Después de una larga batalla judicial comenzaron los trabajos de exhumación de más de 100 cuerpos sin identificar hallados en una fosa en Tetelcingo, en el estado de Morelos. Sin Embargo los trabajos fueron suspendidos.
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Tras una larga lucha de familiares de las víctimas, de organizaciones de desaparecidos y de Derechos Humanos, a la que se sumó incluso la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), comenzó este lunes la exhumación y toma de muestras genéticas de más de un centenar de cuerpos localizados en una fosa clandestina en Tetelcingo, Cuautla, en el estado de Morelos. Los cuerpos, probablemente de víctimas de violencia, fueron depositados en esa fosa clandestina por las autoridades estatales, sin identificar, ni investigar la causa de su muerte.
La Procuraduría General de la República (PGR) anunció a principios de mayo su participación en la exhumación e identificación de los restos. También participan la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la Comisión Ejecutiva de Atención a las Víctimas (CEAV) y la Universidad Autónoma de Morelos (UAEM), entre otras organizaciones estatales y civiles como el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, fundado por el poeta Javier Sicilia, que perdió a su hijo en 2011.
“A raíz de la desgracia de la familia de Wenceslao es que se da con esas fosas, y se dan cuenta de que hay más de cien cuerpos sin identificar y que el gobierno no da respuesta. Es muy complicado para todas las familias, sobre todo por esta lucha jurídica que lleva ya varios meses“, afirma el activista Juan Carlos Trujillo, de la organización de desaparecidos “Enlaces Nacionales“, que acompañará el proceso.
Juan Carlos Trujillo dice que estas conquistas jurídicas se producen pese a la resistencia de las autoridades estatales, que insistían en exhumar los cadáveres bajo sus propias normas. Sólo tras la presión de numerosos colectivos a nivel estatal y federal, y el triunfo ante los tribunales, fue que las familias lograron que los cuerpos sean exhumados y se proceda a la identificación de los mismos, un proceso que puede demorar hasta ocho meses. Esos cuerpos son parte de los 27.000 desaparecidos, reconocidos de manera oficial, que hay en México.
Sin embargo las diligencias fueron suspendidas. Los peritos de la Fiscalía de Morelos argumentaron que los familiares invadieron la zona de excavación. Por su parte, los familiares y organizaciones de víctimas pidieron que se suspendan los trabajos debido a que los peritos del gobierno pretendían usar máquinas de excavación que no corresponde a la norma oficial en estos casos, que podrían dañar los cuerpos y seccionarlos.
Un caso reveló la actuación de las autoridades
El macabro hallazgo salió a la luz pública a raíz del caso de Oliver Wenceslao Navarrete, un comerciante de Cuautla, Morelos, que fue secuestrado el 24 de mayo de 2013 y hallado muerto diez días después. El cuerpo estaba identificado, pero no fue entregado a sus familiares argumentando la necesidad de más estudios periciales. En diciembre de 2014, la familia se enteró que el cuerpo de Oliver había sido enterrado en una de las fosas comunes, en Tetelcingo, Cuautla.
“Es un caso que nos muestra el nivel tan grave de violencia en numerosas regiones del país, pero también refleja, más que una incapacidad técnica para identificar a los cadáveres, la compenetración de las instituciones con la delincuencia organizada, de otra manera no se puede explicar por qué las autoridades actúan de manera tan poco profesional. El enterrar esos cuerpos de manera masiva, sin identificación, más bien parece un intento por desaparecerlos“, afirma el politólogo Carlos Flores, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).
En diciembre de 2014 peritos de la fiscalía abrieron las fosas para entregar el cuerpo de Oliver a sus familiares, diligencia en la que la familia logró participar. “Es muy difícil confiar en las autoridades, no pueden ser juez y parte cuando se encargan de enterrar los cuerpos para que las familias no podamos encontrar a nuestros familiares“, dice Juan Carlos Trujillo, quien busca a once desaparecidos, cuatro hermanos, un primo, un sobrino y cinco trabajadores.
Familiares de las víctimas: en riesgo
Enlaces Nacionales se encuentra en 17 de las 32 entidades del país y conformó recientemente una brigada de búsqueda a nivel nacional. El activista afirma que las familias corren peligro, pues cuentan con información que no debieran tener.
