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Métodos extremos

10 de agosto de 2009

Los juicios contra opositores en Irán y los atentados de ETA en la isla de Mallorca son temas que ocupan a los editorialstas europeos este lunes.

Guardias de la revolución islámica se enfrentan a manifestantes en Irán.Imagen: picture-alliance/ dpa

El periódico francés La Montagne, de Clermont-Ferrand: "La disculpa de Clotilde Reiss ante la corte y el reconocimiento a sus errores apuntan hacia una condena que permitiría a los iraníes concederle clemencia. Si queda en libertad, ella podrá decir incluso que fue sometida a presiones. Es el escenario más posible, que parece satisfacer a todos. La única sorpresa es la lentitud con que Francia demanda la libertad inmediata de la prisionera. Pero es muy probable que, tras bambalinas, las negociaciones sigan por el mejor curso.”

Métodos extremos

En París, el diario Liberation: “El régimen de Teherán muestra cada día más su verdadero rostro. Hace unas semanas, los mulás y sus personeros cometieron un fraude electoral masivo. Además han reprimido brutalmente a quienes se les oponen, encarcelándolos, torturándolos e hiriéndolos. El proceso judicial simulado contra opositores, que recuerda a las peores mascaradas del comunismo, son los métodos más extremos de un régimen que ha perdido legitimidad y busca a quién culpar. Clotilde Reiss y un gran número de iraníes son víctimas de este odio.”

Represión en vez de diálogo

En la capital de Austria, el diario Die Presse: “El régimen conservador de Irán incrementa la presión sobre los opositores. Las amenazas son cada vez más estridentes. La última provino del comandante de la unidad de elite Pasdaran, Jadullah Jawani, quien exige el encarcelamiento del ex candidato Mir Hussein Moussavi y del antiguo parlamentario Mehdi Karroubi. El Gobierno pretende deshacerse de la oposición en lugar de buscar el diálogo.”

Mallorca y la encrucijada

En Alemania, el Westdeutsche Zeitung opina sobre los bombazos en Mallorca: “Estos sucesos fueron ajenos para nosotros mientras ETA hacía explotar sus bombas principalmente en el País Vasco. Pero dado que ahí ha perdido mucho apoyo, lleva el terror a nuestra isla favorita. Nadie sabe si se trata de un último respingo, o si acaso los atentados hacen gala de una nueva fuerza. Los vacacionistas se ven en una encrucijada: permanecer fieles a Mallorca y arriesgar la vida, o dar la espalda a la isla, fortaleciendo con ello a los terroristas.”

EL/afp/dp

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