En muchos Gobiernos y Parlamentos europeos se han instalado partidos populistas de derecha. La tendencia hacia los nacionalismos también gana terreno en Alemania.
Publicidad
En cinco países miembros de la Unión Europea (UE) gobiernan partidos populistas de derecha, comparables al partido alemán AfD (Alternativa para Alemania). En Polonia y Hungría, los populistas nacionalconservadores incluso tienen la mayoría absoluta en los Parlamentos nacionales respectivos. No obstante, Grecia es la ganadora en lo que respecta a los populismos: la coalición de Gobierno en Atenas está compuesta por un partido populista de izquierda y uno de derecha.
Tras las elecciones regionales del domingo pasado (13.03.2016), Alemania aún está lejos de ser gobernada por un partido populista de derecha a nivel nacional. No obstante, las crisis de refugiados y del euro han intensificado una tendencia en Europa, cree el politólogo Florian Hartleb. “La falta de solidaridad europea y los nuevos nacionalismos son tendencias que están ganando terreno, no solo en Europa Central y del Este, sino también en Gran Bretaña”, dice Hartleb en entrevista con Deutsche Welle.
Regularmente el Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP, por sus siglas en inglés) obtiene un alto porcentaje de votos en las elecciones nacionales y fue la razón por la que el Gobierno británico decidió celebrar un referendo sobre la salida de Gran Bretaña de la UE.
Populistas en los Parlamentos
Asimismo, en los Parlamentos nacionales de doce países miembros del bloque comunitario están representados partidos populistas de derecha, desde el Frente Nacional, en Francia, hasta el Partido de la Libertad de Austria y el partido antisemita Ataka, en Bulgaria, por nombrar algunos.
Hasta ahora, en Alemania los populistas de derecha solo están representados a nivel regional, en ocho Parlamentos de los 16 estados federados. No obstante, en 2014 siete diputados de la AfD lograron entrar al Parlamento Europeo. Tras una división interna del partido, todavía quedan dos de ellos. Además, el partido alemán de extrema derecha NPD cuenta con un diputado en el Parlamento en Estrasburgo.
El politólogo Florian Hartleb advierte que “una vez que estos partidos se vuelven parte del sistema, es muy difícil deshacerse de ellos”. En la década de los 90 del siglo pasado, los “Republicanos” fueron relativamente exitosos en Alemania e ingresaron en los Parlamentos regionales, así como en el Parlamento Europeo. No obstante, los “Republicanos” desaparecieron después de un tiempo.
En opinión de Hartleb, esto no necesariamente tiene que pasarle a la Alternativa para Alemania. “En principio, la AfD tiene buenas posibilidades porque tanto el tema del euroescepticismo como de la migración seguirán dominando el debate político en los próximos años”.
Frente Nacional como ejemplo
La AfD fue fundada por profesores conservadores a raíz de la crisis del euro. En la crisis migratoria, nacionalistas más radicales asumieron el timón del partido. Como consecuencia del miedo a los refugiados, se ha vuelto cada vez más normal expresar su xenofobia en público.
Según Hartleb, la AfD sigue el ejemplo de los partidos populistas FPÖ, de Austria, y Frente Nacional, de Francia. Al igual que este último, tras la crisis de refugiados, la Alternativa para Alemania tratará de enfocar su debate en distanciarse del islam político y los migrantes musulmanes, cree el politólogo consultado por DW.
El año de los refugiados
Nunca antes hubo tantos refugiados como en 2015. Muchos han llegado a Alemania. "Es un desafío histórico", señaló la canciller Angela Merkel. Una mirada retrospectiva a un año estremecedor.
Imagen: Reuters/O. Teofilovski
Grecia: una puerta hacia la UE
Estos jóvenes procedentes de Siria superaron una peligrosa etapa de su viaje. Llegaron a Grecia y, por ende, a la Unión Europea. Pero con ello no alcanzaron todavía su meta. Quieren seguir rumbo al norte, hacia otros países de la UE. La mayor parte huyó en 2015 a Alemania y Suecia.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Peligro en el Mediterráneo
El camino que han recorrido encierra peligros mortales. Reiteradamente zozobraron embarcaciones no aptas para la travesía. Estos niños sirios y su padre tuvieron suerte. Fueron rescatados en el Mediterráneo por pescadores griegos de la isla Lesbos.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
La imagen que conmovió al mundo
Aylan Kurdi, de tres años de edad, no sobrevivió. A comienzos de septiembre se ahogó con su hermano y su madre en el Egeo, cuando intentaban llegar a la isla de Kos. La foto de este niño sirio muerto dio la vuelta al mundo, conmoviendo a miles de personas.
