Unos 25 policías mueren en ataque de talibanes en Afganistán
21 de octubre de 2020
"Iban camino a realizar una operación en el distrito cuando fueron atacados por talibanes", dijo Jawad Hejri, portavoz del gobernador de la provincia de Tajar.
Publicidad
"Los talibanes habían tomado posiciones en las casas de la zona y tendieron una emboscada a nuestras fuerzas", agregó. Según él, "los combates continúan y los talibanes también han sufrido muchas bajas".
Abdul Qayum, director de los servicios de salud de la provincia, confirmó el ataque, pero dijo que había habido 34 miembros de las fuerzas de seguridad fallecidos. Los talibanes no han reaccionado ante estas informaciones.
Acuerdo de paz con Estados Unidos
El grupo insurgente y Estados Unidos firmaron en febrero un acuerdo histórico tras 19 años de guerra. Washington se comprometió a retirar a todos sus militares de Afganistán y a cambio, los talibanes prometieron no dejar que grupos terroristas operen desde los territorios que ellos controlan, no atacar ciudades e iniciar conversaciones de paz directas con el gobierno de Kabul.
Pero estas negociaciones afganas solo empezaron en septiembre en Doha, en Catar, y la violencia no se ha reducido. Por su parte, las fuerzas estadounidenses han seguido retirándose como previeron.
Once mujeres mueren en estampida de solicitantes de visa
Por su parte, en Jalalabad, murieron al menos 11 mujeres y otras 13 resultaron heridas al producirse una estampida este miércoles cuando miles de solicitantes de un visado paquistaní se congregaron en un estadio en el este de Afganistán.
Los hechos tuvieron lugar esta mañana en un estadio de fútbol en Jalalabad, capital de la provincia de Nangarhar, donde el consulado de Pakistán en la ciudad había abierto el proceso de solicitud de visados por primera vez tras siete meses de cierre por la pandemia.
Las autoridades, sin embargo, no esperaban que se congregaran allí "decenas de miles" de hombres, mujeres y ancianos, lo que propició la tragedia, según informó a Efe la oficina de prensa del gobernador de Nangarhar.
jov (afp, efe)
La interminable lucha por el poder en Afganistán
A 17 años de la invasión estadounidense, Afganistán sigue sumido en la violencia desatada por los talibanes. Una serie de mortales atentados en el último año sugiere que los radicales son más fuertes que antes.
Imagen: picture alliance/Photoshot
Una seguridad frágil
Los reiterados ataques que han tenido lugar en 2018 y 2019 han causado la muerte y dejado con heridas a cientos de inocentes, y muestran cuán frágil es la situación del país y el débil poder del gobierno. Los incidentes han provocado desesperación en los ciudadanos, cansados de la guerra, y han puesto en evidencia las limitaciones del Estado para garantizar la estabilidad.
Imagen: Reuters/M. Ismail
Una larga serie de ataques
Los episodios de violencia han puesto nuevameente a Afganistán en el centro de la mirada internacional. Tanto los talibanes como el Estado Islámico se han atribuido distintos ataques, mientras crece la presión para que el gobierno afgano mejore la seguridad y recupere los territorios que están bajo el dominio de distintos grupos insurgentes, incluidos los ya citados talibanes y Estado Islámico.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Hossaini
Ofensiva de primavera
En 2018, los talibanes anunciaron el comienzo de su ofensiva anual de primavera, desestimando una oferta de paz realizada por el presidente Ashraf Ghani. Los milicianos, que luchan para reinstaurar su visión radical de la ley islámica, aseguraron que su campaña fue en respuesta a la estrategia adoptada por EE.UU. en 2017, más agresiva con el fin de forzar a los insurgentes a sentarse a negociar.
Imagen: Reuters
La política para Afganistán de Trump
El presidente de EE.UU., Donald Trump, presentó una nueva estrategia para Afganistán en 2017, prometiendo desplegar más tropas para entrenar a las fuerzas afganas. También aseguró que su país seguiría apoyando a los afganos en su guerra contra los talibanes y que, para ello, la presencia estadounidense se extendería todo lo que fuera necesario. En 2019, sin embargo, cambió de parecer.
Imagen: Getty Images/AFP/B. Smialowski
Proceso de paz
Pese a que el presidente Ghani realizó una oferta en febrero de 2018 para que hubiera conversaciones de paz "sin condiciones previas", los talibanes no mostraron interés alguno hasta 2019, desestimando las propuestas como parte de una "conspiración". En 2019 aceptaron negociar, pero directamente con Estados Unidos, pasando por encima de Kabul.
Imagen: Getty Images/AFP/N. Shirzad
Apoyo paquistaní
Pakistán ha sido presionado por Kabul y Washington para que deje de ofrecer refugio a los militantes acusados de realizar ataques en Afganistán, un cargo que Islamabad niega, insistiendo en que su influencia sobre los insurgentes es sobreestimada. Kabul e Islamabad intercambian acusaciones de proteger a milicianos del otro país. El lenguaje áspero ha caracterizado la relación entre ambos vecinos.
Imagen: DW/H. Hamraz
El papel de los señores de la guerra
Además de los talibanes, los señores de la guerra afganos ejercen una enorme influencia en el país. El año pasado, el líder de Hizb-i-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, volvió a Kabul -tras un exilio de 20 años- para jugar un rol activo en la política. En septiembre de 2016, el gobierno firmó un acuerdo con él con la esperanza de que otros señores de la guerra y grupos radicales siguieran el ejemplo.
Imagen: Reuters/O.Sobhani
Un gobierno ineficiente
En medio de una interminable batalla por el poder, los niveles de respaldo al presidente Ghani no hacen más que bajar. La corrupción desenfrenada y el largo tira y afloja dentro del gobierno de unidad nacional respaldado por Estados Unidos han tenido un impacto negativo en los esfuerzos gubernamentales para acabar con el terrorismo.