“Es una historia de éxito con mucha luz aunque también con lados oscuros”, dijo el ministro del Interior, Thomas de Maizière, al presentar un informe sobre la situación a veinte años desde la reunificación alemana. “Desde 1990 se ha alcanzado muchísimo en un plazo relativamente corto, en buena parte debido a la contribución que han realizado todos los ciudadanos”, dijo de Maizière, que es el comisionado gubernamental para supervisar la situación en los cinco nuevos Estados Federales alemanes que constituyen el territorio de la extinta República Democrática Alemana (RDA).

“Veinte años después, la población en el este y el oeste puede sentirse orgullosa de lo que alcanzó la revolución pacífica que llevó a la caída del Muro de Berlín”, dijo de Maizière. El ministro explicó que la equiparación de la capacidad productiva en el este de Alemania a un 73% de la capacidad productiva en Occidente fue un pequeño milagro económico, cuya interpretación puede ser variable pues estas regiones cuentan con fortalezas distintas y un perfil diferente entre sí.

La economía, clave del éxito político

La integración económica entre lo que eran, antes de la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989, dos Estados alemanes, ha sido posible gracias a la aportación de todos los alemanes a través del llamado Impuesto de Solidaridad, conocido en el lenguaje coloquial como “Soli”. Según una encuesta publicada por la revista “Stern”, la mayoría de la población piensa que dicho impuesto debiera ser abolido definitivamente. Un 71 % de los interrogados opina que 20 años después de la reunificación, el impuesto ya no es necesario. Sin embargo, entre la población germano oriental el respaldo a dicho impuesto sigue siendo de un 44%.

El impuesto de solidaridad fue introducido en 1991 para financiar los costos de la reunificación. Inicialmente fue aplicado durante un año pero fue reintroducido en 1995 y actualmente es equivalente al 5,5% del impuesto sobre la renta. Tan sólo este año las arcas del Estado esperan ingresos provenientes de dicho impuesto equivalentes a 11.000 millones de euros.

En agosto pasado se conmemoraron 20 años desde que se firmó en 1990 el Tratado de Unificación, donde quedaron estipuladas las condiciones de la reunificación entre los dos Estados alemanes que entraron en vigor el 3 de octubre de 1990, fecha en la que se conmemora oficialmente la reunificación alemana que este año tendrá como escenografía la ciudad de Bremen.

La locomotora de Europa

Sigue habiendo decepción en el este, donde el desempleo es dos veces más alto que en el oeste y donde muchos siguen quejándose de ser tratados como “ciudadanos de segunda”. El antiguo líder socialdemócrata y primer ministro del Estado de Brandenburgo, Matthías Platzeck, ha calificado la reunificación como una anexión, lo que es compartido por muchos ciudadanos germano orientales.

No obstante, la economía alemana puja fuerte pese a la crisis y con razón sigue siendo llamada la locomotora de Europa. Su Producto Interior Bruto (PIB) creció en un 2,2 por ciento entre abril y junio de este año, el ritmo más alto desde la reunificación, según estadísticas de la agencia europea Eurostat. Tanto la Unión Europea como la eurozona crecieron en promedio a un ritmo de tan sólo 1 por ciento. La clave de la fortaleza económica germana es que su economía esta orientada hacia la exportación.

Autora: Eva Usi

Editora: Emilia Rojas Sasse