El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, rechazó conversar con líderes occidentales, reforzó la vigilancia de las fronteras ante "amenaza" de la OTAN y anunció medidas para impedir nuevas protestas opositoras.
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"Los líderes de los países occidentales nos proponen negociaciones, conversaciones. Y, mientras, siguen en sus trece (...), nosotros no lo aceptamos", dijo Lukashenko durante una reunión del Consejo de Seguridad del país. Lukashenko, conocido durante muchos años como el último dictador de Europa, había optado por una tímida apertura en el marco del deshielo con Occidente, pero de la noche a la mañana ha apostado por el aislamiento como mejor forma de acallar la revolución pacífica que se cree en marcha en Bielorrusia.
Putin, el único interlocutor del dictador Lukaschenko
La decisión hoy, miércoles, de la Unión Europea de no reconocer su victoria en las elecciones presidenciales del 9 de agosto ha acentuado su ostracismo, con la excepción del vecino del norte. Su único interlocutor es el presidente ruso, Vladímir Putin, con el que volvió a hablar este 19 de agosto por teléfono por cuarta vez en las últimas 72 horas.
"Los jefes de Estado coordinan sus acciones, en primer lugar en el marco de los acuerdos firmados, es decir, la Unión Interestatal (entre Moscú y Minsk) y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva", conocida como el brazo armado postsoviético, explicó Natalia Eismont, la portavoz presidencial. La canciller alemana, Angela Merkel, a la que Lukashenko describió antes de las elecciones como una "loba", lamentó hoy que el líder bielorruso se negara a hablar con ella por teléfono.
En Minsk consideran que, a la vista de la situación, no tiene sentido conversar con otros líderes extranjeros. "Díganme, ¿qué impresión causaría si, al tiempo que entabla negociaciones con Putin, el presidente bielorruso discute algo con Merkel? Bajo nuestro punto de vista, al menos, no quedaría muy bien", explicó Eismont.
Acusaciones de injerencia europea
Además de negarse a dialogar con Occidente, ordenó al Ministerio de Exteriores que informe a los líderes extranjeros, desde Merkel hasta el presidente francés, Emmanuel Macron, y a los dirigentes de los países vecinos, Polonia, Lituania y Ucrania, lo que realmente está pasando.
"Que sepan lo que está pasando, el punto de vista oficial, y advertirles sobre su responsabilidad a la hora de instigar los disturbios. Financiar los disturbios es instigar. Y vemos hoy que dicha financiación prosigue", aseveró. Destacó que los países europeos han insuflado ingentes recursos económicos para patrocinar las protestas postelectorales y que las autoridades locales lo ven. "Lo sabemos y estamos en ello", señaló. Lukashenko llamó a las cancillerías occidentales a no "señalar con el dedo" a Minsk y preocuparse más de las protestas en Francia y Alemania, y los "horribles disturbios" en Estados Unidos.
jov (efe, afp)
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Golpes de Estado y dictaduras de derecha e izquierda en América Latina
Durante las décadas de 1960 y 1970 del siglo XX, América Latina vivió un proceso de militarización que utilizó el golpe contra las democracias como forma de tomar el poder e imponer el terrorismo de Estado.
Imagen: Reuters/Prensa Latina
Argentina, de 1930 al 1983: catorce dictadores
En Argentina, seis golpes de Estado tuvieron lugar en el siglo XX: en 1930, 1943, 1955, 1962, 1966 y 1976. El último impuso el terrorismo de Estado, con violaciones de DD.HH. y 30 000 desapariciones. En 53 años que transcurrieron desde el primer golpe llevado a cabo, hasta el fin de la última dictadura cívico-militar en 1983, se sucedieron 14 dictadores autodenominados "presidentes".
Imagen: picture-alliance/AP Photo/E. di Baia
República Dominicana, 1930-1961: de niño pobre a tirano millonario
La insurrección contra el presidente Horacio Vásquez llevó a Rafael Leónidas Trujillo (1891-1961) al poder. El dictador gobernó 31 años, hasta su asesinato, con ayuda de la CIA. La "Era de Trujillo", fue una de las tiranías más sangrientas de América Latina. Gobernó también a través de "presidentes títeres". Su anticomunismo era enfermizo, como la represión a toda oposición y el culto personal.
Imagen: picture-alliance / dpa
Paraguay, 1954: del idilio de Baviera a las celdas de tortura
Alfredo Stroessner derrocó a Federico Chaves, del mismo Partido Colorado. Fue reelegido 8 veces, sin oposición y con elecciones fraudulentas. Durante su dictadura, se cometieron masivas violaciones a los derechos humanos, tales como arrestos arbitrarios, torturas y desaparición forzada. El 3 de febrero de 1989 fue derrocado por un golpe de Estado liderado por el general Andrés Rodríguez Pedotti.
