"El verano será verde", sentenció Fischer ante el congreso federal de su partido, y al final se habrá demostrado "que hemos dado la vuelta" al marcador de los sondeos hasta hacer "posible lo imposible". Es decir, la permanencia en el gobierno.

Para lograrlo, el ministro de Exteriores de Gerhard Schröder y los suyos no prometerán imposibles sino un programa sensato y social frente a la Alemania que pretende imponer la aspirante conservadora, Angela Merkel.

Ese programa fue el que aprobaron los 750 delegados reunidos en el Velódromo de Berlín, tras un largo fin de semana de discusiones de acuerdo con la cultura del debate verde.

Acento en la economía

Por primera vez en su historia y justo cuando la demoscopia da por hecho que no estarán en el futuro gobierno, los Verdes quieren mostrar adultez en un terreno que no es su fuerte: la economía.

En la plataforma se pone el acento en términos hasta ahora algo ajenos en su ideario, como tipos máximos impositivos, costes laborales y saneamiento presupuestario. Con ello se pretende convencer de que la formación ha cambiado y abandonado la utopía ecopacifista, sin romper con los principios del modelo socio-ecologista.

La campaña electoral de los Verdes será intensa, pero de coste modesto -3,5 millones de euros. Berlín será el centro de la campaña. Fischer será el único líder, tras fracasar el intento de un sector de dotarle de una compañera para ajustarse a la tradición bicéfala del partido.

El programa a grandes rasgos

El programa contempla un aumento en impuestos para los altos ingresos -el tipo máximo del impuesto sobre la renta pasaría del 42 al 45 por ciento-, así como la obligatoriedad de que los residentes en el extranjero pasen por caja en la Hacienda alemana.

La plataforma propone además fijar sueldos mínimos diferenciados por sectores industriales, mejoras en los subsidios al desempleo y su equiparación entre el Este y el Oeste -en lugar de la actual diferenciación, en detrimento de los germano-orientales-.

En lo social, se propone la implantación de un seguro a la seguridad social para todos los ciudadanos -es decir, incluidos funcionarios-, mejoras en la ayuda familiar y la extensión de la red de guarderías en apoyo de los hogares en que ambos padres trabajan.

El programa no concreta cómo piensan financiarse algunos de sus postulados, como la reducción de los costes del empleo o el saneamiento presupuestario al que se aspira.