Tras el aval presentado por Eduardo Cunha, el pedido de apartar a la presidenta tendrá que ser analizado por la Cámara y el Senado de Brasil. Mientras dure el proceso, Rousseff podría ser apartada del cargo.
Publicidad
El presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, recibió el jueves (03.12.2015) una petición de apertura de un proceso de destitución contra la presidenta Dilma Rousseff. El procedimiento es el siguiente.
¿Quién presentó la solicitud?
La demanda fue presentada el 21 de octubre de 2015 por los abogados Hélio Bicudo y Miguel Reale Júnior.
¿Cuáles son las acusaciones?
Los abogados acusan a Rousseff de haber cometido un crimen de responsabilidad fiscal. El pedido estaría basado en la recomendación realizada por el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) para que el Congreso rechace los presupuestos anunciados por Dilma en 2014. Y es que en los presupuestos presentados por el Gobierno estarían incluidos los “pedaleos” fiscales, nombre que reciben las maniobras que estaría realizando el ejecutivo brasileño para maquillar las cuentas públicas, a través del aplazamiento de los pagos y el uso de la banca pública para cubrir deudas.
Aunque este tipo de acusaciones pueden ser presentadas por cualquier ciudadano, es necesario demostrar intenciones criminales por parte del jefe del Estado que tengan relación con el mandato vigente.
Los juristas que consideran que las irregularidades fiscales no son motivo suficiente para poner en marcha un proceso de destitución, argumentan que sería necesario presentar pruebas objetivas de que Dilma está involucrada en las desviaciones de Petrobras, tal y como se menciona en el procedimiento presentado en la Cámara.
¿Cuál es el siguiente paso?
Tras la aceptación por parte del presidente de la Cámara, la demanda será analizada por una comisión especial formada por 66 diputados titulares y el mismo número de suplentes, todos ellos nombrados por los líderes de sus partidos y que dependerán del número de representantes que tengan en el Congreso. El comité se pronunciará al respecto y aceptará, o no, la apertura del proceso que después de debatiría en sesión plenaria.
¿Cómo será la defensa de Dilma?
Durante el proceso, la Presidenta tendrá diez sesiones para defenderse de las acusaciones. Una vez haya terminado la defensa, la comisión integrada por los diputados previamente elegidos contará con cinco sesiones para aprobar el informe final a favor o en contra de la apertura del proceso.
¿Cómo se llevará a cabo el proceso en el Congreso?
Dos días después de la publicación de la resolución, será incluida en el orden del día de la siguiente sesión plenaria. Para poder abrir el proceso, necesitará el respaldo de al menos dos terceras partes del Parlamento, es decir, 342 del total de 513 diputados.
En caso de que sea aprobado en la Cámara de Diputados, el proceso pasará al Senado, dónde tendrá que ser votado antes de que pasen 180 días. Durante ese período, Rousseff será apartada de su cargo.
En el Senado, la sesión que decidirá sobre el proceso de destitución de Rousseff estará liderada por el presidente del Superior Tribunal Federal (STF). La demanda tendrá que ser aprobada por dos tercios de los 81 senadores, es decir, necesitará al menos 54 votos a favor.
¿Qué sucederá si es declarada culpable?
Si la Presidenta queda absuelta por el Senado, recuperará inmediatamente su cargo. Si es declarada culpable, perderá su mandato y no podría presentarse a unas elecciones durante 8 años, al igual que le sucedió a Fernando Collor de Mello en 1992.
¿En caso de se iniciase el proceso de impeachment, quién asumiría la presidencia?
En caso de que quede impedida, el vicepresidente, Michel Temer, se hará cargo de la presidencia. Si él también queda suspendido por motivos tales como la casación de irregularidades, la solución dependerá de cuándo hayan sido apartados de sus cargos. Si sucede antes de que se cumpla el segundo año de mandato, se convocarán nuevas elecciones con voto directo.
Si, por el contrario, ocurre cuando el Gobierno ya haya cumplido dos años en el poder, se deberían celebrar elecciones indirectas con voto parlamentario.
Hasta que tengan lugar esas elecciones, el presidente de la Cámara de Representantes dirigirá el país.
Altos y bajos en la trayectoria política de Dilma Rousseff
Antes de llegar a la presidencia de Brasil, Dilma Rousseff luchó contra la dictadura y un cáncer, y fue ministra de Lula. La crisis económico-política y un juicio de destitución se convirtieron en su mayor adversario.
Imagen: Roberto Stuckert Filho
Un agitada vida política
Un vistazo a la vida política de Dilma Rousseff, que comenzó ssiendo muy joven. A fines de los años 60 integró organizaciones que combatían la dictadura, hasta ser tomada presa, en enero de 1970, y torturada durante más de 20 días. Cuando salió de prisión, dejó la lucha armada y se mudó a Río Grande do Sul, donde estudió Economía y ayudó a fundar el Partido Democrático de los Trabajadores (PDT).
Imagen: AP/Arquivo Público do Estado de São Paulo
Junto a Lula
Dilma se afilió al Partido de los Trabajadores (PT) en 2001, cuando era secretaria de Minas y Energía de Rio Grande do Sul. Con la elección de Luiz Inacio "Lula" da Silva, en 2002, fue nombrada ministra de Minas y Energía. En 2005, asumió la jefatura de la Casa Civil. Ese cambio marcó el inicio de una reforma ministerial en medio de una crisis política.
