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Planes de instalar misiles de largo alcance en suelo alemán

12 de julio de 2024

Debido a la agresión rusa contra Ucrania, Estados Unidos se propone volver a emplazar armas de largo alcance en Alemania. Partidos de los márgenes de izquierda y derecha advierten de una nueva espiral armamentista.

Un misil Tomahawk.
La nueva generación de misiles Tomahawk.Imagen: Everett Collection/picture alliance

Por primera vez desde la década de 1990, Estados Unidos se propone emplazar nuevamente armas de largo alcance en Alemania. Así se acordó en la última cumbre de la OTAN. "Sabemos que en Rusia ha habido un increíble rearme, con armas que amenazan el territorio europeo”, dijo el canciller alemán, Olaf Scholz, en Washington.

Tras el término de la Guerra Fría, Estados Unidos había reducido considerablemente sus arsenales de largo alcance en Europa, al igual que la Unión Soviética y su sucesora, Rusia. Había entonces una atmósfera de distensión. La seguridad parecía garantizada. Pero, desde el ataque ruso a Ucrania en 2022, retornó la antigua confrontación. Y el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, percibe vacíos en la capacidad defensiva dignos de "tomarse seriamente en cuenta”, según dijo a la emisora Deutschlandfunk.

Cuestión de alcance

En cuanto a las armas que habrían de ser emplazadas a partir de 2026, se trata de misiles de crucero del tipo Tomahawk. Estos han demostrado su utilidad desde hace más de 30 años, y recientemente en la lucha contra los rebeldes hutíes en Yemen.

Los misiles de crucero, a diferencia de los cohetes que tienen una trayectoria elíptica, vuelan paralelamente al suelo, a muy poca altura. Por eso son difíciles de detectar para los radares y de interceptar. También se planea instalar en Alemania misiles de velocidad ultrasónica y alcances superiores a los 2.750 kilómetros, pero estos todavía se encuentran en fase de desarrollo.

Alemania posee misiles de crucero del modelo Taurus, pero tienen un alcance de solo unos 500 kilómetros, y son lanzados desde el aire. Los Tomahawk, en cambio, pueden lanzarse desde tierra o desde barcos, y pueden volar hasta 2.500 kilómetros. La distancia entre Berlín y Moscú, en línea recta, es de unos 1.600 kilómetros.

Hasta el enclave ruso de Kaliningrado, en el Báltico, hay menos de 600 kilómetros. Desde allí proviene también la mayor amenaza, a juicio de Pistorius. "Sospechamos que Rusia ha instalado esos sistemas desde hace un tiempo, entre otros lugares, en Kaliningrado, es decir, a una distancia desde la que se puede alcanzar Alemania y otras naciones europeas”, dijo el ministro en la televisión alemana.

Preocupación por una carrera armamentista

Las reacciones políticas al planeado emplazamiento de estas armas son divergentes. En términos generales, los partidos de centro lo aprueban, y los de los márgenes los rechazan. El partido socialdemócrata, de Scholz, se considera a favor de la paz, pero estima que es un paso necesario. También lo aprueban básicamente sus socios de coalición, Los Verdes y los liberales del FDP, y el mayor partido opositor, el cristianodemócrata (CDU).

Representantes de los partidos Alternativa para Alemania (AfD), La Izquierda, y la recientemente fundada Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) manifestaron preocupación por una nueva carrera armamentista. "El emplazamiento sólo convierte a Alemania en un blanco”, dijo el portavoz del AfD, Tino Chrupalla. "El canciller Olaf Scholz no actúa en interés de Alemania”, agregó.

"Definitivamente, nos tenemos que preparar para una nueva carrera armamentista”, opina Tim Thies, del Instituto de Investigaciones para la Paz y Política de Seguridad, de Hamburgo. Consideró que "las armas planeadas pueden aportar importantes capacidades para la estrategia de la OTAN, y, sin embargo, hay que partir de la base de una reacción rusa”.

Paralelos y diferencias históricas

Vuelve a hacerse presente el recuerdo de la "Doble resolución de la OTAN”, de los tiempos de la Guerra Fría. En 1979, la alianza occidental anunció el emplazamiento de cohetes de mediano alcance y misiles de crucero atómicos en Europa, como reacción a la amenaza soviética. Al mismo tiempo, ofreció a Moscú conversaciones de desarme. Eso condujo algunos años después a varios acuerdos de desarme nuclear. Pero la resolución de la OTAN dividió a la sociedad y a la esfera política germano occidental y hubo masivas manifestaciones contra el emplazamiento. También Olaf Scholz protestó en ese entonces, cuando era miembro de las juventudes socialistas.

Thies hace notar que "el proceso condujo finalmente al tratado INF [Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio, INF, por sus siglas en inglés] y al desmantelamiento de cientos de cohetes estadounidenses y un número mayor de cohetes soviéticos”. Pero agrega que "el camino hacia allá no era inevitable y fue preparado, no en último término, por la especial relación entre Reagan y Gorbachov”.

También soldados participaron en manifestaciones contra el emplazamiento de misiles de crucero en Alemania en 1983.Imagen: Heinz Wieseler/picture alliance

Pensar una salida a la espiral armamentista

El emplazamiento de armas que ahora se proyecta ha sido concebido, a todas luces, como una solución provisional. De este modo, se estaría dando tiempo a Alemania para desarrollar armas propias. Por lo pronto, representantes de Alemania, Francia, Italia y Polonia firmaron en Washington la declaración de intenciones para desarrolla misiles de crucero con un alcance de más de 500 kilómetros.

Las reacciones de Moscú al anuncio del emplazamiento de los misiles fueron las esperadas. Tim Thies cuenta con que Rusia responda con "el emplazamiento y desarrollo de sus propios misiles de largo alcance, en este caso nucleares, que, dado el caso, también podrían alcanzar territorio estadounidense”. Considera que eso no habla contra el emplazamiento, pero aconseja "pensar también cómo podría ser un camino para salir de la espiral armamentista que se perfila”.

(ers/cp)

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