El político de izquierda Andrés Manuel López Obrador asume la presidencia de México este sábado (1.12.2018). Dos conocedores de este país analizan los retos que lo aguardan a la vuelta de la esquina.
Publicidad
A la tercera va la vencida: Andrés Manuel López Obrador, el político de izquierda que ganó las elecciones federales de México el 1 de julio de 2018 tras fracasar en el intento en los dos comicios previos, asumirá la jefatura del Gobierno este sábado (1.12.2018). Politólogo y escritor, el tabasqueño de 65 años mide bien sus palabras: él ha prometido un “cambio de régimen”, no un mero cambio de Ejecutivo. AMLO, como se le suele llamar, dice tener en mente una transformación radical de su país, comparable a la que trajeron consigo sus grandes hitos decimonónicos: la Independencia, la Reforma y la Revolución Mexicana. DW habló con dos conocedores de esta nación norteamericana sobre los retos que lo aguardan a la vuelta de la esquina:
Política exterior
Günther Maihold, subdirector de la Fundación Ciencia y Política (SWP), de Berlín, y Luicy Pedroza, del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA), coinciden en que la política internacional no es el punto fuerte de AMLO. “Fuera de México, su prioridad será propiciar una relación con Estados Unidos que no desemboque automáticamente en discusiones sobre la migración y la frontera común, la cooperación bilateral o el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) cada vez que haya disensos”, sostiene Maihold. “Está por verse si AMLO sigue impulsando el acercamiento de México a Latinoamérica y el Caribe. Si lo hiciera, podría llenar el vacío que Brasil ha dejado en la política exterior del subcontinente”, agrega.
“Si México decidiera asumir un rol más activo en el parqué latinoamericano, el reconocimiento internacional del que ahora goza podría crecer significativamente”, subraya Maihold. “AMLO sugirió alguna vez que la mejor política exterior de un país es una buena política interior. Eso es preocupante, a la luz de la actual crisis del multilateralismo y del número creciente de Estados ensimismados, donde se cree que si ellos están bien el resto del mundo también lo estará. Lo que me da esperanza es que AMLO designó como ministro de Relaciones Exteriores al internacionalista Marcelo Ebrard; su presencia en el Gabinete va a compensar la falta de interés o de experiencia de AMLO en lo concerniente a la diplomacia”, señala por su parte, Pedroza.
Inseguridad y violencia
“Puertas adentro, el objetivo principal de AMLO es ponerle coto a la inseguridad ciudadana y a la violencia prevalente en buena parte del territorio nacional”, dice el experto del SWP. Pedroza comparte su opinión. “El factor decisivo que le dio el triunfo en las urnas fue la constancia de su discurso sobre cómo pacificar al país: él insiste en recurrir a algo más que la represión. Habla de evitar que millones de jóvenes sean reclutados a la fuerza por el crimen organizado, o impedir que se unan voluntariamente a sus filas por falta de opciones para estudiar, aprender un oficio, encontrar empleo y prosperar económicamente. Él plantea combatir la pobreza, superar la desigualdad socioeconómica y darles más oportunidades a más ciudadanos”, explica.
Corrupción e impunidad
“Según AMLO, la disminución de la corrupción en el aparato estatal trae consigo casi automáticamente una reducción de la violencia. Esa tesis es muy controvertida, por decirlo de una manera delicada. Aunque no se puede negar que existe una correlación entre ambas variables, la relación causa-efecto no es clara. Hay muchos otros elementos en juego. No obstante, su postura anticorrupción fue lo que le permitió ganar las elecciones. La pregunta de rigor es si su teoría funcionará en la práctica”, esgrime Maihold. “Los simpatizantes de AMLO también claman por el fin de la impunidad. En México se investiga un porcentaje muy pequeño de los delitos y se hace justicia en sólo dos por ciento de los casos”, alerta la especialista del GIGA.
Ahorro y gasto público, sin contradicciones
“El Gobierno entrante presentó sus ‘cincuenta puntos’ para sanear las finanzas públicas y combatir la corrupción en julio de este año. Es un compendio de medidas simbólicamente potente. Allí se plantea, por ejemplo, rebajar privilegios excesivos –recortando salarios desproporcionadamente altos– y frenar el derroche en las oficinas públicas”, comenta Pedroza. Por otro lado, el equipo de economistas consejeros de AMLO tiene previsto fomentar la diversidad de actores y la libre competencia en el sector bancario, combinar la inversión de fondos estatales y privados en proyectos de infraestructura, incrementar y diversificar las exportaciones estimulando a las empresas pequeñas y medianas, e implementar una política de “deuda cero” y baja inflación.
Infraestructura y empleo
La política social de AMLO requerirá ahorrar mucho en algunos ámbitos y gastar mucho en otros, que van desde las jubilaciones, a punto de ser aumentadas, hasta el incremento de las inversiones en el desarrollo energético local, la explotación petrolera y la construcción de obras monumentales, como los 1.500 kilómetros de rieles del “tren maya”, cuyo objetivo es resucitar la economía del deprimido sureste mexicano. ¿No demandan estas ambiciones un mayor compromiso de AMLO en materia de política exterior? “Eso dependerá de si él quiere atraer a inversionistas extranjeros o consumar todos sus planes con recursos nacionales”, dice Maihold.
