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Luces y sombras de Joachim Löw

30 de junio de 2021

La era de Joachim Löw como entrenador de la selección alemana llega a su fin con la derrota de Alemania en octavos de final de la Eurocopa 2020. El técnico, de 61 años, celebró éxitos, pero también sobran las críticas.

Joachim "Jögi" Löw, entrenador saliente de la selección alemana.
Joachim "Jögi" Löw, entrenador saliente de la selección alemana.Imagen: Federico Gambarini/dpa/picture alliance

El fin de la era de Joachim Löw no fue glorioso. En realidad, el entrenador del once alemán quería finalizar sus 15 años en el cargo con un campeonato exitoso o, en el mejor de los casos, con un título de campeón europeo para Alemania. Pero las cosas salieron de otro modo. Luego de una Eurocopa en la que Alemania se mostró alicaída, y del 0-2 en octavos de final contra Inglaterra, el equipo de Löw llegó a la estación terminal. Löw se va derrotado, y una vez más se alzan las voces que dicen que hubiera sido mejor que se hubiera retirado ya luego del campeonato europeo de hace cinco años.

Hasta ese momento, Löw pudo preservar su aureola, y lograr siempre que la selección alemana de fútbol llegara en todos los torneos al menos a la semifinal: alcanzó la final de la Eurocopa 2008, la semifinal del Mundial 2010, la semifinal del Campeonato Europeo de Fútbol 2012, fue campeón del mundo en 2014 y llegó a la semifinal en 2016. Un balance brillante. El Mundial de 2018 en Rusia terminó siendo, con la derrota de Alemania en la fase de grupos, una amarga desilusión. Y ahora también lo es la Eurocopa.

Joachim Löw.Imagen: Philipp Guelland/AFP/Getty Images

Alemania, campeón mundial de 2014: un ejemplo

Lo positivo que quedará de la era Löw es el título mundial de fútbol para Alemania de 2014, cuyo esplendor hace olvidar cualquier fracaso. Un éxito que no pudo haber sido más merecido. En ese entonces, Alemania tenía, gracias a Joachim Löw, el mejor equipo, que era un ejemplo para el resto del mundo del fútbol. El 7-1 en la semifinal contra el anfitrión, Brasil, pasó a la historia futbolística. Otro mérito de Löw es el cambio de paradigma que ya había sido introducido por su antecesor, Jürgen Klinsmann, transformando un juego poco atractivo en un estilo ofensivo, creativo y elegante.

De pronto, Alemania contó con jugadores refrescantes e interesantes, como Thomas Müller, Mesut Özil y Toni Kroos. En la defensa, Mats Hummels y Jerome Boateng son modelos a seguir, y Manuel Neuer se convierte en el mejor arquero del mundo. Esa herencia de un juego ofensivo y atractivo también deberá ser tomada en serio por Hansi Flick, el sucesor de Joachim Löw, quien deberá cuidarla y destacarla, especialmente después del débil rendimiento del once alemán en los últimos años.

Joachim Löw (izqda.), saludando al entrenador inglés, Gareth Southgate. (29.06.2021).Imagen: John Sibley/REUTERS

Demasiadas dudas, muy poca autoestima

La retrospectiva de estos últimos 15 años liderados por Löw se ve opacada por los momentos en los que el entrenador alemán vaciló demasiado, tuvo muy poca confianza en la propia fortaleza y, en lugar de eso, tomó las decisiones equivocadas, adaptándose demasiado al rival. En la semifinal del Mundial de Fútbol de 2010, el equipo germano perdió por poco margen contra una España fuerte porque Löw ordenó una táctica defensiva que le quitó a los jugadores su capacidad ofensiva. En 2012 cambió su equipo antes de la semifinal de la Eurocopa contra Italia, solo para desactivar al "director” Andrea Pirlo, lo que fracasó totalmente. El júbilo del musculoso Mario Balotelli todavía sigue en la memoria colectiva como un símbolo de la derrota de Löw.

En ese momento, su carrera como director técnico del equipo alemán ya se tambaleaba, también porque Löw decidió retirarse de escena y no emitió su opinión al respecto durante semanas. Luego del humillante fracaso en las primeras rondas del Mundial 2018 en Rusia, defendiendo el título de campeón mundial, sucedió lo mismo.

Otra mácula -que no faltará en ningún análisis retrospectivo sobre el desempeño de Joachim Löw en las próximas décadas- fue haber prescindido de Thomas Müller, Mats Hummels y Jerome Boateng luego del Mundial en Rusia. Por un lado, eso afectó a tres jugadores del Bayern Múnich que, según el principio del rendimiento, deberían haber estado sin duda en el equipo nacional. Por el otro, la comunicación sobre la exclusión de esos jugadores fue desafortunada. Algo parecido le pasó a Löw en 2010 con Michael Ballack y Torsten Frings, dos jugadores que merecían participar en el once alemán y con los cuales no logró llegar a un final limpio y pacífico de su carrera en la Federación Alemana de Fútbol. Algo a favor de Löw en este caso es que ya tuvo conversaciones al respecto con ellos y mantiene una buena relación con ambos.

Löw reconoció sus errores, pero demasiado tarde

En suma, se impone la impresión de que, si bien Joachim Löw estaba en condiciones de reconocer sus propios errores y admitirlos, lo hacía, la mayoría de las veces, cuando ya era demasiado tarde. La semifinal de 2012, todas las primeras rondas de 2018, la apertura de la Eurocopa 2021 contra Francia, y también la derrota en octavos de final contra los ingleses; hay numerosos ejemplos en los que Löw debería haber admitido que algo andaba mal. Sin embargo, ya no estaba en condiciones de reaccionar de modo tal que se pudiera haber evitado lo peor. También el "indulto” a Müller y a Hummels previo a esta Eurocopa va en esa dirección. Si Löw hubiera cedido antes, tal vez podría haberse ahorrado alguna discusión sobre el bajo rendimiento y los resultados del equipo nacional alemán, por ejemplo, en la Liga de Naciones de la UEFA.

(cp/ers)