El diario Die Tageszeitung publica un artículo de corresponsal referido a la situación que se vive en México, donde se suspendieron varios trenes que suelen usar los migrantes para intentar llegar a Estados Unidos: "El gobierno mexicano tiene dificultades para enfrentar la llegada de cada vez más migrantes. Ello conduce a grandes problemas en muchas partes de México. En vista de que ha habido varios muertos y heridos, la empresa de ferrocarril mexicana Ferromex ha suspendido ahora una parte del tráfico de trenes en la ruta que va rumbo a Estados Unidos.

Dado que, en algunas regiones del país, cada vez más personas utilizan en condiciones peligrosas trenes de carga para viajar, el funcionamiento de 60 trenes se suspendió temporalmente, según informó el Grupo México, dueño de Ferromex, el martes (19.09). Un comunicado del grupo empresarial explicó que el tránsito se había suspendido para no poner en peligro la vida y la salud de los migrantes, y que se esperan las medidas que tomen las autoridades.

En los pasados días, seis personas resultaron gravemente heridas o murieron. Miles de personas se encontrarían en vagones de los trenes y en los patios de operaciones de Ferromex en la zona central de México, al igual que el estado norteño de Chihuahua. ‘Esta es la primera vez que un grupo tan numeroso de personas ha intentado subirse a los vagones', indicó la empresa. Videos que circulan en las redes sociales mostraban a muchas personas desplazándose sobre los rieles”.

La popularidad de Botero en Alemania

El rotativo Frankfurter Allgemeine Zeitung, por su parte, dedica una nota al fallecimiento del artista colombiano Fernando Botero: "Si se pregunta por los artistas plásticos famosos de América Latina, en este país (Alemania) la mayoría de los entrevistados no suele mencionar más de tres nombres. El nombre de Fernando Botero con toda probabilidad se cuente siempre entre ellos. En pocos países, aparte de su patria, Colombia, este artista nacido en Medellín en 1932 era tan popular como en Alemania. En Berlín hubo y hay esculturas de bronce suyas, que parecen infladas, con voluminosas figuras de personas y animales (…).

Queda la pregunta sobre el estilo en que pintaba y modelaba realmente Botero, y de si su sello pasará al canon de la historia del arte o, por falta de una superestructura de interpretación filosófica, caerá en el olvido. En todo caso, él mezcla refinadamente el tan colorido como estilizado arte indígena de Medellín y el del Nuevo Mundo, con los viejos maestros europeos”.

(ers/cp)