Según el investigador Carlos Flores, hay debilidades en muchos flancos. “Los registros que se tienen en México de personas desaparecidas no tienen una mínima identificación de móviles. Las instituciones mexicanas en los distintos ámbitos de responsabilidad no han sido capaces de deslindar responsabilidades a través de investigaciones“.
Según la página de CIDE Periodismo, cercana al Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), que se remite a la base de datos del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED), entre 2007 y 2012, durante el sexenio de Felipe Calderón desaparecieron seis mexicanos al día. Entre 2013 y 2014, bajo el gobierno del actual presidente, Enrique Peña Nieto, desaparecen más del doble: 13 al día.
Madres buscan a sus hijos en la ruta del migrante
Cuarenta madres centroamericanas siguieron la ruta del migrante durante 18 días, en busca de sus hijos desaparecidos. Ellos, al igual que miles más, intentaron atravesar México para migrar a los Estados Unidos.
Imagen: DW/C. Pagaza
Madres centroamericanas en la búsqueda
Cuarenta mujeres procedentes de Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras entraron a México el jueves (20.11.2014) por El Ceibo, una población localizada en el municipio de Tenosique en el estado mexicano de Tabasco, que hace frontera con Guatemala. Muchas de ellas esperaron durante años la oportunidad de pasar por México.
Imagen: DW/C.Pagaza
Desaparecidos durante años
Miles de migrantes centroamericanos desaparecen cada año en su intento por atravesar México hasta los Estados Unidos. Algunos incluso pierden la vida. Sin embargo, quienes se quedan atrás, sus familias, no pierden la esperanza de encontrarlos. Cada año, decenas de madres marchan por la misma ruta, en busca de sus hijos perdidos.
Imagen: DW/C. Pagaza
Visas temporales
A su llegada, las mujeres recibieron una visa temporal otorgada por el Instituto Nacional de Migración en México. Con ella podrán transitar libremente por el país durante los 18 días del recorrido. Este se realizará por diez estados de la República Mexicana.
Imagen: DW/C.Pagaza
Palenque, Chiapas
En el segundo día de la caravana, las madres fueron recibidas en Palenque, Chiapas. Allí las religiosas de la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán les dieron de comer. Además hablaron con varios de los migrantes que actualmente habitan la Casa del Caminante jTatic Samuel Ruiz García, en busca de información sobre sus hijos desaparecidos.
Imagen: DW/C. Pagaza
Villa Hermosa, Tabasco
En el centro de Villa Hermosa, Tabasco, las mujeres se manifestaron colocando las fotos de sus hijos en el suelo. Con ello pretenden denunciar la falta de apoyo de las autoridades mexicanas en la búsqueda de los desaparecidos. Hasta ahora sólo organizaciones como el Movimiento Migrante Mesoamericano han podido brindar informaciones relevantes.
Imagen: DW/C. Pagaza
Archivo del Instituto Nacional de Migración
En el tercer día de recorrido, las madres acudieron a la Estación Migratoria del INM en Acayucan, Veracruz, con la intención de acceder a la base de datos de los actuales detenidos por las autoridades migratorias. Sin embargo no obtuvieron información alguna sobre el posible paradero de sus hijos. La base de datos actual sólo contiene información de los últimos tres años.
Imagen: DW/C. Pagaza
Reencuentro después de 17 años
Al cuarto día de recorrido, Leonila Guerra, de Honduras, se reencontró con su hermano Oswaldo después de 17 años, en Coatzacoalcos, Veracruz. Con el apoyo de la población local, el Movimiento Migrante pudo seguirle la pista a Oswaldo, quien hoy trabaja como obrero en Veracruz. Por la falta de servicios de comunicación no había podido contactar a su familia en Honduras.
Imagen: DW/C. Pagaza
Se encuentran de dos a tres personas por recorrido
Pero no todas las mujeres encontrarán a sus familiares perdidos. Según Fray Tomás González Castillo, el padre franciscano a cargo del albergue de migrantes "La 72" en cada recorrido se encuentran alrededor de dos o tres personas. Esta, dice es una oportunidad "única", para seguirles el rastro. Muchas mujeres esperan años para poder venir.
