La prisión del expresidente brasileño y candidato oficial por el PT transformó Curitiba en un podio de la política nacional. Mientras sus partidarios piden la libertad de Lula, los vecinos quieren tranquilidad.
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El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva cumplió su 120° día en prisión en una celda aislada de la sede de la Policía Federal (PF) de Curitiba. Su ingreso en prisión, tras haber sido condenado por corrupción y lavado de dinero en el Operativo Lava Jato, convirtió el barrio de Santa Cándida en uno de los centros neurálgicos de la política de Brasil. Desde su celda, Lula coordina la campaña electoral, incluso a pesar de estar sometido a comunicación restringida
Mientras tanto, centenares de manifestantes protestan cada día en el exterior con la "Vigilia Lula Libre” contra lo que ellos consideran como una condena política. Todos los días cumplen con el ritual de dar los "Buenos días”, "Buenas tardes” y "Buenas noches” al expresidente. En cada turno, gritan el saludo 13 veces haciendo referencia al número delPartido de los Trabajadores (PT).
Entretanto, el expresidente recibe a líderes espirituales los lunes y a otras visitas los jueves. El exministro y exalcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad (PT), nombrado este fin de semana vicepresidente de Lula, se convirtió en abogado defensor del expresidente para poder acceder al lugar. También la presidenta del PT, la senadora Gleisi Hoffmann, se hizo con en el mismo puesto en vísperas de la convención del partido. "Estamos aquí para decir qué es Lula y que no tenemos plan B. Vamos a llegar a las últimas consecuencias”, proclamó Gleisi ante militantess en un terreno alquilado aledaño a la prisión.
Sin embargo, pese a la determinación de la presidenta, se especula sobre una posible estrategia del PT si, al final, se impide la candidatura del expresidente en base a la ley Ficha Limpia. Tras registrar su candidatura el 15 de agosto, el Tribunal Superior Electoral analizará el caso y el PT tendrá hasta el 17 de septiembre para cambiar de candidato.
Entre militantes y personalidades
Además de hablar a través de interlocutores, Lula escribe artículos y cartas a periódicos, políticos y militantes. La justicia le prohibió conceder entrevistas, pero continúa defendiendo su inocencia ante este juicio, todavía pendiente de recurso ante el Tribunal Supremo Federal. "Pretenden una elección presidencial con las cartas marcadas excluyendo un nombre preferido por el electorado en todas las encuestas. Ya derrocaron a una presidenta electa y ahora quieren vetar el derecho del pueblo a elegir libremente al próximo presidente. Quieren una democracia sin el pueblo”, escribió en un texto leído ante la convención del PT por el actor Sérgio Mamberti.
Cuando la "Vigilia Lula Libre" inició sus pasos, se estima que había unas 2.000 personas. Actualmente, entre 100 y 300 personas pasan diariamente por las diferentes estructuras instaladas en el lugar. El pasado jueves, recibieron la visita de Chico Buarque y Martín da Vila, dos iconos de la música brasileña. En un video divulgado por los asesores del PT, Buarque explicó que el expresidente tenía buen humor y se mantenía firme e "incluso dispuesto a ir hasta el final”. "Dijo que no cambiaría la libertad por la dignidad”, agregó Martín.
También otras personalidades de renombre -como el actor estadounidense, Danny Glover, y el expresidente de Uruguay José Mujica- pasaron a visitar a Lula, quien recibió incluso un mensaje del Papa Francisco. Pero, aparte de las visitas de políticos, artistas y otras personalidades, la vigilia recibe apoyos de las regiones más diversas del país. Por ejemplo, la Caravana del Semiárido contra el Hambre, que llegó a Curitiba procedente de Caetés, ciudad natal de Lula.
¿Qué opinan los vecinos?
Después de cuatro meses soportando manifestaciones continuas, los vecinos de Santa Cándida esperan que vuelva la tranquilidad. Al principio, trataron de tomar la iniciativa para evitar las manifestaciones, creando la página de Facebook "Desocupa Curitiba” y el canal de YouTube "Desocupa Santa Cándida”. También fundaron la Asociación de Vecinos de Santa Cándida para defender sus derechos. "Los manifestantes invadieron y acamparon en nuestras calles. Logramos avances pero el problema continúa. Las agresiones verbales son diarias”, relata el presidente de la asociación, Alisson Ferreira dos Santos.
