciera el jefe de la misión de la ONU encargada de supervisar la implementación de la tregua en Al Hudeida y otros puntos del denominado acuerdo de Estocolmo, alcanzado la semana pasada por las partes beligerantes con la mediación de Naciones Unidas, general Patrick Cammaert.
Cammaert llegó esta mañana al aeropuerto de la ciudad costera de Adén, donde se encuentra la sede provisional del Gobierno yemení reconocido internacionalmente, y se reunió con el gobernador de la provincia de Al Hudeida, Al Hassan Taher, y otros representantes del Ejecutivo.
El viernes, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el envío de "un equipo de avanzadilla para comenzar a supervisar, apoyar y facilitar la inmediata aplicación del acuerdo de Estocolmo" por un periodo inicial de 30 días.
Cuatro días de alto el fuego en Al Hudeida
La llegada de los primeros observadores se produce cuatro días después de la entrada en vigor del alto el fuego en Al Hudeida a las 00:00 hora local (21:00 GMT) del día 18 de diciembre, en aplicación del pacto sellado en Suecia.
El último eslabón - Yemen y el comercio de armas
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Además de en la propia urbe, los observadores podrían ser desplegados en los puertos de Al Hudeida, Salif y Ras Isa, todos en la costa del mar Rojo, en el oeste del Yemen.
El portavoz de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, no reveló el viernes el número de observadores pero precisó que varios ya han participado en otras misiones de la ONU, así como que no llevarán uniforme militar, aunque sí distintivos especiales de la organización internacional.
EAL (efe, reuters, ap)
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Ir al colegio en tiempos de guerra
En los países de Medio Oriente en guerra, los niños no solo están en peligro, sino que a menudo su educación está perjudicada.
Imagen: Reuters/K. Ashawi
Las clases siguen a pesar de la destrucción
Estas niñas van a clase en la ciudad portuaria de Hedeidah, en Yemen, a pesar del hecho de que una de las paredes ha sido casi completamente destruida por los bombardeos de la coalición que encabeza Arabia Saudí. La guerra civil yemení lleva ya tres años y no hay fin a la vista. Desde 2015, Riad lidera una coalición contra los houthis, apoyados por Irán.
Imagen: Reuters/A. Zeyad
Aprender en un granero
Siria es otro país de Medio Oriente destrozado por una guerra civil, con millones de desplazados y cientos de miles de muertos. Algunos niños desplazados van a clase en este granero por la falta de edificios escolares en el área rebelde de Daraa, en el sur del país. Las sillas son otra de las carencias más comunes, por lo que muchos niños se ven obligados a sentarse sobre piedras.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Abazeed
Acuerdo fallido
Pese a que Irán y Rusia, ambos aliados del presidente sirio, Bashar al-Assad, acordaron en julio con Turquía (que apoya a los rebeldes) convertir Ghouta Oriental en una "zona de reducción de las hostilidades", el acuerdo ha sido violado una y otra vez. Esta escuela del pueblo de Hamouria no pudo escapar de los ataques y los trabajadores humanitarios han advertido de la grave situación del enclave.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Almohibany
Colegio improvisado
Niños sirios reciben clase en condiciones improvisadas en la ciudad de Daraa, en el área rebelde. A pesar de que muchos países están intentando que los niños de Siria no se conviertan en una "generación perdida" por la falta de educación, la guerra está haciendo difícil, a veces imposible, que las clases sigan.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Abazeed
Vuelta a la normalidad entre señales de guerra
La pared de esta escuela en el pueblo sirio de Hazima, al norte de Raqqa, está plagada de agujeros de bala de la guerra. El grupo extremista Estado Islámico cerró este y muchos otros colegios del norte de Siria cuando se hizo con el control de la región en 2014. Ahora que ha sido expulsado, los niños pueden volver a sus asignaturas normales y dejar atrás la propaganda extremista.
Imagen: Reuters/Z. Bensemra
Juegos entre ruinas
"¿Dónde juegan los niños?", se preguntaba en una canción el cantante británico Yusuf Islam, más conocido por su nombre artístico, Cat Stevens. Estos niños han encontrado su patio de juegos en un colegio de al-Saflaniyeh, en la provincia de Alepo oriental. Cualquiera desearía, sin embargo, que tuvieran un rincón más bonito y seguro para sus juegos. Autor: Timothy Jones (EAL/RRR)