Imagen: DW/C. Pagaza
Las rutas de migración en México
Miles de migrantes centroamericanos cruzan México ilegalmente cada año. De las diferentes rutas que llevan de sur a norte, todas son peligrosas. Una de las más conocidas es la del "tren de la muerte", también conocido como "La Bestia". En el, los migrantes inician su travesía hacia los Estados Unidos por el sureste mexicano: Yucatán, Campeche, Tabasco, Chiapas y Veracruz.
Siguiendo a "La Bestia"
La caravana de madres centroamericanas también sigue su búsqueda por los distintos puntos de peligro del recorrido de "La Bestia". Aquí se encuentran en la estación de Chontalpa, en el municipio de Huimanguillo, Tabasco. Esta cuenta como una de las estaciones ferroviarias más peligrosas para los migrantes, que muchas veces son extorsionados, secuestrados o asesinados.
Imagen: DW/C. Pagaza
El programa Frontera Sur
En julio, las autoridades migratorias mexicanas reforzaron los controles en la frontera sur del país. Un comisionado especial aumentó la vigilancia como consecuencia de la crisis de este año por la llegada masiva de niños y adolescentes migrantes a E.U. El Instituto Nacional de Migración en México dijo haber retornado alrededor de 6.000 migrantes centroamericanos tan solo en el mes de agosto.
Imagen: DW/C. Pagaza
Postes "antimigrantes"
La compañía de ferrocarriles Ferrosur colocó postes en los costados de la via del tren a su paso por Tlaxcala, los cuales ponen en riesgo a las personas que quieran bajar y subir del tren.
Imagen: DW/C. Pagaza
Destrucción simbólica de postes
En un acto de protesta simbólico, las madres centroamericanas destruyeron un poste de cartón con las mismas características de los postes que Ferrosur colocó a lo largo de las vías del tren en el estado de Tlaxcala. Exigieron que se retiren los postes de concreto y varilla que han causado la muerte de los migrantes centroamericanos que intentan subir al tren en ese punto del recorrido.
Imagen: DW/C. Pagaza
Flores a los migrantes difuntos
En memoria de los migrantes que han perdido la vida a causa de los postes que se colocaron a orillas de las vías del tren, en la ciudad de Apizaco, Tlaxcala, las madres centroamericanas, que entraron a México en busca de sus hijos desaparecidos, colocaron un ramo de flores. Cualquiera de los muertos también podría haber sido alguno de sus hijos.
Imagen: DW/C. Pagaza
No se rinden
A ocho días del comienzo de la caravana de madres centroamericanas, la búsqueda continúa. De distintas maneras intentan difundir las fotos de sus hijos, las cuelgan en las localidades por donde suponen que ellos pasaron en algún momento o van de puerta en puerta preguntando por alguna información que las acerque al paradero de los desaparecidos.
Imagen: DW/C. Pagaza
Todos somos Ayotzinapa
Las madres centroamericanas se unieron a las protestas por los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, Guerrero el pasado 26 de septiembre, con el lema: "vivos se los llevaron, vivos los queremos". Su denuncia, dijeron, es la misma: "nuestros hijos entraron vivos a México y vivos los queremos encontrar".
Imagen: DW/C. Pagaza
México es un purgatorio para los centroamericanos
Nino Quaresima (izquerda), representante de la caravana italiana que se lleva a cabo a la par con la marcha en México, asegura que "hasta hace pocos años, México representaba un cobijo para los migrantes que huían de sus países y de las dictaduras que los oprimían", sin embargo ahora es un "purgatorio que los centroamericanos atraviesan intentando sobrevivir y hacer sobrevivir a sus familias".
Imagen: DW/C. Pagaza
Enterrados entre la basura
Durante el recorrido las mujeres visitaron el panteón municipal "Domingo de Ramos", en Juchitán, Oaxaca. A espaldas del lugar hay una fosa común con los restos de decenas de migrantes sin reconocer, entre basura, restos de animales, flores marchitas y veladoras. En 2007 la administración municipal creó este espacio para sepultar a más de 14 personas que naufragaron en las costas de Oaxaca.
Imagen: DW/C. Pagaza
"Así termina el sueño americano"
Indignada al ver las condiciones en que son abandonados los cadáveres de los migrantes centroamericanos en México, Anita Zelaya de El Salvador dice: "los entierran como animales, entre la basura... y duele mucho pensar que nuestros hijos podrían estar aquí." Rubén Figueroa del Movimiento Mesoamericano llamó a las autoridades mexicanas a crear un banco de ADN para identificar los restos.