La Pastoral de Movilidad de México denuncia el estado de inseguridad en el que actualmente se encuentran los defensores del migrante. La gota que ha colmado el vaso ha sido la marcha forzada del padre Alejandro Solalinde, fundador del albergue para desplazados “Hermanos en el Camino”, debido a las constantes amenazas de muerte que el religioso lleva sufriendo desde 2007.

En los últimos dos años el nivel de violencia contra los defensores de los migrantes se ha incrementado considerablemente: “hemos sufrido más de sesenta ataques, privaciones de libertad, linchamientos y amenazas contra nuestra integridad física”, comenta Axel García, miembro de la Pastoral de Movilidad Humana.

Para García, esta situación de vulnerabilidad y desprotección a la que se enfrentan los defensores de los migrantes “tiene que ver con la incapacidad del Gobierno mexicano de gestionar una política migratoria” capaz de luchar contra la trata de desplazados. “Nuestra vulnerabilidad ante el crimen organizado y las mafias es la misma que sufren los inmigrantes: los desplazados representan dinero fácil para el narcotráfico y nosotros tratamos de evitar precisamente que la delincuencia se lucre a costa del desplazado”.

La Pastoral de Movilidad Humana, que dispone de 53 albergues distribuidos estratégicamente en las zonas fronterizas de México, ofrece cobijo a migrantes mexicanos y centroamericanos en tránsito con destino a la frontera con Estados Unidos. “Les proporcionamos mapas, comida, asistencia médica y también les alertamos de los posibles peligros que deberán sortear a lo largo de ese peligroso viaje hacia el Norte”, comenta el defensor de Derechos Humanos.

El problema, según García, radica en que los migrantes no encuentran “ningún apoyo gubernamental” más allá de la ayuda que les presta las casas del Migrante: “estas personas están totalmente desamparadas, se encuentran solas ante un peligro real”.

Billete de ida y vuelta

Desde 2010, la organización Brigadas Internacionales de Paz proporciona acompañamiento físico al padre Alejandro Solalinde, a causa de su permanente situación de riesgo como defensor de los inmigrantes. Desde hace dos meses, el riesgo de atentado contra la vida del religioso se ha intensificado, por lo que a petición de organizaciones eclesiales y civiles, Solalinde se ha visto obligado a salir temporalmente del país.

Desde la pastoral se insiste en no tildar esta salida de exilio: “el padre tan sólo ha alargado un poco la agenda que tenía prevista desde el pasado enero mientras que la Procuraduría General de la República trata de esclarecer de dónde provienen las amenazas”, asevera Axel García. Lo que sí es seguro es que “el padre tiene billete de ida y vuelta”, puntualiza.

Alejandro Solalinde se encuentra actualmente en Chicago, donde visita a miembros de la Iglesia, jóvenes y autoridades locales. Más adelante, viajará a Europa de la mano de la organización Brigadas Internacionales de Paz donde la Responsable de Incidencia en España, Róisín Drury asegura que el religioso se reunirá en Barcelona con el Parlamento catalán y asistirá en Madrid a una sesión del Congreso de los Diputados para tratar de visibilizar los riesgos a los que se enfrentan los defensores de los Derechos Humanos en México.

Autora: Nuria García Reche

Editor: Enrique López