Los oficios artesanales han perdido adeptos. La mayoría de los jóvenes prefieren ahora trabajar frente a una computadora. Eso supone un problema para numerosos talleres que trabajan a destajo y, a veces, se ven obligados incluso a rechazar pedidos. Tejadores de la región de Renania-Westfalia han decidido ponerse manos a la obra para combatir el problema.