El caso llegó a la Justicia, e incluso antes de que el expresidente llegase a la prefectura, se había dictado una normativa para evitar campamentos y marchas en la región. Al final, se llego a un acuerdo y la vigilia alquiló un terreno al lado de la prisión. "Para Lula es una bendición escucharlos cantando y tocando. Siempre está escuchando”, dijo la monja budista Coen Roshi tras visitar al expresidente.
Aunque ya no haya campamentos en las calles, los residentes no están satisfechos. "Es un barrio de jubilados y todo el mundo está enfermando. El médico me aumentó las medicinas. Nos provocan gritando contra la burguesía, pero ¿qué tengo yo de burguesa?”, exclama Ney Fátima, jubilada y vecina del barrio.
Sin embargo, no todos los vecinos son contrarios a la vigilia. Regina do Carmo Santos ofreció su terreno a los manifestantes. Más tarde, alquiló parte de su casa para que la utilizasen como punto de apoyo para encuentros. "Me fui involucrando y hoy los considero de mi pueblo. No fue fácil, porque los vecinos me insultaban, pero ahora está todo más tranquilo”, explicó. Cuando Lula iba a recibir el Habeas Corpus y todos pensaban que saldría de la cárcel, la vecina reconoce que tuvo una sensación contradictoria: "Estaba feliz porque Lula iba a salir, y a la vez triste, porque me quedaría sola. Ahora mi impresión es que ninguna de estas dos cosas va a suceder”.
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Autor: Maurício Frighetto desde Curitiba (JAG/CP)
La trayectoria política de Lula
Natural de Caetés, Pernambuco, Luiz Inácio Lula da Silva fue el primero en llegar a la Presidencia de la República desde la clase obrera. Recordamos los principales momentos de su carrera política.
Imagen: Reuters/D. Vara
Lula y las huelgas del ABC
En 1975, Lula fue elegido presidente del Sindicato Metalúrgico de São Bernardo do Campo y Diadema y ganó proyección nacional al liderar una serie de huelgas a finales de la década. En 1980, fue arrestado y procesado por la Ley de Seguridad Nacional tras comandar una paralización que duró 41 días. Lula pasó 31 días en la cárcel del Dops (Departamento Estadual de Orden Político y Social).
Imagen: Instituto Lula
Fundación del PT
El 10 de febrero de 1980, poco antes de ser arrestado, Lula ayudó a fundar el Partido de los Trabajadores (PT) con el apoyo de intelectuales y sindicalistas. En mayo de ese año, al salir de la cárcel, fue elegido como primer presidente del partido. El pernambucano, entonces, se dedicó a la política: en 1982, concurrió al gobierno de São Paulo y, en 1986, fue elegido diputado constituyente.
Imagen: Getty Images/AFP/C. Petroli
Campaña de 1989
El PT lanzó la candidatura de Lula en las primeras elecciones presidenciales directas tras el fin del régimen militar. Con una imagen de obrero y un discurso de izquierda, Lula provocó temor en varios sectores de la economía, que se alinearon a favor del candidato Fernando Collor. El 'petista' fue derrotado en la segunda vuelta. Hubo acusaciones de manipulación de la prensa en favor de Collor.
Imagen: picture-alliance/dpa/R. Gostoli
Campaña de 1994
Con las primeras denuncias de irregularidades en el gobierno de Collor, Lula lanzó en 1991 el movimiento "Fuera Collor" en apoyo al 'impeachment'. En 1994, concurrió nuevamente a la presidencia, con Aloizio Mercadante como segundo, pero fueron derrotados en la primera vuelta por Fernando Henrique Cardoso (PSDB). El PT, por otro lado, conseguía sus primeros gobernadores.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Scorza
Campaña de 1998
En 1998, Lula sufrió una de sus peores derrotas electorales. Entonces tuvo como candidato a vicepresidente al exgobernador Leonel Brizola (PDT), uno de sus rivales en la elección de 1989 y con quien disputaba la hegemonía de la izquierda. La fórmula no funcionó. Lula obtuvo sólo el 31% de los votos y no llegó a la segunda vuelta: el presidente Fernando Henrique Cardoso fue reelegido con el 53%.
Imagen: picture alliance/AP Photo/R. Gostoli
La toma de posesión de Lula
El eterno candidato del PT finalmente asumió la presidencia en enero de 2003, tras ocho años de gobierno del PSDB. Lula fue elegido con el 61% de los votos válidos en la segunda vuelta. La victoria llegó tras una intensa campaña, que vendió una imagen más moderada, simbolizada en el lema "Lulinha paz y amor", con el objetivo de calmar los mercados y ampliar el espectro electoral del partido.
