Este 27 de abril se cumplen cuatro años del asesinato de Jyri Jaakkola en Oaxaca, México. Junto con la activista mexicana Betty Cariño, el cooperante finlandés fue víctima de una emboscada. Ambos integraban un convoy humanitario que se dirigía San Juan Copala, en ese momento cercada por fuerzas paramilitares.

Hasta el día de hoy, los responsables y autores del crimen siguen sin ser castigados.

Años de promesas vacías

Han pasado cuatro años “de palabras huecas y promesas vacías de las autoridades mexicanas”, dice Eeve Jaakkola. La madre del asesinado defensor de derechos humanos aparece junto a varios europarlamentarios del bloque de los Verdes en un mensaje en video.

En él se exhorta al gobierno mexicano a llevar a juicio a todos los responsables del ataque a la docena de activistas que llevaban alimentos y medicinas a la población triqui.

Falta voluntad, no datos

“Este asesinato nunca fue un acertijo. Desde el primer día estuvo claro quién organizó la emboscada… el grupo de sospechosos es muy pequeño. En una sociedad que funciona, este homicidio hubiese sido resuelto y los perpetradores habrían sido llevados a la Justicia en pocos meses. No años”, afirma la eurodiputada finlandesa Satu Hassi, que ha hecho conocer todo este tiempo el caso en la Eurocámara..

“Hemos discutido con autoridades mexicanas a nivel federal y regional y siempre escuchamos excusas y promesas. La siguiente vez que vamos, vemos que las promesas no han sido cumplidas”, sigue Hassi, quien junto con la familia del joven finlandés ha realizado varios viajes a la región.

“Lo sabemos todo, tenemos mucho material. El juicio podría ser llevado a cabo. Podrían llevar a todos los implicados si quisieran. Pero no hay voluntad”, dice a DW Eeve Jaakkola. ¿Por qué? “No puedo entenderlo”, responde.

Algún avance

Con todo, en este caso, y debido al activismo de las familias tanto de Cariño como de Jaakkola ha habido avances. Entretanto, se ha detenido y se sigue juicio a un sospechoso, porque tenía otros cargos previos, También hay once órdenes de captura.

Sin embargo, “desde hace 18 meses no sucede nada. Y no es que las personas con órdenes de aprehensión hayan abandonado el país. Siguen tranquilamente en Oaxaca. Por eso presumimos que es falta de voluntad, debido a los vínculos de esas personas a nivel estatal e incluso federal”, explica a DW Mariano Machain de Amnistía Internacional.

“En muchos otros casos de homicidios y ataques contra defensores de derechos humanos no tienen este avance. El grado de impunidad en casos de desapariciones, de tortura, de ataques a migrantes centroamericanos es elevado”, cuenta Machain.

Si bien hay que reconocer los avances a nivel legislativo que han acaecido en el último tiempo y también que la complejidad y las capacidades técnicas del país, podrían plantear desafíos, el representante de Amnistía Internacional subraya la predominante carencia de voluntad de investigar. Y el caso de Jaakkola y Cariño no son una excepción.

¿Juicio fuera de México?

Por ello, hace dos años, los abogados defensores de Jaakkola hablaban de llevar el caso ante la justicia finlandesa. “Todavía es posible, pero debido a que el juicio de Rufino Fernández está en proceso en México, no queremos hacerlo. Pero vamos a ver cómo opera la justicia mexicana. Si sólo va a ser el juicio a Rufino Juárez y se van a ocupar de todas las personas que están detrás suyo, pensaremos en hacerlo en Finlandia. Por lo pronto, seguimos esperando”, explica Jaakkola.

“Aunque apoyamos que se haga justicia, también utilizando los canales internacionales”, explica Machaín, “estamos muy interesados en lograr que caiga el muro de impunidad en México. Y que la resolución de un caso particular lleve al esclarecimiento de otros. Es estratégicamente importante que el juicio tenga lugar en Oaxaca”.

Todos los medios

Por lo pronto, y con el apoyo de eurodiputados verdes, Eeve Jakkola llama a las autoridades mexicanas a acabar con la impunidad en este y en otros casos en el país. ¿Qué efecto específico esperan de este mensaje?

“No lo sé, pero queremos agotar todos los medios, intentar todas las maneras de lograr que se haga justicia. De lo contrario me parece que no pasa nada en México. Solamente cuando alguien en Europa dice o hace algo, sucede algo. Y después otra vez nada”, dice Jaakkola.

“Sería una excelente noticia que la justicia mexicana pudiera establecer responsabilidades. Estamos lejos todavía de eso”, dice Machaín subrayando que todavía hay esperanza. Ésta se debe sobre todo a la fuerza de los familiares y su voluntad de no permitir que se “levante el dedo del renglón” y no dar posibilidad de olvido.