En su primer discurso, tras ser liberado, el expresidente brasileño Lula da Silva atacó frontalmente al actual Gobierno de Jair Bolsonaro. ¿Qué significa para Brasil, a largo plazo, la vuelta del carismático político?
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El día de su liberación, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva volvió a hablar ante miles de sus seguidores en São Bernardo do Campo, la ciudad que lo vio nacer como líder político. Después de 580 días en prisión, le "picaba la lengua”, admitió el fundador del Partido de los Trabajadores de Brasil (PT), de 74 años.
En su discurso, acusó a su archienemigo político, el presidente ultraderechista de Brasil, Jair Bolsonaro, de estar vinculado a las milicias paramilitares: "Fue elegido para gobernar al pueblo brasileño, y no para las milicias de Río de Janeiro". Además, le anunció al actual Gobierno: "Les quiero decir que he vuelto".
Lula, que fue condenado en segunda instancia a 8 años y 10 meses de cárcel por corrupción y lavado de dinero, y que estaba en prisión desde abril de 2018, pudo salir en libertad gracias a un polémico veredicto del Tribunal Supremo de Brasil. Según este, un condenado solo puede ingresar en prisión si se han agotado todos los recursos posibles ante la ley. En julio de 2017, el juez Sérgio Moro determinó, en el marco de la operación Lava Jato, que Lula fue el responsable de una trama para conceder a la constructora estatal OAS contratos millonarios del Gobierno, y recibió a cambio un apartamento en la playa.
El veredicto impidió que ganara las elecciones en octubre de 2018, abriéndole la puerta del palacio presidencial a Bolsonaro. Ahora, nuevamente libre, Lula parece ser el único político de oposición que se anima a criticar de manera frontal a Bolsonaro. En los diez meses de Gobierno de Bolsonaro no se escucharon voces críticas de la oposición.
Discurso de confrontación
"Fue un discurso duro", opina el politólogo Marco Aurélio Nogueira en entrevista con DW. "A Lula le queda claro que no hay otro camino que radicalizar su discurso. Al menos, no en este momento, ya que tiene que volver a conquistar su territorio", explica. Después de un año y medio de abstinencia política, Lula debe demostrar que volvió al ruedo, dice el experto.
De cualquier modo, el otrora líder sindical tiene cualidades bien claras, subraya, por su parte, el politólogo Ricardo Ismael: "Lula es un líder como ninguno en la izquierda (brasileña). Sobre todo, porque ya fue presidente, y mucha gente recuerda las cosas buenas que hizo. Y el lugar de un líder de oposición contra Bolsonaro estuvo vacío hasta ahora", señala a DW .
Por el momento, el presidente Bolsonaro se mantuvo notablemente reservado. El sábado, reaccionó al discurso de Lula por Twitter: "Amantes de la libertad y del bien, somos la mayoría. No podemos cometer errores. (…) No le den municiones al canalla, que está libre momentáneamente, pero cargado de culpa". El ministro de Justicia, Sérgio Moro, se expresó en el mismo tono y también por Twitter.
De cara a los comicios municipales
Según Nogueira, Bolsonaro y su círculo pueden darse el lujo de esperar. "Quieren analizar primero qué tono utiliza Lula a largo plazo: ¿será con los ojos inyectados de sangre, o con paz y amor? ¿Cómo repercutirá dentro del PT y de la izquierda? Además, deben encontrar el flanco por el cual atacar a Lula", evalúa.
Para Ricardo Ismael, está claro que Lula tiene que buscar la confrontación. Su estrategia "es desafiar a Bolsonaro y a Moro. Quiere polemizar, y quiere un duelo para ganar más lugar en los medios", indica el experto. Mientras, Bolsonaro y Moro, evitan mostrar sus cartas y ganan tiempo: "todavía no se sabe cuál será la estrategia electoral de Lula para 2020", explica.
Y es que el año que viene habrá comicios municipales en Brasil, una prueba importante para el Gobierno y para la oposición. Pero aún no está claro si la izquierda se agrupará contra Bolsonaro.
Otros juicios pendientes
El PT no sabe, por el momento, qué rol podrá jugar Lula en los próximos meses. El veredicto en el caso del apartamento podría ser revisado en el interín por el Tribunal Supremo de Brasil. De ser así, Lula podría volver a prisión en un régimen de semilibertad, lo cual le impediría llevar a cabo una campaña electoral intensiva. Además, ya fue condenado en un proceso que llegará a la instancia de apelación el 27 de noviembre. Y lo esperan otros siete juicios pendientes.
