Una jueza del Tribunal Supremo de Brasil denegó la petición del expresidente Luiz Inácio da Silva de suspender las investigaciones en torno a su posible implicación en las corruptelas de la petrolera estatal, Petrobras.
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Este viernes (4.3.2016), al caer la tarde en Brasil, Luiz Inácio “Lula” da Silva, expresidente de ese país sudamericano, fue aclamado por simpatizantes cuando regresó a su domicilio tras haber sido arrestado por la Policía Federal e interrogado durante tres horas en la comisaría del aeropuerto de Congonhas, en Sao Paulo, por su presunta implicación en el entramado de corruptelas de la empresa estatal Petrobras. La Fiscalía brasileña aseguró en rueda de prensa que el exmandatario fue “uno de los principales beneficiarios de los delitos” cometidos en el seno de la petrolera.
Más tarde, Rosa Weber, una de las magistradas del Tribunal Supremo de Brasil, denegó la solicitud hecha por los defensores del expresidente de posponer las investigaciones en su contra; éstos habían pedido la suspensión cautelar de las pesquisas hasta que el Supremo se pronunciara sobre un posible conflicto de competencias entre dos cortes –el Tribunal de Justicia de Sao Paulo y el Tribunal Federal de Curitiba– que han abierto procesos paralelos para determinar si Lula estaba involucrado en el escándalo de corrupción en torno a Petrobras. Weber negó también que Lula fuera objeto de una persecución.
La jueza dio un plazo de diez días para escuchar a la Fiscalía de Sao Paulo antes de tomar una decisión sobre cuál de los tribunales es el más competente para llevar esta causa. Por su lado, el Instituto Lula, dirigido por el expresidente, denunció la “divulgación irresponsable” y apresurada de informaciones por parte de la Fiscalía, según la cual los indicios contra Lula son “bastante significativos”. El Instituto Lula negó haber recibido donaciones valoradas en unos 20 millones de reales –unos 5 millones de dólares–de las cinco empresas más comprometidas en los desvíos en Petrobras.
Las reacciones a favor y en contra del arresto, el interrogatorio y los allanamientos de los que Lula fue objeto este 4 de marzo han sido categóricos, dentro y fuera de Brasil. A lo largo del día, seguidores y detractores de Lula se enfrentaron en diversos puntos de Sao Paulo y a las puertas de la casa del expresidente en movilizaciones que dejaron varios heridos. A otra escala, varias asociaciones brasileñas de jueces y fiscales defendieron –por separado– el curso de las investigaciones contra casos de corrupción de gran magnitud, como el de la empresa Petrobras.
Las mociones contra Lula fueron criticadas tanto por la actual presidenta de Brasil, Dilma Rousseff –quien las tachó de “innecesarias”–, como por el oficialista Partido de los Trabajadores (PT), que las describió como un “capítulo más en la escalada golpista” contra el Gobierno. Por su parte, el Partido Socialista Brasileño (PSB), que durante años fue uno de los principales aliados del PT, anunció este viernes (4.3.2016) su separación definitiva del Ejecutivo de Rousseff debido al “deterioro ético” exhibido por el status quo. La ruptura fue comunicada por el presidente nacional del PSB, Carlos Siqueira.
Por su parte, los integrantes del bloque kirchnerista Frente para la Victoria (FpV) en el Parlamento del Mercosur (Parlasur) manifestaron su “más profunda solidaridad” con Lula. Gestos similares de apoyo fueron oreados desde otros rincones de Sudamérica. “La persecución a Lula en Brasil nos recuerda muy bien a lo que hicieron con el proceso de cambio en Paraguay. Dejavú?”, escribió en la red social Twitter el expresidente paraguayo Fernando Lugo, destituido en 2012 en un juicio político que provocó la suspensión de Paraguay en el Mercosur hasta agosto de 2013.
El secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) secundó a Lugo en Twitter: “Mi solidaridad personal con el Ex Presidente Lula sometido a un linchamiento mediático q afecta su derecho a la presunción d inocencia”, escribió Ernesto Samper. También los mandatarios Evo Morales, de Bolivia, y Nicolás Maduro, de Venezuela, le comunicaron su respaldo al otrora “hombre fuerte” de Brasilia. Maduro dijo estar convencido de que Lula saldría robustecido de este “miserable ataque”.
ERC ( EFE / dpa )
Altos y bajos en la trayectoria política de Dilma Rousseff
Antes de llegar a la presidencia de Brasil, Dilma Rousseff luchó contra la dictadura y un cáncer, y fue ministra de Lula. La crisis económico-política y un juicio de destitución se convirtieron en su mayor adversario.
Imagen: Roberto Stuckert Filho
Un agitada vida política
Un vistazo a la vida política de Dilma Rousseff, que comenzó ssiendo muy joven. A fines de los años 60 integró organizaciones que combatían la dictadura, hasta ser tomada presa, en enero de 1970, y torturada durante más de 20 días. Cuando salió de prisión, dejó la lucha armada y se mudó a Río Grande do Sul, donde estudió Economía y ayudó a fundar el Partido Democrático de los Trabajadores (PDT).
Imagen: AP/Arquivo Público do Estado de São Paulo
Junto a Lula
Dilma se afilió al Partido de los Trabajadores (PT) en 2001, cuando era secretaria de Minas y Energía de Rio Grande do Sul. Con la elección de Luiz Inacio "Lula" da Silva, en 2002, fue nombrada ministra de Minas y Energía. En 2005, asumió la jefatura de la Casa Civil. Ese cambio marcó el inicio de una reforma ministerial en medio de una crisis política.
