Las autoridades mexicanas admiten disponer de software espía y declaran secretos los contratos con sus proveedores. Pero rechaza haberlo utilizado contra periodistas, como denunció ayer el The New York Times.
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Abogados defensores de derechos humanos, periodistas, activistas que promovían un impuesto a los refrescos e impulsores de una ley anticorrupción en México recibieron decenas de mensajes de texto engañosos desde 2015 en momentos claves de su trabajo. En ellos se les invitaba siempre a pinchar en un enlace que, de hacerlo, les descargaba un virus informático de para espiarles.
De acuerdo con expertos del Citizen Lab de la Universidad de Toronto y de otras organizaciones civiles, detrás de todos los mensajes está el malware Pegasus, fabricado por la empresa israelí NSO Group para que los Gobiernos puedan espiar, sin ser rastreados, a criminales y terroristas. Los resultados de una investigación, publicados el lunes por el diario The New York Times, desataron la duda: "¿Está espiando el Gobierno mexicano a activistas y periodistas?". El Gobierno lo ha negado.
Falta de pruebas
"No hay prueba alguna de que agencias del Gobierno mexicano sean responsables del supuesto espionaje", afirmó la Presidencia en una carta al rotatativo neoyorquino. "Condenamos cualquier intento de vulnerar el derecho a la privacidad de cualquier persona". El propio reportaje dice que es muy difícil establecer quién está detrás del espionaje justamente por las características de hipersecreto del software. Sin embargo, según el diario, nadie más que los Gobiernos pueden comprarlo.
En México, han admitido que cuentan con él la Procuraduría General de la República, el Ministerio de la Defensa Nacional y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional. Por cada infección exitosa se pagan unos 77.000 dólares. El director ejecutivo de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), Luis Fernando García, que participó en la investigación, dijo que hay cuatro hallazgos fundamentales que las autoridades no han podido ni podrán desmentir. Que se intentó espiar el teléfono de 15 periodistas y activistas, que el malware sólo se vende a Gobiernos, que el Gobierno de México es cliente de NSO Group y que todos los espiados tocaron intereses del Gobierno federal con su trabajo.
Si ellos no han sido, ¿quién?
La Fiscalía del estado mexicano de Jalisco, por ejemplo, negó hoy (20.06.2017) actos de espionaje pese a comprar en 2015 un programa para intervenir comunicaciones similar. El fiscal general del estado Eduardo Almaguer, sostuvo que Jalisco "es ajeno" a esta práctica e indicó que Jalisco cuenta con "instrumentos de investigación" que sólo se usan "bajo los protocolos que marca la ley y también bajo la autorización de un juez de control" en casos de desapariciones, extorsiones y secuestros.
Por su parte, el director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, consideró "preocupante" este tipo de espionaje y añadió que "el Gobierno mexicano ha negado cualquier responsabilidad en estos hechos, pero debe esforzarse mucho más para determinar quiénes fueron los responsables, llevarlos ante la justicia y asegurarse que esto no vuelva a ocurrir".
LGC (dpa/EFE)
Espionaje: los casos más espectaculares
El servicio secreto alemán, el BND (Bundesnachrichtendienst), cumple 60 años este 1 de abril. Buena ocasión para recordar algunos grandes escándalos de espionaje que han sacudido al mundo.
Imagen: picture alliance/dpa/P. Steffen
Agente seductora
Una joven holandesa hizo carrera como bailarina exótica en el París de la década de 1910. Mata Hari se movía en los círculos más encumbrados de la sociedad francesa y tuvo romances con oficiales y políticos. Por eso, el servicio secreto alemán la enroló como espía. Poco después, también el servicio secreto francés recurrió a sus servicios. Pero luego fue descubierta como doble agente y fusilada.
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Los Rosenberg y la bomba
El caso de Julius y Ethel Rosenberg dividió en la década del 50 a la opinión pública estadounidense. El matrimonio fue acusado de haber entregado informaciones sobre el programa atómico de Estados Unidos a Moscú. Mientras algunos consideraban que merecían la pena de muerte, otros denunciaban una histeria anticomunista. Pese a las protestas internacionales, los Rosenberg fueron ejecutados en 1953.
Imagen: picture alliance/dpa
Un espía en Bonn
Lo que comenzó como una novela de espionaje, desató una crisis política en la República Federal de Alemania. Como asistente del canciller Willy Brandt, Günter Guillaume tuvo acceso a documentos secretos que hizo llegar a la RDA. El hecho de que un espía germano oriental lograra infiltrarse en el centro del poder político de Bonn estremeció a la opinión pública y llevó a Brandt a renunciar en 1974.
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"Los cinco de Cambridge"
Fue uno de los mayores escándalos de espionaje de la historia de Gran Bretaña. Anthony Blunt confesó en 1979 -a cambio de inmunidad- que un círculo de cinco exestudiantes de Cambridge, que tenían acceso a las altas esferas gubernamentales, había espiado para el KGB desde la II Guerra Mundial. Cuatro de sus miembros quedaron así al descubierto. El nombre del quinto sigue siendo un misterio.
Imagen: picture alliance/empics
Del servicio secreto a la pasarela
Anna Chapman, considerada en Estados Unidos una maestra del espionaje, fue detenida en 2010, como parte de un círculo de agentes rusos. Tras un intercambio de prisioneros emprendió en Rusia una carrera como modelo y conductora de TV. Su fama la llevó, entre otras cosas, a aparecer en la portada de la edición rusa de la revista masculina "Maxim", en ropa interior y portando una pistola.
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Matrimonio "común"
Heidrun Anschlag pasaba por ser una dueña de casa común y corriente de Marburgo. Cada martes recibía en su receptor de onda corta instrucciones del servicio secreto de Moscú. Y eso durante décadas. Se estima que ella y su marido, que tenían pasaportes austriacos, entregaron a los rusos cientos de documentos de la UE y la OTAN. Ambos fueron condenados por espionaje en 2013.
Imagen: Getty Images
Strauss, ¿un espía?
El político bávaro Franz Josef Strauss sigue provocando titulares en Alemania, aún décadas después de su muerte. Supuestamente habría trabajado para el servicio de inteligencia militar estadounidense OSS, un precursor de la actual CIA. Un estudio al respecto, realizado por la Central Federal de Formación Política, fue publicado para el centenario del nacimiento del político socialcristiano.
Imagen: picture alliance/dpa
Espionaje 2.0
En tiempos de la Guerra Fría, los gobiernos temían a los dobles agentes. Hoy provoca dolores de cabeza la tecnología de los servicios secretos. Las revelaciones de un exempleado de los servicios de inteligencia estadounidenses pusieron al descubierto, en 2013, la forma en que estos vigilan las telecomunicaciones globales y en particular Internet, almacenando los datos de milones de usuarios.