“AMLO exhibe un talante nacionalista muy fuerte en lo que respecta a la explotación de los recursos naturales y eso hace intuir que el involucramiento de inversionistas extranjeros en esos procesos será mínimo. Todavía no se sabe con quién cooperará en otros campos. También habrá que ver cómo recupera AMLO la confianza de los inversionistas en México después de la debacle del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), cuya construcción fue cancelada en octubre”, recuerda Maihold. Por su parte, Pedroza se muestra escéptica de cara al propósito de AMLO de generar empleo a mediano y largo plazo mediante grandes obras de infraestructura. “Eso garantiza el empleo mientras dure la construcción, pero no más allá”, alerta la politóloga.
(CP)
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos enFacebook | Twitter | YouTube |
Sedes de Gobierno de América Latina
Las sedes o casas del Ejecutivo en América Latina han sido centros de decisiones, pero a veces también la residencia presidencial. Unas son casas y otros palacios, muestra de la arquitectura europea en suelo americano.
Imagen: picture-alliance/dpa/D. Gammert
Argentina: La Casa Rosada
Sede del Poder Ejecutivo de Argentina. Un edificio del romanticismo italianizante, “sitio Histórico Nacional”. Bajo la presidencia de Sarmiento, el edificio se pintó de rosa, color que conserva, con variaciones de tonalidad. Dicho color representaría la fusión de los partidos de las guerras civiles del siglo XIX, mezcla del blanco de unitarios y rojo de federales. Una leyenda no confirmada.
Imagen: picture-alliance/imageBROKER/K. Kozlowski
Bolivia: Casa Grande del Pueblo
El "Palacio Quemado", llamado así tras un incendio en 1875, y que había sido hasta este 10 de agosto de 2018 sede de Gobierno, pasará a ser "un museo", según el presidente Evo Morales, quien inauguró un moderno edificio como nueva sede presidencial. Criticado como un "exabrupto arquitectónico y estético" en pleno casco colonial, Morales disfrutará ahora de sauna, gimnasio y helipuerto.
Imagen: picture-alliance/dpa/R. Marroquin
Chile: Palacio de La Moneda
Conocido como La Moneda, es la sede del presidente y del Ministerio del Interior. Una construcción del neoclásico italiano, hoy “monumento histórico”. La Moneda tiene 40 habitaciones, una para el presidente, que tiene otras residencias, como el palacio de Cerro Castillo, lugar de descanso en Viña del Mar, o la mansión de la comuna de Machalí, en la región de O'Higgins, conocida como La Casa 100.
La "Casa de Nariño" es la residencia del presidente y sede de gobierno. En el casco histórico de Bogotá, esta construcción es una joya del neoclasicismo. Fue inaugurada el 20 de julio de 1908 en predios de la casa natal de Antonio Nariño. En su jardín está el primer Observatorio Astronómico de América. Nariño tradujo del francés “Los derechos del hombre” y fue presidente de Colombia (1811-1813).
Imagen: DW/J.Ospina-Valencia
Costa Rica: Casa Presidencial de Zapote
La Casa Presidencial es residencia y oficina del Presidente, así como sede de varios ministerios. Se encuentra en el distrito de Zapote, cantón de San José. Desde 1980 la Casa Presidencial se encuentra en el edificio de Zapote, estructura diseñada por el arquitecto mexicano Pedro Ramírez Vázquez.
Imagen: picture alliance/dpa/EPA/J. Arguedas
Cuba: Capitolio Nacional de La Habana
El Capitolio Nacional es la sede institucional de la Asamblea Nacional. Desde 2018, la Asamblea Nacional sesiona aquí. Fue construido por Eugenio Rayneri Piedra en 1929 por encargo de Gerardo Machado. Inspirado en el neoclasicismo del Panteón de París, San Pedro de Roma y el Capitolio de Washington tiene una cúpula de 91,73 m de altura. Es considerado uno de los palacios más importantes del mundo.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Reboredo
Ecuador: Palacio de Carondelet
Es la sede del Gobierno y residencia del Presidente. Ubicado en la Plaza de la Independencia o Plaza Grande. Habría sido Simón Bolívar quien le llamó Palacio de Carondelet, alabando el buen gusto de Francisco Luis Héctor Barón de Carondelet, un francés al servicio de España, quien ordenó la construcción de su fachada, cuyo principal elemento, una columnata, se mantiene hasta la actualidad.
Imagen: imago/imagebroker
El Salvador: Casa Presidencial
La Casa Presidencial de El Salvador es la sede principal del Presidente de la República. Se encuentra ubicada en la ciudad capital de El Salvador en las instalaciones del antiguo Country Club, que posteriormente albergó al Ministerio de Relaciones Exteriores. No es utilizada como residencia del presidente y su familia.
