Son las dos de la mañana y Atenas Silva aún no puede cargar gasolina. Desde hace una hora está formada en una hilera de automóviles que esperan turno en una gasolinera de la Ciudad de México. Según los cálculos de los otros conductores, aún falta una hora para llegar a la zona de carga. "Puse el despertador a medianoche para buscar en qué parte de la ciudad hay combustible, así evito las filas interminables del día”, comenta para DW Silva.

Desde que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) declaró la guerra al robo de combustible y cerró los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), la capital y otros puntos del país sufren desabasto de gasolina. Los automovilistas  recorren filas kilométricas para llenar el tanque de sus autos y poder desplazarse a sus actividades diarias. "La fila es tan larga que hay gente vendiendo comida, refrescos y café”, comenta para DW Gustavo García, dueño de un taxi.  Lo que se pensó como una medida anti corrupción a corto plazo, se ha extendido por más de una semana. "Se genera  más caos en la ciudad. Mis distancias son muy largas entre el trabajo y la casa. Es mucho sacrificio, quisiera ver resultados, gente en la cárcel”, dice para DW Claudia Ramírez.

Ante el problema de movilidad, muchas personas han remplazado el auto personal por el transporte público, lo cual genera saturación en los vagones del Metro o en las filas para abordar los autobuses. En las horas pico la afluencia es tanta, que las personas optan por acercarse a sus destinos caminando. Desafortunadamente, para las mujeres las opciones son más reducidas. "Todos dicen: 'súbete al metro'. Se nota que nunca lo han hecho,  pues cualquiera se quiere aprovechar de ti o asaltarte”, comenta para DW María López.

#AsíNoAMLO

Las redes sociales de inmediato mostraron el hartazgo de la gente. Los usuarios utilizan la frase #AsíNoAMLO para reclamar al gobierno sus acciones. El fin al robo de combustible y el restablecimiento de las gasolineras son las peticiones más comunes. El pánico también se apoderó de las redes cuando la gente vinculó el desabasto de gasolina con los alimentos. Aparecieron imágenes con estantes de supermercados sin productos, las cuales, aunque se confirmaron falsas, se volvieron virales. De inmediato la gente comenzó a hacer compras de pánico. "Me da miedo terminar como Venezuela. Primero la gasolina, ¿qué sigue?”, comenta para DW Patricia Robles, empresaria.

Organización ciudadana

La principal inconformidad de los mexicanos es la falta de información. No se sabe dónde y cuándo llegarán las pipas que abastecen el combustible. Tampoco cuándo terminará esta medida, ni sus resultados. Para amortiguar el problema, la sociedad civil se organizó en internet. Se crearon grupos en los que los usuarios anuncian la llegada de combustible de acuerdo a la zona de la ciudad. En las aplicaciones de tránsito, las personas dejan sus comentarios en caso de encontrar gasolineras abiertas. Otras recuerdan el origen de estas medidas. "No será sencillo terminar con la corrupción. Que el gobierno se tome el tiempo necesario, pero que terminen con las mafias. Nosotros nos podemos adaptar al desabasto de gasolina”, agrega para DW Atenas Silva.

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