Imagen: Reuters/Stringer
Contrastes a la vista
Kos, a menos de cinco kilómetros de Turquía, es la meta de muchos refugiados. Llegan a las playas donde solo solía haber turistas. Este grupo de refugiados paquistaníes logró arribar con un bote inflable.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Caos total
Muchos refugiados quedan varados en Kos, porque solo pueden continuar viaje a tierra continental tras haberse registrado. En el verano, la tensión escaló cuando las autoridades hicieron esperar a los refugiados en un estadio para hacer ese trámite, a pleno sol y sin agua.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Un transbordador para refugiados
Debido a la insostenible situación imperante en la isla se produjeron disturbios. Para reducir la tensión, las autoridades griegas arrendaron un barco en el que se habilitaron posibilidades de alojamiento para 2.500 refugiados y una oficina de registro.
Imagen: Reuters/A. Konstantinidis
El dilema de Europa
Por la misma época, más al norte, en la frontera greco-macedonia, policías fronterizos impiden el paso a la gente. En el tumulto hay niños que lloran, separados de sus padres. "Pura desesperación" se llama la foto tomada por Georgi Licovski. La Unicef la distinguió como la foto del año, ya que plasma "el dilema de Europa y su responsabilidad".
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Un símbolo negativo
A fines del verano, Budapest se convirtió en un símbolo del fracaso de las autoridades y de la xenofobia. Miles de refugiados acampaban en los alrededores de una estación ferroviaria de capital húngara. El gobierno les prohibió continuar su viaje. En consecuencia, muchos siguieron su camino a pie, rumbo a Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Roessler
Se abre el paso
El 5 de septiembre se despejó el camino para los refugiados. La canciller alemana, Angela Merkel, tomó con su par austríaco, Werner Feymann, la decisión de permitir a la gente continuar el viaje. Varios trenes especiales y buses se dirigieron por esos días a Viena y Múnich.
Imagen: picture alliance/landov/A. Zavallis
Bienvenidos, refugiados
El primer fin de semana llegaron a Múnich cerca de 20.000 refugiados. En la estación central de la ciudad se reunieron innumerables voluntarios para atender a los refugiados y proporcionarles alimentos y vestimenta.
Imagen: Getty Images/AFP/P. Stollarz
"Lo lograremos"
Mientras Merkel era aclamada por los refugiados y los partidarios de darles asilo, en otros sectores de Alemania surgía el descontento. En una conferencia de prensa, Merkel respondió a las críticas con estas palabras: "Si tenemos que disculparnos por mostrar un rostro gentil en una situación de emergencia, este no es mi país". Otra frase se convirtió en su mantra: "Lo lograremos".
Imagen: Reuters/F. Bensch
Historias en el equipaje
A fines de septiembre, la policía publicó una imagen conmovedora. Una niña refugiada hizo este dibujo y se lo regaló a un policía de Passau. Muestra el horror que vivieron muchos refugiados y su gran alegría de estar por fin a salvo.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bundespolizei
El drama continúa
A fines de octubre habían llegado a Alemania más de 750.000 refugiados. Pero el flujo no cesaba. Los países de la denominada "ruta de los Balcanes" se veían superados y cerraron sus fronteras. Solo se siguió permitiendo el paso a sirios, afganos e iraquíes. Como una forma de protesta, algunos refugiados de otros países se cosieron los labios.
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Sin final a la vista
"¡Ayúdanos, Alemania!", dicen los carteles de los manifestantes en la frontera con Macedonia. En Europa se acerca el invierno y miles de personas, incluyendo niños, se encuentran atrapadas en tierra de nadie. Entretanto, incluso Suecia, considerado un país abierto a los refugiados, estableció transitoriamente controles fronterizos. La UE cuenta para 2016 con otros tres millones de refugiados.