COVID-19: síntomas neurológicos sextuplican riesgo de morir
12 de mayo de 2021
El nuevo estudio, que analizó a 3.744 adultos hospitalizados en diferentes partes del mundo, llegó a la conclusión de que el 82% de los pacientes que desarrollaron síntomas neurológicos tenían mayor riesgo de morir.
Publicidad
Los pacientes enfermos de COVID-19 que desarrollan síntomas neurológicos tienen un riesgo seis veces mayor de morir, según un estudio internacional publicado el martes (11.05.2021) en la revista médica JAMA Network Open.
Los resultados, aún provisionales según explicaron los investigadores, se obtuvieron con el análisis de 3.744 adultos hospitalizados en 133 ubicaciones alrededor de los cinco continentes.
La principal conclusión del estudio fue que el 82 % de los pacientes hospitalizados desarrollan síntomas neurológicos que van desde dolores de cabeza a la pérdida del olfato o el gusto, lo que sextuplica el riesgo de morir.
"Tener cualquier síntoma neurológico relacionado con el COVID-19, desde algo aparentemente inofensivo como la pérdida del olfato hasta eventos importantes como accidentes cerebrovasculares, se asocia con un riesgo seis veces mayor de morir", según un comunicado.
Además, los pacientes con enfermedades neurológicas preexistentes como demencia o migrañas crónicas tienen un riesgo doble de desarrollar síntomas neurológicos relacionados con el COVID-19.
"Desde temprano en la pandemia fue evidente que un gran número de personas que estaban lo suficientemente enfermas como para ser hospitalizadas también desarrollan problemas neurológicos", dijo en un comunicado la investigadora Sherry Chou.
Chou, profesora de neurología de la Universidad de Pittsburg, en Estados Unidos, lideró el consorcio internacional que elaboró el estudio: "Un año después -agregó-, todavía estamos luchando contra un enemigo invisible desconocido y, como en cualquier batalla, necesitamos información: tenemos que aprender todo lo que podamos sobre los impactos neurológicos del COVID-19 en pacientes que están activamente enfermos y en sobrevivientes".
De hecho, el estudio alerta de la "incertidumbre" futura para los pacientes que sobrevivieron a la enfermedad. Chou dijo que "incluso si la pandemia se erradicase por completo, todavía estamos hablando de millones de sobrevivientes" con potenciales problemas en el futuro.
JU (efe, jamanetwork.com)
Coronavirus: vacunación en lugares remotos e insólitos
Los equipos sanitarios realizan viajes largos, a veces duros, para vacunar a personas en todo el mundo contra el coronavirus, escalando montañas, cruzando ríos, y también caminando muchas horas.
Imagen: Tarso Sarraf/AFP
Escalando hacia los pueblos montañosos
Quien quiera vacunar a la gente en las regiones montañosas del sureste de Turquía debe estar en forma. La vacunación en los pueblos de montaña es particularmente importante, dijo el doctor Zeynep Eralp en una entrevista con DW: "La gente suele convivir muy cerca" y el virus se puede propagar rápidamente. Además, a la gente no le gusta ir a los hospitales, "así que tenemos que acudir a ella".
Imagen: Bulent Kilic/AFP
Vacunación con nieve y frío
La gente muy mayor no van sola al centro de vacunación. En el Valle Maira, en el oeste de los Alpes italianos, muy cerca de la frontera con Francia, los médicos van de casa en casa para vacunar a personas mayores de 80 años contra el coronavirus. Por el camino cuentan con apoyo religioso.
Imagen: Marco Bertorello/AFP
En avioneta al río Yukon
Con su cargamento de vacunas contra el coronavirus, esta enfermera viaja a Eagle en avión. Menos de 100 personas viven en ese lugar al pie del río Yukon, en Alaska, EE. UU. La población indígena tiene preferencia en muchos programas de vacunación, porque vive muy lejos y el próximo centro de salud le queda lejos.
Imagen: Nathan Howard/REUTERS
No solo vacunar sino también convencer
Anselmo Tunubala se lava las manos antes de vacunar a una anciana. Todos los días, este hombre de 49 años anda por las montañas en el suroeste de Colombia para explicarle a la gente en el idioma local lo importante que es la vacunación. Es miembro de los misak, quienes viven allí. Son muy escépticos ante la vacunación, porque confían mucho en la medicina tradicional y sus líderes religiosos.
Imagen: Luis Robayo/AFP
Caminando durante horas para vacunarse
Estos hombres y mujeres caminaron hasta cuatro horas para vacunarse en la remota ciudad de Nueva Colonia, en el centro de México. Pertenecen al pueblo indígena de los wixárika. Internacionalmente son más conocidos con el nombre de huicholes.
Imagen: Ulises Ruiz/AFP/Getty Images
Vacunación en una barca
Olga Pimentel arrimó su bote junto al del equipo de vacunación. Solo se puede llegar a la comunidad de Nossa Senhora Livramento en Río Negro, en Brasil, a través del río. "¡Bien! Apenas dolió", dijo la mujer de 72 años entre risas y gritó: "¡Viva SUS!", el sistema de salud pública de Brasil.
Imagen: Michael Dantas/AFP
Vacunando sin electricidad
Durante mucho tiempo, el presidente populista de derecha Jair Bolsonaro no estuvo a favor de la vacunación contra el coronavirus en Brasil. Los pueblos indígenas y los quilombolas, descendientes de esclavos africanos, fueron de los primeros en ser vacunados. Incluida Raimunda Nonata, de 70 años. Como su comunidad no tiene acceso a la red eléctrica, la vacuna se administró a la luz de las velas.
Imagen: Tarso Sarraf/AFP
Médico en casa en Japón
También en Japón, el médico va a casa a vacunar. Aunque las metrópolis japonesas se encuentran entre las ciudades más grandes del mundo, el país del este asiático también tiene pueblos pequeños y aislados con solo unos pocos cientos de habitantes, como Kitaaiki. Cualquiera que no pueda llegar a la siguiente ciudad más grande, está feliz con la visita de un médico a su hogar.
Imagen: Kazuhiro Nogi/AFP
Vacunas muy valiosas en Indonesia
A principios de enero, en Indonesia también comenzaron a vacunar. En barco, el personal sanitario viajó a islas remotas. Las vacunas en la nevera son tan valiosas que hubo personal de seguridad cuidando las dosis.
Imagen: Chaideer Mahyuddin/AFP
Vacunación como evento de supercotagio
La India es actualmente el país más afectado por la pandemia. A mediados de marzo, trabajadores médicos llegaron a la aldea de Bahakajari, en el río Brahmaputra. Estas mujeres querían registrarse para ser vacunadas. Sin mascarilla, sin distancia de seguridad. Ojalá esta situación no haya provocado más contagios.