Más de 50 civiles muertos en bombardeo de Ejército nigeriano
17 de enero de 2017
El ataque aéreo estaba dirigido en un principio a una reunión de miembros de la organización terrorista Boko Haram. Pero, según las autoridades, "desafortunadamente" cayó un campo de refugiados cercano a Camerún.
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Al menos 52 personas murieron este martes (17.01.2017) y otras 120 resultaron heridas luego de que el Ejercito nigeriano bombardeara un campo de refugiados de la localidad de Rann, en el norte del país.
El Ejército, que no precisó el número de víctimas, confirmó el ataque aéreo ocurrido durante una operación militar contra el grupo terrorista nigeriano Boko Haram Aseguró que "desafortunadamente" afectó a civiles y miembros del personal humanitario de Médicos sin Fronteras (MSF) y del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Según la última actualización de MSF, la cifra de muertos se sitúa en 52, mientras que los equipos de emergencia sobre el terreno siguen atendiendo a cerca de 120 heridos.
La Cruz Roja señaló que al menos seis trabajadores locales de su organización murieron y otros 13 resultaron heridos. Pertenecen al grupo de personal sanitario que atiende a los cerca de 25.000 desplazados, según dijo la organización en Twitter.
El Ejército nigeriano envió helicópteros al lugar para asistir a los heridos.
Condolencias
El portavoz del Gobierno, Femi Adesina, en nombre del presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, expresó sus condolencias a las familias de los fallecidos en este suceso, que calificó de "lamentable error operacional".
Según explicó el comandante del Ejército, Lucky Irabor, en una rueda de prensa en la ciudad de Maiduguri (norte), el ataque militar se inició por la mañana.
"El ataque se llevó a cabo, pero, desafortunadamente, se vieron afectados otros civiles, que estaban en los alrededores de la zona", aseguró el comandante, que se encontraba a cargo de la operación militar.
El campamento de desplazados internos de Rann se encuentra situado muy cerca de la frontera con Camerún, en el estado norteño de Borno, uno de los objetivos habituales del grupo terrorista Boko Haram.
MSF aseguró que sus equipos médicos y quirúrgicos en Camerún y Chad están listos para tratar a las decenas de heridos.
Boko Haram
Boko Haram ha matado a más de 20.000 personas y ha obligado a más de 2,5 millones a huir de sus hogares desde que empezó su actividad terrorista en 2009.
Los yihadistas han sufrido numerosas derrotas desde que Nigeia, Chad, Camerún y Níger decidieran crear una fuerza multinacional para coordinar una ofensiva alrededor del lago Chad, zona fronteriza de los cuatro países.
No obstante, en las últimas semanas los yihadistas han vuelto a perpetrar varios ataques en el noreste nigeriano, donde luchan por instaurar un estado de corte radical islámico.
DG (efe, dpa)
Exrehenes de Boko Haram: "Todavía duele"
Casi 300 mujeres que fueron liberadas de las garras de Boko Haram viven por ahora en campamentos para refugiados, pero su sufrimiento aún no terminó. Desde Nigeria, Jan-Philipp Scholz nos ofrece estas imágenes.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Sonrisas ausentes
“Aquí uno enseguida se da cuenta de una cosa: los niños no sonríen”, cuenta un ayudante en el campamento de refugiados de Malkohi, cerca de la ciudad nigeriana de Yola. Allí viven cerca de 300 personas que fueron liberadas la semana pasada de las garras de la organización terrorista Boko Haram. Casi la mitad de ellas es menor de 18 años. Uno de cada tres niños está subalimentado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Solo pude abrazar a mi hija"
Lami Musa es la madre de la habitante más joven del campamento. La semana pasada dio a luz a una niña, y unos días más tarde fue rescatada por soldados. Durante la liberación, los terroristas mataron a varias mujeres. “Solo pude abrazar a mi hija contra mi pecho y cubrirla para protegerla”, recuerda Lami Musa.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Halima perdió un hijo
Halima Hawu tuvo menos suerte: uno de sus tres hijos fue atropellado y murió mientras los terroristas la secuestraban. Durante la liberación de los rehenes, un soldado le disparó en la pierna mientras un miembro de Boko Haram la usaba –como a tantas otras mujeres- como escudo humano. “Todavía duele, pero tal vez ya pasó lo peor”, espera Halima.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Casi no hay alimentos para los niños
Durante seis meses, Babakaka, de tres años, tuvo que vivir con los miembros de Boko Haram. Solo algunas veces había suficiente comida para los niños, cuentan las madres. Cuando lo liberaron, el niño estaba por morir de inanición, y ahora sigue estando muy débil. En el campamento no se le pudo dar el tratamiento médico adecuado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Escapar a pesar de todo
La madre de Babakaka fue transportada con cerca de otros 20 heridos graves al hospital cercano, en Yola. Uno de los rehenes que caminaba delante de ella pisó una mina terrestre. La explosión fue tan fuerte que la mujer perdió al bebé que traía amarrado a su cuerpo y sufrió heridas de gravedad
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Falta personal médico
A excepción de algunas donaciones de ropa usada, aún no ha llegado demasiada ayuda internacional para las mujeres y niños en el campamento de Malkohi. Les falta de todo, especialmente personal médico. No hay ningún médico, sino solo dos enfermeras y una partera que tratan de ayudarlos en lo que pueden.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Importante ayuda de voluntarios
“No entiendo por qué nuestras autoridades responsables de casos de emergencia no hacen nada”, se queja la trabajadora social Turai Kadir, que logró que una especialista en niños subalimentados se hiciera cargo de ellos en el campamento. “En realidad, es tarea de NEMA, la oficina nigeriana para ayuda en casos de catástrofe, pero sus capacidades han sido superadas”, explica.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Resistencia increíble"
Regina Musa volvió hace poco de EE: UU. para enseñar Psicología en la Universidad de Yola. Ahora ayuda a asesorar a mujeres y niños. “Las mujeres han demostrado una resistencia increíble a la adversidad”, dice Musa, y cuenta que muchas incluso se ocuparon de niños de otras mujeres durante su cautiverio. “Tenemos que lograr que entiendan lo que fueron capaces de hacer”.