Imagen: O. Kissner/AFP/Getty Images
Economía al alza
Tras las turbulencias finales de la era Cardoso, la economía brasileña volvió a crecer con Lula, sobre todo por el boom de las materias primas. Fue una época de grandes inversiones en obras de infraestructura. Y del descubrimiento del yacimiento del Presal. El crecimiento medio del PIB en el segundo mandato alcanzó el 4,6% anual. Esto catapultó la popularidad de Lula, que llegó al 87% en 2010.
Imagen: AP
Caída de la desigualdad
Los programas sociales lanzados por Lula, como Mi Casa, Mi Vida y ProUni, también contribuyeron a la popularidad del presidente. La Bolsa Familia, creada en 2004 a partir de la unificación de otros programas de transferencias de renta, se convertiría en su motor principal. Casi 28 millones de brasileños salieron de la pobreza en los ocho años del gobierno de Lula, según un balance de 2010.
Imagen: Vanderlei Almeida/AFP/Getty Images
El escándalo del mensajero
En 2005, el gobierno Lula fue alcanzado de lleno por el escándalo de compra de votos de diputados, el 'mensalão'. A pesar del desgaste, Lula sobrevivió a la crisis. Otros, como el ministro José Dirceu, una de las figuras fuertes de su gobierno, sucumbieron. Lula afirmó inicialmente que sus asesores lo habían "apuñalado", pero luego dijo que el caso era una invención de la oposición y la prensa.
Imagen: picture alliance / dpa / picture-alliance
La elección de Dilma
Tras ser reelegido en 2007 con más del 60% de los votos, Lula comenzó a preparar el terreno para su sucesión. Para ello eligió a su entonces ministra jefe de la Casa Civil, Dilma Rousseff, una tecnócrata sin experiencia electoral. En los tres años siguientes, Lula promovió la imagen de Dilma junto a los brasileños. La estrategia funcionó y salió elegida en 2010.
Imagen: Fabio Rodrigues Pozzebom/EBC
Lucha contra el cáncer
En octubre de 2011, a Lula le fue diagnosticado un cáncer de laringe. Se sometió a un agresivo tratamiento. Por primera vez desde 1979 se le vio sin barba. Los exámenes apuntaron a la remisión completa del tumor unos cinco meses después y Lula volvió a involucrarse en las campañas del PT. Una de las grandes victorias electorales de 2012 fue la de Fernando Haddad en el Ayuntamiento de São Paulo.
Imagen: AFP/Getty Images
Lula y el caso 'Lava Jato'
En marzo de 2016, Lula se vio involucrado en la 'Operación Lava Jato', que investiga el escándalo de corrupción en Petrobras. El expresidente fue llamado a declarar sobre un sitio en Atibaia, un triplex en el Guarujá y sus relaciones con contratistas investigados por corrupción. El mismo día, la Policía Federal hizo registros en residencias del petista y de su familia, además del Instituto Lula.
Imagen: Reuters/P. Whitaker
Demandado en varios procesos
En los meses siguientes, Lula fue denunciado de delitos como corrupción pasiva, lavado de dinero, obstrucción de la justicia y tráfico de influencias, viéndose acusado en cinco procesos diferentes, incluido el de 'Lava Jato'. Él siempre desmintió las acusaciones, negó cualquier delito y dijo ser víctima de una persecución política. También niega ser propietario de los inmuebles investigados.
Imagen: picture-alliance/abaca
Declaración ante Moro
En mayo de 2017, Lula declaró por primera vez como acusado ante el juez Sergio Moro. En un testimonio prestado en Curitiba, volvió a negar las acusaciones y alegó estar siendo perseguido políticamente. Y exigió la presentación de pruebas de que sea dueño de los inmuebles en Guarujá y Atibaia. El interrogatorio fue el último paso antes de la sentencia dentro de la Operación 'Lava Jato'.
Imagen: Abr
Lula, condenado
Lula fue condenado por primera vez el 12 de julio de 2017. La sentencia del juez Sergio Moro impone 9 años y 6 meses de prisión por los delitos de lavado de dinero y corrupción pasiva. El petista se habría beneficiado de una oferta pagada por la empresa OAS en la compra y reforma de un triplex en el Guarujá. Es la primera vez que un expresidente es condenado por corrupción en Brasil.