Este martes (30.12.2014) se entregó a las autoridades mexicanas Luis Antonio Torres, alias “Simón, el Americano”, quien lideró uno de varios grupos parapoliciales rurales surgidos entre 2012 y 2013 para frenar el auge del crimen organizado en el estado de Michoacán. Nueve de sus acólitos siguieron su ejemplo. Torres debe declarar sobre el tiroteo que tuvo lugar el 16 de diciembre en el pueblo de La Ruana, en el suroeste del país, y que dejó once muertos.

El pasado sábado (27.12.2014) se entregaron Hipólito Mora, fundador de las autodefensas de Michoacán, y 26 seguidores suyos. Aunque la meta de estas autodefensas era poner coto a la violencia criminal en la región, Torres y Mora cultivaron una rivalidad que los llevó a enfrentarse con armas de alto nivel. En Morelia, capital del estado de Michoacán, la jueza María Consuelo López les imputa diez de las once muertes ocurridas el 16 de diciembre.

El único deceso que no se le atribuye a Mora es el de su hijo Manuel Mora. Según el abogado Torres, Óscar Salazar, en aquella escaramuza perdieron la vida seis allegados de su defendido y cinco de Mora. Tras el tiroteo en cuestión, Alfredo Castillo, comisionado de Michoacán, aseguró que el Ejército y la policía federal iban a asumir la seguridad en La Ruana y otras dos localidades de alta conflictividad en Michoacán. Las autodefensas fueron disueltas en mayo de 2014. El Gobierno mexicano instó a sus miembros a unirse a una Fuerza Rural.

ERC ( dpa / AFP )