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Los soldados de la paz

4 de julio de 2002

Estados Unidos cosecha críticas en Europa con su afán de conseguir inmunidad para sus soldados, sin trepidar en poner en peligro uno de los instrumentos más importantes con que cuenta la ONU para consolidar la paz.

Cascos azules en Bosnia, en 1995.Imagen: AP

La misión de la ONU en Bosnia, que se ha visto en el primer plano debido a la negativa estadounidense a aceptar la jurisdicción del Tribunal Penal Internacional, es en realidad sólo la punta del iceberg. Consiste, básicamente, en organizar un cuerpo de policía con capacidad para garantizar el orden en Bosnia.

Las tareas se iniciaron en 1995 y han contado con la participación de más de 1.500 policías y 1.700 civiles. Estados Unidos sólo concurre con un pequeño contingente, inferior a 50 personas. No obstante, su postura actual provoca gran inseguridad en la comunidad internacional, porque un veto de Washington ataría de manos al Consejo de Seguridad de la ONU para otorgar nuevos mandatos a los cascos azules. Y está a las puertas la prolongación de otras 4 misiones de paz: en Georgia, el Líbano, el Sahara Occidental y la región de Prevlaka, reclamada por Croacia y Montenegro.

A lo largo y ancho del mundo

La historia de las misiones de paz de la ONU se inició pocos años después de la creación del organismo internacional, tras la primera guerra árabe-israelí. Dicha misión aún prosigue, pero con una pequeña dotación de aproximadamente 300 personas. Más de 3.500 soldados y algunos centenares de civiles pertenecen en cambio a otro contingente de cascos azules que opera en la región del Medio Oriente desde 1978: el de las Fuerzas Interinas de la ONU en el Líbano. Hasta ahora han muerto allí por lo menos 245 cascos azules. También en las alturas del Golán está estacionado, desde 1974, un equipo de observadores de Naciones Unidas, que supera las mil personas.

En Chipre, por otra parte, una fuerza de paz garantiza la seguridad en la frontera entre la zona turca y la griega de esta isla mediterránea, desde 1964. Y desde la segunda Guerra del Golfo hay también una misión encargada de Kuwait e Irak.

Igualmente en África y Asia la presencia de los cascos azules ha sido fundamental para aplacar conflictos. Y tampoco Europa ha podido prescindir de ellos. Al margen de la misión en Bosnia, existen observadores en la región ubicada entre Croacia y Montenegro. En la provincia yugoslava de Kosovo, los efectivos de la ONU han asumido incluso la administración interina.

El alto costo de la paz

El costo global de las operaciones de paz llevadas a cabo hasta el momento por las Naciones Unidas se eleva a más de 23 mil millones de dólares. El presupuesto de los pasados 12 meses se cifró en una suma cercana a los 2.800 millones. Su labor continúa siendo imprescindible para evitar el estallido de nuevos conflictos en las zonas en crisis y velar por el respeto de acuerdos que han puesto fin a las hostilidades en determinadas regiones.

Más aún: su presencia probablemente adquirirá aún mayor relevancia, por tratarse de la única instancia con el prestigio suficiente para dar garantías a las partes en pugna en los diversos rincones del mundo, desde Timor Oriental hasta Sierra Leona. Los cascos azules no han podido erradicar las guerras, pero han conseguido en muchos casos consolidar la paz, labor en que han perdido la vida unos 1.700 soldados de la ONU.

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