Imagen: Ricardo Stuckert/PR
Ministra "de línea dura"
Cuando era ministra y jefa de la Casa Civil, Dilma anunció la creación de un Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), en 2007, que no se desarrolló como se esperaba, y asumió la dirección de iniciativas como el programa “Mi casa, mi vida”. En 2009 presentó un marco regulatorio que define las reglas de la explotación de las reservas de petróleo del presal.
Imagen: A. Nascimento/ABr
Su lucha contra el cáncer
En abril de 2009 se le diagnosticó cáncer linfático. Tras una cirugía y meses de radioterapia, Dilma anunció en septiembre de ese año que estaba curada. Ya era precandidata del PT para suceder a Lula. “Si uno se desarma ante esta dolencia, ella vence. Pero si uno no lo hace, percibe que la vida no acabó, y que incluso puede estar mejor que antes”, dijo a DW sobre su enfermedad.
Imagen: AP
Llegada a la presidencia
En octubre de 2010, Dilma dejó de ser una actriz secundaria en el escenario político para ser la sucesora de la política del expresidente Lula. Ganó en segunda vuelta contra José Serra y pasó a ser la primera presidenta de la historia brasilera. Asumió el cargo el 1º de enero de 2011.
Imagen: AFP/Getty Images/Evaristo Sa
Primer discurso en la ONU
“Por primera vez en la historia de las Naciones Unidas, una voz femenina inaugura el debate. Es la voz de la democracia y la igualdad amplificándose en esta tribuna”, dijo Dilma en la apertura de la 66ª Asamblea General de la ONU, en septiembre de 2011. Allí resaltó el papel de la mujer en la sociedad y en la política, lamentó la ausencia palestina y defendió la reforma del Consejo de Seguridad.
Imagen: picture-alliance/dpa
Dimisión de ministros
De los 39 ministros que integraban el equipo de la presidenta electa, ocho dejaron sus cargos en los primeros 14 meses de mandato tras escándalos. Siete de ellos venían del gobierno de Lula. De los ocho que dimitieron, solo Nelson Jobim, entonces ministro de Defensa, no estaba envuelto en denuncias de corrupción.
Imagen: AP
Inclusión social
Durante su primer mandato, Dilma dio continuidad a programas sociales del gobierno de Lula como la Bolsa Familia y Mi casa, Mi vida, y subastó el Campo de Libra, en el presal, destinando recursos a la educación y a la salud. También se crearon nuevos programas, como Pronatec y Más Médicos, este último, objeto de duras críticas por las entidades médicas, que realizaron protestas y huelgas.
Imagen: picture alliance/AE
Corrupción en Petrobras
En marzo de 2014, la Policía Federal de Brasil puso en marcha la Operación Lava Jato para investigar un megalavado de dinero que envuelve a Petrobras, a grandes empresas del país y a decenas de políticos. El escándalo en la petrolera estatal sirvió de combustible a la oposición durante la campaña electoral en ese año.
Imagen: AFP/Getty Images/K. Betancur
Elecciones disputadas
Dilma fue reelecta el 26 de octubre de 2014 con 54,5 millones de votos, en segunda vuelta, en una de las elecciones más disputadas de la historia de Brasil, con una diferencia de apenas 3,5 millones de votos para el segundo, Aécio Neves (PSDB). La campaña estuvo marcada por ataques verbales, escándalos y la muerte de uno de los candidatos, Eduardo Campos (PSB), sustituido por Marina Silva.
Imagen: picture-alliance/dpa/Sebastião Moreira
Crisis económica
Con una victoria apretada, Dilma enfrentó la paralización del crecimiento económico. En su primer mandato, el PIB creció menos de lo esperado, pero para los próximos dos años, la proyección fue aún peor: de retracción. La inflación, que viene creciendo desde 2012, superaría el techo prefijado en 2015, lo que no ocurría desde 2003.
Imagen: E. Sa/AFP/Getty Images
Protestas y reprobación
Las manifestaciones de junio de 2013 apenas afectaron a Dilma. En 2015, por otro lado, centenas de miles de personas salieron a la calle en Brasil para protestar específicamente contra el gobierno de la presidenta y los escándalos de corrupción. La gestión de Dilma Rousseff, que llegó a ser aprobada por el 73% de los brasileros en 2011, vio caer esa cifra a un 8% cuatro años más tarde.
Imagen: Getty Images/AFP/E. Sa
Déficit de presupuesto
En agosto de 2015, enfrentándose con el Congreso, el gobierno presentó una propuesta de presupuesto para 2016 con una previsión de déficit de 30,5 billones de reales, algo inédito. La decisión llevó a que la agencia de clasificación de riesgo Standard & Poor’s rebajara la nota de Brasil. Luego, el gobierno anunció un ajuste fiscal que aún trata de negociar con el Congreso.
Imagen: picture-alliance/epa/F. Bizerra jr.
"Maniobras" fiscales
A comienzos de octubre, el Tribunal de Cuentas de la Unión Brasilera recomendó rechazar las cuentas de 2014. La decisión es usada por la oposición para fundamentar un pedido de proceso de destitución para Rouseff. Dilma anunció el corte de ocho ministerios, la extinción de 30 secretarías en todas las carteras y la reducción de un 10% del salario para los ministros y para sí misma.
Imagen: Reuters/U.Marcelino
Cunha, pieza clave del juego político
El presidente de la Cámara de diputados, Eduardo Cunha, rompió con el gobierno cuando fue investigado por el escándalo de Petrobras. En vez de perder fuerza por las denuncias de corrupción, se mantiene firme en el poder y su actuación es decisiva para abrir un proceso de destitución contra Dilma, lo que desea la oposición.