Máquinas inteligentes se toman la Feria de Hanóver
6 de abril de 2013 La invención de la máquina de vapor a finales del siglo XVIII propició la revolución industrial, la cadena de montaje para la producción en serie le dio un nuevo impulso a principios de la centuria pasada y las computadoras han influido de tal forma sobre la actividad humana desde hace cincuenta años, que ahora hasta se habla del fin de la era industrial y el inicio de la era de la información. Fritz Klocke, del Instituto Fraunhofer para la Tecnología de la Producción (IPT) de Aquisgrán, prefiere llamarla la cuarta revolución industrial.
“El término ‘Industria 4.0’ alude al hecho de que estamos fusionando la fábrica con Internet”, explica Klocke, haciendo referencia al diseño y la elaboración de componentes inteligentes dotados con identidades digitales propias con miras a facilitar su reparación a distancia. Los elementos en cuestión no sólo “piensan” para solucionar problemas por su cuenta, sino que hacen sonar la alarma cuando deben ser reparados. Quién necesite ver para creer puede acercarse a la Feria de Hanóver, que será inaugurada este domingo (07.04.2013).
Identidades digitales
En la Feria de Hanóver –la exhibición industrial más grande del mundo–, todo girará alrededor de la llamada “industria integrada” este año. Después de todo, ella es la que ha hecho posible automatizar casi todas las operaciones de los automóviles, por citar un ejemplo cotidiano. Para poder controlar en todo momento si el sistema de los coches funciona como debería, los fabricantes aspiran a permanecer en contacto con el auto, aún después de su venta. Es no es ciencia ficción, sino una meta a corto plazo.
“En el futuro, el auto será parte de Internet”, sostiene Klocke. Sensores especiales determinarán si el sistema de los autos presenta problemas y enviarán la información a sus respectivos fabricantes a través de la red, explica el director del IPT. Werner Herfs, de la Escuela Técnica Superior de Aquisgrán (RWTH), cuenta con que algunos componentes de las máquinas funcionarán de manera autónoma, elaborando sus propios diagnósticos y estableciendo, con ayuda de los técnicos, si debe recibir mantenimiento o ser reemplazado.
La industria está buscando la manera de insertar chips o inscribir marcas digitales en sus productos, tanto para protegerse de los plagiadores como para permitir que esos productos tengan un doble identidad: una física o material y una virtual o digital. La ventaja de esas marcas es que permiten monitorear su seguridad y rendimiento a distancia; dos aspectos importantes para grandes complejos industriales o centrales energéticas, por ejemplo. Y esos son sólo algunos de los beneficios que ofrece la “identidad digital” de los productos industriales.
Autores: Fabian Schmidt / Evan Romero-Castillo
Editor: Diego Zúñiga