Más de 280 muertos en una semana en el Mediterráneo
28 de octubre de 2016
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La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) comunicó el viernes (28.10.2016) que más de 280 inmigrantes y refugiados habrían muerto ahogados en la última semana en la ruta del Mediterráneo central, entre Libia e Italia. El naufragio más grave costó la vida a 97 personas, que murieron el pasado miércoles por la noche después de que su embarcación se hundiese al este de Trípoli. 29 pasajeros pudieron ser rescatados.
En lo que va de año, la OIM estima que 3.930 inmigrantes y refugiados han muerto o desaparecido intentando llegar por mar a Europa. La organización, sin embargo, indicó que esa cifra representa "un mínimo" y que en breve seguramente la ajustará al alza en vista de que hay operaciones de búsqueda y rescate en marcha. Suponiendo que las cifras sean reales, habría muerto una media de trece personas al día en el Mediterráneo. Y es que los cuerpos de rescate consideran que el 60 por ciento de los cuerpos de los inmigrantes que sufren un naufragio nunca son recuperados del mar.
Sobre las llegadas, la OIM reportó que 332.046 inmigrantes y refugiados han entrado a Europa por mar desde que empezó 2016. De ellos, 169.524 desembarcaron en Grecia y 157.049 en Italia, lo que en el caso de este último país representa un incremento del 12 por ciento de llegadas con respecto al mismo periodo de 2015. Sin embargo, la cifra total de llegadas es menos de la mitad de las que se habían registrado en este mismo momento del año pasado, cuando ya habían superado las 728.000. (EFE)
Refugiados: qué nos dicen las estadísticas
¿Es la crisis de los refugiados un problema europeo? ¿De dónde vienen estas personas que huyen de la guerra o la persecución? ¿Dónde han encontrado mayor acogida? Le ofrecemos los datos de ACNUR.
El efecto empuje de la "fortaleza europea"
Ceuta, Melilla, Grecia o Bulgaria no les dejan alternativa. El cierre de las fronteras terrestres de la UE no ha frenado a quienes huyen de sus países: su ruta se ha desplazado, viéndose abocados a cruzar el Mediterráneo. El precio, en muchos casos, es mayor que el que pagan a los traficantes: según la Organización Internacional de las Migraciones, 3.224 personas murieron en sus aguas en 2014.
Alemania, destino soñado
El cierre de la frontera de Serbia con Hungría ha obligado a los refugiados a tomar la vía croata. El viernes 25 de septiembre fueron 10.000 los refugiados llegados en un solo día a territorio de Croacia. Todos quieren llegar a Alemania, donde la popularidad de la canciller Angela Merkel ha descendido a raíz de su compromiso con la acogida de refugiados.
¿Quién huye y de qué?
En 2014, ACNUR contabilizó 59,5 millones de desplazados por la fuerza en el mundo, la mayor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial. A pesar de ser el grupo más numeroso, y el que recibe mayor atención mediática, los sirios solo suman el 27 por ciento del total de refugiados del mundo, es decir, ni siquiera una tercera parte.
Más allá de Europa
La llamada "crisis de los refugiados" no es ni de lejos un problema exclusivamente europeo. De hecho, los países europeos no figuran en los primeros puestos de la clasificación mundial de países de acogida. El mundo desarrollado, al menos en 2014, no ha hecho ni de lejos el esfuerzo que han hecho muchos países considerados más atrasados, menos democráticos o más inseguros.
¿A cada uno según sus capacidades?
Este argumento, esgrimido por algunos mandatarios europeos en el reparto acordado hace unos días, se cae por su propio peso. Líbano (con más de un millón de refugiados en su territorio) y Jordania (con más de medio) sí son países desbordados por la llegada de refugiados. La financiación que los países ricos habían prometido para sus campos de refugiados, por cierto, aún está por llegar.
La odisea invisible
Los refugiados que llegan a otros países son solo una minoría de las personas desplazadas por los conflictos o la persecución. Valga Siria como ejemplo: según el Centro de Vigilancia de Desplazamiento Interno, una ONG noruega, el 40 por ciento de su población ha tenido que desplazarse. Al no cruzar las fronteras, no tienen derecho a la protección internacional que debe recibir un refugiado.