Fernando Maximiliano José María de Habsburgo-Lorena (1832-1867) pasó a la historia como Maximiliano I de México, el segundo (el primero fue Augustín de Iturbide) y último emperador de este país latinoamericano, donde murió fusilado hace 150 años.

Maximiliano nació en Viena, en el seno de la poderosa familia de los Habsburgo. A los 22 años, el archiduque austríaco fue nombrado Comandante de la Marina de Guerra Imperial y Real de Austria-Hungría. En 1857, tras la trágica muerte de su prometida, la princesa Amalia de Braganza, Maximiliano contrajo matrimonio con Carlota Amalia de Bélgica (al centro, de pie).

Con el fin de contrarrestar el poder de Estados Unidos en América, las monarquías europeas aprovecharon los disturbios de la guerra civil entre conservadores y republicanos en México para intervenir en el país latinoamericano. Napoleón III propuso a Maximiliano como emperador mexicano. En 1864, el austríaco arribó a su nueva patria, instalándose en el Castillo de Chapultepec.

En 1864, Carlota Amalia de Bélgica fue coronada Emperatriz de México. Jugó un papel activo en la política imperial. Sin embargo, al poco tiempo Napoleón III retiró su apoyo a la pareja real, asestando un golpe mortal a la monarquía. En México, Carlota empezó a mostrar síntomas de locura y demencia. Tras la ejecución de Maximiliano, vivió aislada en Bélgica hasta su muerte en 1927.

El ejército liberal liderado por Benito Juárez venció a las fuerzas imperiales en México. Condenado a muerte, Maximiliano fue fusilado el 19 de junio de 1867 en el Cerro de las Campanas de la ciudad de Querétaro. El pintor francés Edouard Manet inmortalizó el trágico destino del monarca austríaco, abandonado por Francia y las demás potencias europeas.

En 1867, el cuerpo embalsamado de Maximiliano fue devuelto a Austria en la fragata "Novara". Hoy día, sus restos mortales descansan en la Cripta Imperial de Viena. Este 19 de junio de 2017, se celebra una misa por este aniversario luctuoso en la colonia Polanco de la Ciudad de México.

La influencia de la intervención francesa aún es palpable en México. En todo el país, sobre todo en la capital, se conservan hermosos edificios de estilo art deco y art noveau. El Gran Hotel, en el centro histórico de la Ciudad de México, es un impresionante ejemplo.

Durante la monarquía de Maximiliano, el gusto por los productos de origen francés alcanzó su primer apogeo en suelo mexicano. Sobre todo en la gastronomía se podía apreciar la influencia europea. La repostería es una herencia que se ha conservado hasta nuestros días.

En su monumental novela “Noticias del Imperio” (1987), el escritor Fernando del Paso, Premio Cervantes 2015, aborda la vida del Emperador Maximiliano. Este capítulo de la historia de México sigue inspirando a literatos e historiadores a ambos lados del Atlántico.