Sobre todo en Suecia y Alemania, los partidos piratas se ven a sí mismos como la fuerza política emergente. “En tan sólo 42 meses hemos registrado un drástico crecimiento y creciente atención en el mundo entero”, afirma Andrew Norton, director de la asociación internacional de los partidos pirata en su página internet. Entre tanto ya hay 35 partidos pirata en todo el mundo, entre otros países, en Argentina, Perú, Brasil y España.

En Suecia el Piratpartiet alcanzó un 7,1 por ciento de los votos durante las pasadas elecciones al Parlamento Europeo el 7 de junio. Los 215.000 votos obtenidos en Suecia valieron a la formación obtener un escaño en la Eurocámara, que ocupa el ingeniero informático Christian Engström.

Avance en Alemania

En Alemania el éxito logrado por el Piratenpartei fue incluso mayor, al obtener 229.000 votos, cifras que se relativizaron debido al tamaño del país (0,9 por ciento de los votos), y no se tradujeron en otro escaño para el candidato Andreas Popp. Los resultados sin embargo, fueron excepcionales considerando que fue la primera vez que la formación tomó parte en la campaña para ingresar al Parlamento Europeo.

“Pese a que muchos votantes apenas si nos conocen obtuvimos un resultado excelente, lo que demuestra que muchos ciudadanos se identifican con nuestros objetivos”, afirma Andreas Popp. El partido comenzará el próximo 13 de agosto su campaña para las elecciones generales que tendrán lugar en septiembre y las empresas demoscópias dan por sentado que obtendrá el 5% de los votos necesarios para ingresar al Parlamento alemán.

Suecia, caso ejemplar

Como el grupo ABBA y los muebles Ikea, el movimiento ha cobrado fuerza en Suecia, un poco en broma y en serio, aunque inicialmente fue fundado por razones jurídicas. Un tribunal sueco emitió una multa de 3,6 millones de dólares a los operadores de un buscador llamado Pirate Bay en abril de este año. Medios afirman que la sentencia se produjo bajo dudosas circunstancias y por presión del juez Thomas Norström, miembro de varias organizaciones de patentes. La condena provocó tal indignación entre la opinión pública sueca, que dió paso a la fundación del Piratpartiet.

Desde entonces el partido propaga a los cuatro vientos sus ideales que van ganando cada vez más adeptos. Los ciberpiratas afirman que el libre intercambio de archivos no es robo, proponen una reforma de las leyes de derecho de autor y afirman que es imprescindible abolir las patentes. Se trata de una especie de lucha de clases digital en la que los ciberpiratas denuncian que el acceso al conocimiento y a la cultura pasa, como todo en el sistema en el que vivimos, por el dinero. Quien no lo tiene queda excluido.

La tendencia en Europa da la razón a los ciberpiratas. Uno de cada tres jóvenes europeos menores de 24 años no pagaría por descargar música o películas en Internet, según un informe publicado hace unas semanas por la Comisión Europea. Esto preocupa a la UE, que prepara nuevas normas que faciliten a los usuarios acceder a música y películas sin recurrir a la piratería.

Autora: Eva Usi

Editora: Emilia Rojas Sasse