DW: Las críticas a Suecia no solo provienen de israelís. ¿A quién le sirve el reconocimiento de Palestina?

Usama Antar: Este reconocimiento sirve para conseguir la paz. Se trata de un importante aporte de Suecia al proceso de paz y al rescate de la propuesta de permitir la existencia los dos Estados: Israel y Palestina. Sin ayuda exterior, esta iniciativa de solución puede perderse, porque la política israelí de hechos consumados lo impiden.

Algunos critican la decisión de Suecia porque, de hecho, no cambia nada y deja los problemas sin resolver…

Suecia ha motivado a Francia, Irlanda y España a hacer lo mismo. Israel y Palestina son dos partes desiguales. Los israelíes colonizan, a diario, territorios palestinos, cortando con sus nuevas construcciones el paso y las comunicaciones con la Franja de Gaza. Todo el que use la razón se da cuenta de que la existencia de los dos estados es la mejor solución, pero Israel destruye esa alternativa.

Según usted, ¿será más probable la propuesta de los dos Estados cuantos más países reconozcan Palestina?

Los palestinos necesitan una esperanza, para poder seguir recorriendo el camino de la paz. Lo dice también el presidente, Mahmud Abbas, que es un convencido de que solo por medios pacíficos se puede construir un Estado, pero sin ayuda exterior es imposible. Los palestinos son humillados por la política de Israel. Si los europeos dan el primer paso, a menudo, los estadounidenses se han animado a seguirlos.

Un reconocimiento de Palestina como Estado no arregla los problemas entre Palestina e Israel…

Así es. Pero el reconocimiento obligaría a Israel a regresar a la mesa de negociaciones. Por eso les agradecemos a los europeos su decisión. Ellos buscan impedir el surgimiento de una tercera Intifada. Los palestinos pierden cada vez más su esperanza, por eso esperan ayuda por parte de Europa.

Ayuda, ¿en que forma?

Ayuda política, sobre todo. Una ayuda que le haga recuperar la esperanza a los palestinos sobre una solución pacífica y una coexistencia en paz con Israel. De lo contrario, crecerá la radicalización. Y eso es lo que queremos evitar. Por eso necesitamos esperanza, justamente de los países que más respaldan a Israel, Estados Unidos y los europeos.