Imagen: Ricardo Stuckert/PR
Ministra "de línea dura"
Cuando era ministra y jefa de la Casa Civil, Dilma anunció la creación de un Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), en 2007, que no se desarrolló como se esperaba, y asumió la dirección de iniciativas como el programa “Mi casa, mi vida”. En 2009 presentó un marco regulatorio que define las reglas de la explotación de las reservas de petróleo del presal.
Imagen: A. Nascimento/ABr
Su lucha contra el cáncer
En abril de 2009 se le diagnosticó cáncer linfático. Tras una cirugía y meses de radioterapia, Dilma anunció en septiembre de ese año que estaba curada. Ya era precandidata del PT para suceder a Lula. “Si uno se desarma ante esta dolencia, ella vence. Pero si uno no lo hace, percibe que la vida no acabó, y que incluso puede estar mejor que antes”, dijo a DW sobre su enfermedad.
Imagen: AP
Llegada a la presidencia
En octubre de 2010, Dilma dejó de ser una actriz secundaria en el escenario político para ser la sucesora de la política del expresidente Lula. Ganó en segunda vuelta contra José Serra y pasó a ser la primera presidenta de la historia brasilera. Asumió el cargo el 1º de enero de 2011.
Imagen: AFP/Getty Images/Evaristo Sa
Primer discurso en la ONU
“Por primera vez en la historia de las Naciones Unidas, una voz femenina inaugura el debate. Es la voz de la democracia y la igualdad amplificándose en esta tribuna”, dijo Dilma en la apertura de la 66ª Asamblea General de la ONU, en septiembre de 2011. Allí resaltó el papel de la mujer en la sociedad y en la política, lamentó la ausencia palestina y defendió la reforma del Consejo de Seguridad.
Imagen: picture-alliance/dpa
Dimisión de ministros
De los 39 ministros que integraban el equipo de la presidenta electa, ocho dejaron sus cargos en los primeros 14 meses de mandato tras escándalos. Siete de ellos venían del gobierno de Lula. De los ocho que dimitieron, solo Nelson Jobim, entonces ministro de Defensa, no estaba envuelto en denuncias de corrupción.
Imagen: AP
Inclusión social
Durante su primer mandato, Dilma dio continuidad a programas sociales del gobierno de Lula como la Bolsa Familia y Mi casa, Mi vida, y subastó el Campo de Libra, en el presal, destinando recursos a la educación y a la salud. También se crearon nuevos programas, como Pronatec y Más Médicos, este último, objeto de duras críticas por las entidades médicas, que realizaron protestas y huelgas.
Imagen: picture alliance/AE
Corrupción en Petrobras
En marzo de 2014, la Policía Federal de Brasil puso en marcha la Operación Lava Jato para investigar un megalavado de dinero que envuelve a Petrobras, a grandes empresas del país y a decenas de políticos. El escándalo en la petrolera estatal sirvió de combustible a la oposición durante la campaña electoral en ese año.
Imagen: AFP/Getty Images/K. Betancur
Elecciones disputadas
Dilma fue reelecta el 26 de octubre de 2014 con 54,5 millones de votos, en segunda vuelta, en una de las elecciones más disputadas de la historia de Brasil, con una diferencia de apenas 3,5 millones de votos para el segundo, Aécio Neves (PSDB). La campaña estuvo marcada por ataques verbales, escándalos y la muerte de uno de los candidatos, Eduardo Campos (PSB), sustituido por Marina Silva.
Imagen: picture-alliance/dpa/Sebastião Moreira
Crisis económica
Con una victoria apretada, Dilma enfrentó la paralización del crecimiento económico. En su primer mandato, el PIB creció menos de lo esperado, pero para los próximos dos años, la proyección fue aún peor: de retracción. La inflación, que viene creciendo desde 2012, superaría el techo prefijado en 2015, lo que no ocurría desde 2003.
Imagen: E. Sa/AFP/Getty Images
Protestas y reprobación
Las manifestaciones de junio de 2013 apenas afectaron a Dilma. En 2015, por otro lado, centenas de miles de personas salieron a la calle en Brasil para protestar específicamente contra el gobierno de la presidenta y los escándalos de corrupción. La gestión de Dilma Rousseff, que llegó a ser aprobada por el 73% de los brasileros en 2011, vio caer esa cifra a un 8% cuatro años más tarde.
Imagen: Getty Images/AFP/E. Sa
Déficit de presupuesto
En agosto de 2015, enfrentándose con el Congreso, el gobierno presentó una propuesta de presupuesto para 2016 con una previsión de déficit de 30,5 billones de reales, algo inédito. La decisión llevó a que la agencia de clasificación de riesgo Standard & Poor’s rebajara la nota de Brasil. Luego, el gobierno anunció un ajuste fiscal que aún trata de negociar con el Congreso.
Imagen: picture-alliance/epa/F. Bizerra jr.
"Maniobras" fiscales
A comienzos de octubre, el Tribunal de Cuentas de la Unión Brasilera recomendó rechazar las cuentas de 2014. La decisión es usada por la oposición para fundamentar un pedido de proceso de destitución para Rouseff. Dilma anunció el corte de ocho ministerios, la extinción de 30 secretarías en todas las carteras y la reducción de un 10% del salario para los ministros y para sí misma.
Imagen: Reuters/U.Marcelino
Cunha, pieza clave del juego político
El presidente de la Cámara de diputados, Eduardo Cunha, rompió con el gobierno cuando fue investigado por el escándalo de Petrobras. En vez de perder fuerza por las denuncias de corrupción, se mantiene firme en el poder y su actuación es decisiva para abrir un proceso de destitución contra Dilma, lo que desea la oposición.