Así las cosas, Lula aún cae bajo la ley de "Ficha Limpa” (chaleco limpio), que él mismo firmó en 2010, cuando era presidente, según la cual los políticos condenados en segunda instancia no pueden presentarse como candidatos durante ocho años. Sin embargo, expertos consideran que tiene buenas posibilidades de que la corte suprema anule su condena en el caso del apartamento. El motivo: informaciones reveladas por la prensa probarían la parcialidad del juez Sérgio Moro, quien habría acordado acciones con el fiscal del caso.
"Su imagen se dañó mucho"
Ya en las elecciones del 2018 se vislumbró que Lula ha dejado de unir a la izquierda en Brasil, para la que el expresidente resulta más bien un dolor de cabeza. "Claro que Lula cuenta con mucho prestigio, pero su imagen se dañó mucho", insiste Ismael. "Incluso si no tuviera que ir más a la cárcel, es un hombre que ha sido condenado".
Así que, según el experto, Lula debería hablar también sobre sus propios errores: tematizar, por fin, los errores que cometió durante los 13 años de gobierno del PT (2003-2016), sobre todo, con miras a las elecciones generales de 2022. "Lula tiene que buscar ahora un discurso nuevo, no puede seguir callando acerca de toda esa corrupción. En los años 90, el PT y Lula se habían puesto como objetivo luchar contra la corrupción. Pero todavía no se sabe cómo será su nuevo discurso para 2022", añade el politólogo.
Para Marco Aurélio Nogueira, aún no es seguro que los brasileños quieran una nueva versión de la polarización Lula-Bolsonaro, y tal vez busquen alternativas fuera de esa contienda. "La polarización entre Lula y Bolsonaro va a volver, pero quizás ya no funcione como el año pasado", prevé. Y concluye: "Tal vez veamos una lucha entre tres, o incluso entre cuatro grupos diferentes. Pero quizás eso sea solo una visión optimista de mi parte".
(cp/rml)
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La trayectoria política de Lula
Natural de Caetés, Pernambuco, Luiz Inácio Lula da Silva fue el primero en llegar a la Presidencia de la República desde la clase obrera. Recordamos los principales momentos de su carrera política.
Imagen: Reuters/D. Vara
Lula y las huelgas del ABC
En 1975, Lula fue elegido presidente del Sindicato Metalúrgico de São Bernardo do Campo y Diadema y ganó proyección nacional al liderar una serie de huelgas a finales de la década. En 1980, fue arrestado y procesado por la Ley de Seguridad Nacional tras comandar una paralización que duró 41 días. Lula pasó 31 días en la cárcel del Dops (Departamento Estadual de Orden Político y Social).
Imagen: Instituto Lula
Fundación del PT
El 10 de febrero de 1980, poco antes de ser arrestado, Lula ayudó a fundar el Partido de los Trabajadores (PT) con el apoyo de intelectuales y sindicalistas. En mayo de ese año, al salir de la cárcel, fue elegido como primer presidente del partido. El pernambucano, entonces, se dedicó a la política: en 1982, concurrió al gobierno de São Paulo y, en 1986, fue elegido diputado constituyente.
Imagen: Getty Images/AFP/C. Petroli
Campaña de 1989
El PT lanzó la candidatura de Lula en las primeras elecciones presidenciales directas tras el fin del régimen militar. Con una imagen de obrero y un discurso de izquierda, Lula provocó temor en varios sectores de la economía, que se alinearon a favor del candidato Fernando Collor. El 'petista' fue derrotado en la segunda vuelta. Hubo acusaciones de manipulación de la prensa en favor de Collor.
Imagen: picture-alliance/dpa/R. Gostoli
Campaña de 1994
Con las primeras denuncias de irregularidades en el gobierno de Collor, Lula lanzó en 1991 el movimiento "Fuera Collor" en apoyo al 'impeachment'. En 1994, concurrió nuevamente a la presidencia, con Aloizio Mercadante como segundo, pero fueron derrotados en la primera vuelta por Fernando Henrique Cardoso (PSDB). El PT, por otro lado, conseguía sus primeros gobernadores.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Scorza
Campaña de 1998
En 1998, Lula sufrió una de sus peores derrotas electorales. Entonces tuvo como candidato a vicepresidente al exgobernador Leonel Brizola (PDT), uno de sus rivales en la elección de 1989 y con quien disputaba la hegemonía de la izquierda. La fórmula no funcionó. Lula obtuvo sólo el 31% de los votos y no llegó a la segunda vuelta: el presidente Fernando Henrique Cardoso fue reelegido con el 53%.