Imagen: Creative Commons
Guatemala: Palacio Nacional de la Cultura
El Palacio Nacional de la Cultura, monumento histórico y artístico, también llamado "Palacio Verde" es utilizado por el Ejecutivo para actos protocolarios. Allí sesiona el Consejo de Ministros conformado por el presidente, vicepresidente y ministros de Estado. El presidente y su familia viven detrás de la edificación, en la “Casa Crema”, residencia oficial en Art Deco y kilómetro 0 de Guatemala.
Imagen: Getty Images/O. Sierra
Honduras: Palacio José Cecilio del Valle
El Despacho Presidencial establece una conexión con los orígenes mayas de Honduras, de ahí su forma de letra "Q" que viene del "Altar Q" en Copán. El Palacio José Cecilio del Valle es un edificio que comenzó a construirse en 1988 y fue diseñado por Jorge Luciano Durón Bustillo, quien centró la obra en la cultura e historia de Honduras. La edificación resalta las raíces del pueblo maya.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bildfunk/R. Escobar
México: Palacio Nacional
El Palacio Nacional es la sede del Poder Ejecutivo Federal de México. Ubicado al oriente de la Plaza de la Constitución en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en la Delegación Cuauhtémoc. La fachada tiene portal, arcos y balcones, y en el centro el Escudo Nacional y una réplica de la campana de Dolores. La Residencia Oficial de los Pinos es la casa temporal del Presidente.
Imagen: imago/robertharding
Nicaragua: Casa de los Pueblos o "Casa Naranja"
La Casa de los Pueblos, llamada “Casa Naranja”, también es conocida como "Casa Mamón" y fue la residencia y sede de la presidencia de Nicaragua entre 1999 y 2007. Se encuentra ubicada en el centro histórico de Managua. Desde el ascenso a la presidencia de Daniel Ortega, funciona como sede del Gobierno y es utilizada, por lo general, para ceremonias importantes o visitas de Estado.
Imagen: Getty Images/AFP/H. Retamal
Panamá: Palacio de Las Garzas
El Palacio de Las Garzas, inaugurado en 1922, es la sede del Presidente. La construcción es una muestra de la arquitectura colonial y el arte almudéjar. El palacio ha sido utilizado como residencia y oficina principal de la mayoría de los presidentes, a excepción de algunos, como Varela, Martinelli, Torrijos, Moscoso y Pérez, que optaron por mantener sus residencias y viajar diariamente a éste.
Imagen: imago/imagebroker
Paraguay: El Palacio de López
La sede del gobierno de Paraguay es uno de los edificios más emblemáticos de la capital paraguaya, Asunción. Construido en estilo neoclásico, es "Tesoro del Patrimonio Cultural Material" de Asunción. El Palacio ofrece un espectáculo lumínico durante la noche y tiene una hermosa vista desde la costanera de Asunción.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/J. Saenz
Perú: Casa de Gobierno
Casa de Gobierno, o “Casa de Pizarro”, es la sede principal del poder ejecutivo y la residencia oficial del Presidente. Se encuentra en la Plaza Mayor del centro histórico de Lima, a orillas del río Rímac. Su fachada es de estilo neobarroco de inspiración francesa. Su primera versión la mandó a construir el fundador español de Lima, Francisco Pizarro, en 1536.
Imagen: picture-alliance/dpa/Wiegand
República Dominicana: El Palacio Nacional
Esta es la residencia del Presidente y sede del Poder Ejecutivo. Construido por el italiano Guido D' Alessandro Lombardi, esta es una de las obras arquitectónicas más emblemáticas de República Dominicana, que comparte la isla con Haití. Se encuentra en Santo Domingo. La construcción es fruto de varios estilos: victoriano, neoclásico, renacentista italiano, barroco grecorromano y el galo Luis XVI.
Imagen: picture-alliance/dpa/D. Gammert
Uruguay: Palacio Estévez
Hoy se le llama “Edificio Independencia” y es una de las sedes del Ejecutivo. Durante el gobierno de Tabaré Vázquez su oficina se mudó a la contigua Torre Ejecutiva, en el centro de Montevideo. Tras la restauración democrática de 1985, Julio María Sanguinetti resolvió mudar la sede principal del Poder Ejecutivo al Edificio Libertad. El "Estévez" se usa para actos protocolarios.
Imagen: picture-alliance/robertharding/
Venezuela: Palacio de Miraflores
La sede del Gobierno es una construcción neoclásica que está cerca del Palacio Federal Legislativo. Su construcción se inició en 1884, bajo la dirección de Giussepe Orsi de Mombello, siendo presidente Joaquín Crespo (1884-1886). La residencia del Presidente se encuentra fuera de Miraflores, en “La Casona”, en Santa Cecilia, aunque Nicolás Maduro vive dentro del Fuerte Tiuna, "por seguridad".