Los padres alemanes quieren que sus hijas se llamen Greta
Meike Kruger
17 de noviembre de 2019
Greta Thunberg es una inspiración no sólo para los jóvenes activistas del clima, sino también para los futuros padres. Según una encuesta, hay cada vez más parejas que quieren el nombre de la ecologista para sus niñas.
Canadá, Edmonton: Greta Thunberg frente al Edificio de la Legislatura de Alberta.Imagen: picture-alliance/D. Chidley
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La joven activista Greta Thunberg, de 16 años, ha logrado un gran reconocimiento a nivel internacional. Para muchos, su compromiso con el medio ambiente la hace una heroína, al punto que los futuros padres ven en ella una inspiración, al menos en Alemania. Una encuesta de DW, realizada a través del portal de Internet Babelli.de, mostró que pronto habrá más niñas llamadas Greta. El objetivo de la consulta fue preguntar a mujeres embarazadas el nombre que le pondrán a sus hijas. Dos por ciento escogió Greta. Además, una de cada cinco parejas próximas a ser padres dijo que consideran que la activista sueca es un modelo a seguir.
Una declaración a través de un nombre
Según Knut Bielefeld, administrador de la página web "beliebte-vornamen.de", los futuros padres deciden el nombre que pondrán a sus hijos al inicio del embarazo. La forma como suena el nombre es un factor determinante a la hora de escogerlo. Además, una vez que los padres se han decidido por uno, tiene poca o ninguna importancia la opinión de la familia o círculo de amigos. Bielefeld estima que habrá un aumento significativo de Gretas, especialmente como segundo nombre. Los padres, por lo general, escogen un segundo nombre para hacer una declaración.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. Gentsch
Los formas cortas de nombres, tales como Greta -que se deriva de Margarethe-, también se están volviendo más y más populares, en particular entre parejas que se desenvuelven en entornos académicos. Asimismo, los nombres alemanes antiguos no dejan de ser populares.
Por perla y "Greteln”
El nombre Greta se volvió popular como primer nombre a partir de 1990, mientras que Margarethe se registró por primera vez en Alemania a finales del siglo XIX. Según el investigador alemán Jürgen Udolph, este nombre fue importado de Persia por el cristianismo a través de Roma y Grecia.
Otra razón por la que los futuros padres eligen Margarethe podría ser su bello significado: "perla". Solo el futuro nos dirá si este nombre se impondrá en Alemania o si se hará más popular en el resto del mundo. Hoy podemos agradecer a Greta Thunberg por una nueva asociación a la palabra: "Greteln", que significa comprometerse con la protección del medio ambiente. (lsp/dzc)
El velero de Greta Thunberg: travesía sin lujos
El "Malizia II" es un velero de competencia sin baño a bordo. El viaje hasta Estados Unidos será todo menos cómodo. Se trata de lograrlo con rapidez y libre de emisiones.
El "Malizia II" es un velero de 18 metros de largo y casi seis de ancho. Puede navegar a 25 nudos (46 km/hr) y no requiere de combustibles fósiles para su funcionamiento. Cuenta con paneles solares, turbinas submarinas y hélices en la popa. Su motor diésel está sellado, pero puede ponerse en marcha en caso de emergencia.
El interior del yate es todo menos cómodo y casi espartano. Es ruidoso por dentro y cuando hay vientos fuertes el pasajero se desliza hacia atrás y hacia adelante. A partir de los 15 nudos, el ruido bajo cubierta se vuelve ensordecedor. En el área de controles de navegación (en la foto: Boris Herrmann) se monitorean permanentemente las condiciones del viento.
A bordo del "Malizia II" no hay ducha ni WC. Los que tienen que ir al baño mandan a los demás al interior para estar solos. Una cubeta sirve como inodoro, los desechos caen en bolsas biodegradables que posteriormente serán lanzadas al mar.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/K. Wigglesworth
Alimentos para astronautas
La cocina es una pequeña estufa de gas. El menú consiste en alimentos para astronautas preenvasados que pueden ser calentados. Greta Thunberg y su padre son veganos.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/K. Wigglesworth
Boris Herrmann: experimentado
Boris Herrmann, nacido en Oldenburgo, llevará a Greta Thunberg a Nueva York. El marinero profesional de 38 años ha circunnavegado el mundo en tres ocasiones. En 2020/2021 quiere convertirse en el primer alemán en ser parte del "Vendée Globe" con el "Malizia II", una competencia sin escalas para navegantes individuales que se disputará a nivel mundial y es considerada la más difícil.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/K. Wigglesworth
Remedios para el mareo
"Entonces vomitaré durante dos semanas", dijo Greta Thunberg a la revista "Stern" cuando se le preguntó si le temía el mareo. La probabilidad no es exactamente baja en vista de las grandes olas del Atlántico. "Incluso yo me mareo de vez en cuando", dijo el capitán Boris Hermann en la entrevista. Pero a bordo hay medicinas contra el mareo.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/K. Wigglesworth
Acampar en un bote
Greta Thunberg y su padre utilizan dos literas para dormir: una de ellas consiste en un marco sobre el que se estira una tela. Encima de ella se encuentra una colchoneta y un saco de dormir. Boris Herrmann compara la experiencia de dormir con una tienda de campaña que se levanta y donde el suelo se tambalea todo el tiempo.
Imagen: borisherrmannracing.
La tripulación
A bordo del "Malizia II" viajan el capitán, Boris Herrmann (izquierda), el padre de Greta Thunberg, Svante Thunberg (centro), y Greta Thunberg, así como el cineasta Nathan Grossmann, quien realizará un documental sobre el viaje de dos semanas, y Pierre Casiraghi, segundo al mando.
Imagen: picture-alliance/dpa/C. Krüg/Team Malizia
Equipo afiatado
El copiloto Pierre Casiraghi (izquierda) es hijo de Carolina de Hannover, princesa de Mónaco. Casiraghi fundó el "Team Malizia" en 2016, con el cual participa en competencias internacionales. Herrmann y Casiraghi son buenos amigos y compañeros de equipo en el Team Malizia. Ambos dirigen el "Mailizia II".
Boris Herrmann explica a Greta y su padre el papel que juega el clima en su viaje por el Atlántico. La ruta va desde Plymouth, al sur de Inglaterra, por más de 5.500 kilómetros a través del Atlántico, hasta Nueva York. Si el clima o la salud de los tripulantes lo exigen, el "Malizia II" podría dar media vuelta.
