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¡México, México, ra, ra, rá!

dw-world/ agencias21 de junio de 2006

Aficionados mexicanos ataviados con el disfraz del Chapulín Colorado y el Santo apoyaban desde las gradas del estadio de Gelsenkirchen a la selección de su país, en el decisivo encuentro ante Portugal.

Aficionado con sombrero apoya a la selección mexicana.Imagen: AP



Dos seguidores mexicanos no dudaron en enfundarse el traje rojo con la CH al pecho y la capa del conocido personaje de televisión que se hizo popular en los años setenta y que sigue siendo transmitido en México e incluso en Estados Unidos. En las afueras del estadio los dos hinchas de México se hartaron de posar con seguidores tanto de su país, como portugueses o alemanes y con todos aquellos de otras nacionalidades que les solicitaban obtener una instantánea a su lado.

Otros mexicanos no dudaron en lucir la máscara de el 'Santo, el enmascarado de plata', el más famoso luchador de México. Los ya más habituales mariachis tampoco faltaron a la cita del combinado que dirige Ricardo La Volpe y, en los momentos previos al partido, muchos aficionados formaron grupos en torno a ellos para escuchar sus canciones, aplaudir su interpretación e, igualmente, captar imágenes de estos personajes típicos de la cultura mexicana.

Fiesta en Gelsenkirchen

Apoyo desde las gradas del estadio.Imagen: AP

Desde cuatro horas antes del partido las inmediaciones del estadio, escenario habitual de los partidos como local del Schalke 04, presentaron un gran ambiente con los aficionados de ambos equipos, si bien el ambiente de cordialidad entre las aficiones fue la nota predominante. De hecho, al igual que seguidores portugueses quisieron posar junto a los 'Chapulines colorados', los mariachis, hinchas de México hicieron lo propio con un grupo de aficionados lusos que lucían un traje con los colores de su país pero la nota destacada eran los gigantescos sombreros que portaban con una letra cada uno que al juntarse todos aparecía el nombre de Portugal.

Ya en el interior del estadio el dominio en la grada fue claramente mexicano, con cerca de 40.000 aficionados provenientes de México, distintas ciudades alemanas y otros rincones de Europa. El dominio mexicano en el recinto quedó patente en la interpretación de los himnos, ya que primero sonó el de Portugal y aunque sus seguidores se hicieron notar al seguir la letra del mismo, cuando llegó el turno del mexicano el cántico fue atronador, en un recinto que hoy lucía su cubierta completamente cerrada.

40.000 aficionados en el partido contra Portugal.Imagen: AP

Himnos nacionales

Durante la interpretación de los himnos fue especialmente llamativo que Luiz Felipe Scolari, seleccionador de Portugal pero de nacionalidad brasileña, siguió los acordes del himno de su país de residencia actual, como si fuera un portugués más. Por las gradas se podía leer alusiones a distintas ciudades de México como Monterrey, Tenancingo, Cancún o Guadalajara, u otra de la banda musical El Recodo, presente en el estadio y cuyo líder es amigo del internacional mexicano Jared Borgetti, que hoy no es titular ante Portugal.

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