Imagen: picture alliance/AP Photo/R. Gostoli
La toma de posesión de Lula
El eterno candidato del PT finalmente asumió la presidencia en enero de 2003, tras ocho años de gobierno del PSDB. Lula fue elegido con el 61% de los votos válidos en la segunda vuelta. La victoria llegó tras una intensa campaña, que vendió una imagen más moderada, simbolizada en el lema "Lulinha paz y amor", con el objetivo de calmar los mercados y ampliar el espectro electoral del partido.
Imagen: O. Kissner/AFP/Getty Images
Economía al alza
Tras las turbulencias finales de la era Cardoso, la economía brasileña volvió a crecer con Lula, sobre todo por el boom de las materias primas. Fue una época de grandes inversiones en obras de infraestructura. Y del descubrimiento del yacimiento del Presal. El crecimiento medio del PIB en el segundo mandato alcanzó el 4,6% anual. Esto catapultó la popularidad de Lula, que llegó al 87% en 2010.
Imagen: AP
Caída de la desigualdad
Los programas sociales lanzados por Lula, como Mi Casa, Mi Vida y ProUni, también contribuyeron a la popularidad del presidente. La Bolsa Familia, creada en 2004 a partir de la unificación de otros programas de transferencias de renta, se convertiría en su motor principal. Casi 28 millones de brasileños salieron de la pobreza en los ocho años del gobierno de Lula, según un balance de 2010.
Imagen: Vanderlei Almeida/AFP/Getty Images
El escándalo del mensajero
En 2005, el gobierno Lula fue alcanzado de lleno por el escándalo de compra de votos de diputados, el 'mensalão'. A pesar del desgaste, Lula sobrevivió a la crisis. Otros, como el ministro José Dirceu, una de las figuras fuertes de su gobierno, sucumbieron. Lula afirmó inicialmente que sus asesores lo habían "apuñalado", pero luego dijo que el caso era una invención de la oposición y la prensa.
Imagen: picture alliance / dpa / picture-alliance
La elección de Dilma
Tras ser reelegido en 2007 con más del 60% de los votos, Lula comenzó a preparar el terreno para su sucesión. Para ello eligió a su entonces ministra jefe de la Casa Civil, Dilma Rousseff, una tecnócrata sin experiencia electoral. En los tres años siguientes, Lula promovió la imagen de Dilma junto a los brasileños. La estrategia funcionó y salió elegida en 2010.
Imagen: Fabio Rodrigues Pozzebom/EBC
Lucha contra el cáncer
En octubre de 2011, a Lula le fue diagnosticado un cáncer de laringe. Se sometió a un agresivo tratamiento. Por primera vez desde 1979 se le vio sin barba. Los exámenes apuntaron a la remisión completa del tumor unos cinco meses después y Lula volvió a involucrarse en las campañas del PT. Una de las grandes victorias electorales de 2012 fue la de Fernando Haddad en el Ayuntamiento de São Paulo.
Imagen: AFP/Getty Images
Lula y el caso 'Lava Jato'
En marzo de 2016, Lula se vio involucrado en la 'Operación Lava Jato', que investiga el escándalo de corrupción en Petrobras. El expresidente fue llamado a declarar sobre un sitio en Atibaia, un triplex en el Guarujá y sus relaciones con contratistas investigados por corrupción. El mismo día, la Policía Federal hizo registros en residencias del petista y de su familia, además del Instituto Lula.
Imagen: Reuters/P. Whitaker
Demandado en varios procesos
En los meses siguientes, Lula fue denunciado de delitos como corrupción pasiva, lavado de dinero, obstrucción de la justicia y tráfico de influencias, viéndose acusado en cinco procesos diferentes, incluido el de 'Lava Jato'. Él siempre desmintió las acusaciones, negó cualquier delito y dijo ser víctima de una persecución política. También niega ser propietario de los inmuebles investigados.
Imagen: picture-alliance/abaca
Declaración ante Moro
En mayo de 2017, Lula declaró por primera vez como acusado ante el juez Sergio Moro. En un testimonio prestado en Curitiba, volvió a negar las acusaciones y alegó estar siendo perseguido políticamente. Y exigió la presentación de pruebas de que sea dueño de los inmuebles en Guarujá y Atibaia. El interrogatorio fue el último paso antes de la sentencia dentro de la Operación 'Lava Jato'.
Imagen: Abr
Lula, condenado
Lula fue condenado por primera vez el 12 de julio de 2017. La sentencia del juez Sergio Moro impone 9 años y 6 meses de prisión por los delitos de lavado de dinero y corrupción pasiva. El petista se habría beneficiado de una oferta pagada por la empresa OAS en la compra y reforma de un triplex en el Guarujá. Es la primera vez que un expresidente es condenado por corrupción en Brasil.