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Lucha contra la ablación

Mirjam Gehrke / lab5 de febrero de 2013

Entre 130 y 150 millones de mujeres son víctimas de la ablación, la mayoría de ellas en África. Pero también en Alemania se debe preparar a médicos, educadores y trabajadores sociales para tratar este problema.

Imagen: imago

Jawahir Cumar proviene de Somalia, y vino a Alemania con sus padres cuando era niña. A los veinte años, la joven visitó de nuevo su país natal, y fue testigo del funeral de una niña que había muerto desangrada tras su ablación.

La ablación, o práctica de cortar la parte exterior de los genitales femeninos, se realiza hoy en día en 29 países africanos, a pesar de estar legalmente prohibida en varios de ellos. A menudo se realiza cuando la niña tiene entre cuatro y ocho años, y para ello se suelen utilizar cuchillas de afeitar, pero también cuchillos de cocina, fragmentos de cristal o tapas de latas de conservas abiertas. El uso masivo de estas “herramientas” provoca la divulgación de enfermedades como el SIDA o la hepatitis.

Jawahir Cumar, presidenta de la sociedad "Stop Mutilation".Imagen: DW/M. Gehrke

Además, la práctica de la ablación también puede suponer riesgos adicionales para la salud de las afectadas, según el ginecólogo alemán Christoph Zerm, especializado en el tratamiento de mujeres con este tipo de mutilación: “Cuando la herida se cierra casi completamente, la urina y las secreciones menstruales se expiden de forma muy problemática y se coagulan. Esto crea un entorno ideal para infecciones que pueden afectar los aparatos urinarios, los riñones, los ovarios, el útero y las trompas de falopio.”

Un fenónemo extendido también en Alemania

Los intrumentos para la ablación pueden contagiar enfermedades como el SIDA.Imagen: picture-alliance/dpa

Jawahir Cumar, actualmente una mujer de 36 años, sufrió una ablación en su niñez. En Alemania se ha sometido a varias operaciones para contrarrestar los efectos de la mutilación. Pero ver que en Somalia todavía se sigue practicando esta tradición la deja atónita. “Y los inmigrantes que vienen aquí traen el problema consigo”, explica Cumar en entrevista con DW. Esto es lo que le llevó a inaugurar la Sociedad “Stop Mutilation” en Dusseldorf tras su visita a su país natal.

Según cálculos de la organización por los derechos de las mujeres Terre des Femmes, en Alemania viven unas 30.000 mujeres mutiladas, y 6.000 niñas están en peligro de correr la misma suerte. La presión del entorno familiar tiene gran protagonismo en el problema: “Recibimos muchas llamadas y cartas, sobre todo de suegras y abuelas, y el mensaje siempre es el mismo: ‘¡Debéis hacerle la ablación a vuestras hijas! O traérnoslas a nosotras, que se la hacemos aquí’”.

Concienciando a la gente

Los médicos deben informarse sobre la mutilación genital femenina para tratarla correctamente.Imagen: picture-alliance/Godong

Cumar va a las escuelas y jardines de infancia y aconseja a los educadores sobre cómo tratar el tema de la mejor forma posible, e intenta concienciar a inmigrantes africanos. “Muchas familias recién llegadas a Alemania acuden a nosotros porque necesitan ayuda con temas administrativos. Nosotros se la prestamos y nos ganamos así su confianza, y aprovechamos para hablarles sobre la mutilación genital. Muchos no saben que está prohibida en Alemania, y se alarman al enterarse de que se arriesgan a perder la custodia”. El año pasado, Cumar logró evitar la mutilación de diecisiete niñas.

Todavía queda mucho por hacer en Alemania, dice Jawahir Cumar, y recuerda lo mucho que costó el cambiar la percepción de los matrimonios forzados y los llamados “crímenes de honor”, vistos antes como tradiciones de inmigrantes, y ahora como crímenes penalizables. Christoph Zerm anima a que “tanto en la formación de estudiantes de medicina como en la educación especializada se ofrezca información más detallada sobre la mutilación genital femenina”, para que en el futuro, los médicos puedan tratar a las mujeres afectadas debidamente.

Autora: Mirjam Gehrke / lab
Editor: Pablo Kummetz

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