Imagen: Getty Images/Keystone
Guatemala, 1954: de país productor a "república bananera"
En 1944 se inició un período democrático para Guatemala. Pero cuando el presidente Jacobo Arbenz (imagen) quiso hacer una reforma agraria, un puñado de exiliados dio un golpe de Estado con ayuda de la CIA. El 18 de junio de 1954, Guatemala se convirtió en la encarnación de la "república bananera": gran parte de la tierra y la infraestructura le pertenecían a la estadounidense United Fruit Company.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Cuba, 1959: de una dictadura de derecha, a otra de izquierda
Fulgencio Batista (*1901-†1973), electo de 1940 a 1944 y dictador de facto entre 1952-1959, año en que fue derrocado por la Revolución cubana al mando de Fidel Castro, quien hizo de Cuba un Estado socialista de cuño marxista-leninista. El Partido Comunista es el único legal. Su régimen ordenó nacionalizaciones y expropiaciones, que junto con el “bloqueo”, mantienen a la isla en crisis continua.
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Perú, 1968: armas en vez de educación
El 3 de octubre, tanques rodearon al presidente Fernando Belaúnde, que fue enviado a Buenos Aires. El dictador Juan Velasco Alvarado nacionalizó la banca, las minas, e hizo una reforma agraria para “poner fin a la oligarquía terrateniente”, pero que llevó al colapso de la economía. Aunque mejoró la alimentación, vetó la libre expresión. Equipó a las FF. AA. con armamento de la Unión Soviética.
Imagen: Imago Images/ZUMA/Keystone
Bolivia 1971: un militar dejó la mayor deuda externa de Bolivia
La debilidad civil de la Asamblea Popular fue aprovechada por Hugo Banzer, que ejecutó un golpe militar el 21 de agosto de 1971. Prohibió partidos políticos, sindicatos, suspendió todos los derechos civiles y envió tropas a los centros mineros. Dejó las mayores deudas externas de toda la historia de Bolivia. Fue derrocado en 1978 y una junta militar liderada por Juan Pereda Asbún tomó el poder.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Chile, 1973: fin violento del sueño socialista chileno
Salvador Allende había asumido la presidencia tres años antes, siendo el primer político marxista en el mundo elegido por votación popular en una democracia. Su gobierno reformista se hundió en polarización, crisis económica y convulsión social. El 11 de septiembre de 1973, las FF.AA. le exigieron la renuncia. Acorralado en La Moneda, se suicidó. La dictadura de Augusto Pinochet duró hasta 1990.
Imagen: picture alliance/AP Images
El Salvador, 1979: represión e insurrección matan a gente inocente
El General Carlos Humberto Romero (1977-1979) impuso un régimen represivo. El dictador usó escuadrones de la muerte creados por la CIA. El régimen y la subversión armada de izquierda sumergieron al país en caos. Romero fue derrocado por militares el 15 de octubre de 1979, y se exilió en Guatemala. La guerra civil que se prolongó por 12 años, dejó unos 70.000 muertos y miles de desaparecidos.
Imagen: Gemeinfrei
Panamá, 1989: un dictador narcotraficante jugando a agente doble
La invasión "Causa Justa" de Panamá, por parte de EE.UU. se llevó a cabo entre 1989 y 1990 y fue ordenada por George H. W. Bush. Su objetivo: capturar al dictador Manuel Antonio Noriega, agente de la CIA, pero también con contactos con Cuba y fuertemente involucrado en el narcotráfico. La operación ocasionó la muerte de unas 3.000 personas y la destrucción del popular barrio El Chorrillo.
"Asaltaron mi casa en la madrugada, me llevaron secuestrado a Costa Rica en avión militar y dijeron que era sucesión constitucional", dijo recientemente Manuel Zelaya, depuesto en el 28 de junio de 2009. Zelaya compara su salida con el "Golpe de Estado de Evo Morales", porque a ambos los militares les exigieron la renuncia. Zelaya preparaba una consulta popular sobre una Asamblea Constituyente.
Imagen: AP
Bolivia: 2019: ¿Golpe de Estado? El debate continúa
El 10 de noviembre, en medio de protestas, tras acusaciones de fraude en elecciones de las que Evo Morales se declaró "ganador", las FF. AA. le “recomendaron” irse para restituir el orden. Morales recibió asilo en México. La senadora Jeanine Áñez fue nombrada presidenta interina, bajo acusaciones de ilegitimidad. Aún se debate sobre “amenazas”, “vacio de poder”, “insurrección”. ¿Fue o no un golpe?