El diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung: “Tras la intromisión de clérigos en la política de familia, la discusión sobre la puesta a disposición de más plazas en jardines infantiles amenaza con convertirse en una disputa confesional. Nada tan inconveniente como eso, como lo demuestra la vida real.

Quien tenga hijos se da cuenta muy rápido que casi todas las condiciones de vida cambian. Todo el cúmulo de necesidades no lo van a suplir unos cuantos jardines infantiles. Pero es que incluso la esperanza de que con sólo mejorar la oferta de atención a los niños los alemanes van a querer tener más hijos a develarse como lo que es: una ilusión.”

Se gastan el dinero de hijos en cigarrillos

El periódico muniqués Süddeutsche Zeitung: “Los niños en Alemania crecen en las más diversas condiciones. Hay familias en las que todo ronda en torno a los pequeños, pero hay también otras en donde niños de 6 años a duras penas pueden contar hasta 10 y no le dan ni siquiera un pan para comer en los recreos. Hay niños totalmente abandonados porque los padres se sienten sobrecargados.

Si el Estado mejora su oferta de asistencia infantil tanto padres como hijos sacarán provecho. Así se podrá evitar que algunos niños y niñas tengan obstáculos desde un principio. Lo que dice la ministra alemana de Familia, Ursula von der Leyen, es cierto: si el Estado eleva las subvenciones por niño, los padres comprar muchos cuadernos y lápices de color. Lo que pasa es que algunos padres prefieren gastarse ese dinero en alcohol y cigarrillos. Por eso es que es mejor invertir en más jardines infantiles”.

Irán libera a rehén francés

El diario francés La Presse de la Manche: “El mayor dirigente revolucionario de Irán, Ayatollah Ali Chomenei, indultó al francés Stéphane Lherbier y confiamos en que el alemán Donald Klein también sea favorecido con tal gesto. Su secuestro no más que un crimen de Estado. Una señal de resistencia de los duros en el poder que quieren ejercer presión sobre la Unión Europea en el conflicto del Cercano Oriente.

El caso del secuestro de estos dos ciudadanos europeos en Irán hace recordar uno más trágico, el de la condena a muerte de varias enfermeras búlgaras y un médico palestino: una bancarrota de la justicia, una ofensa para la razón humana – una verdadera manipulación política, indigna de un Estado que quiere aparecer decoroso”.