Los observadores internacionales no se muestran sorprendidos por la revelación hace unos días de las autoridades de Estados Unidos. El Departamento del Tesoro impuso sanciones al narcotraficante Raúl Flores Hernández y 21 mexicanos vinculados a él, entre ellos el futbolista Rafa Márquez, acusado de tener una larga relación con el delincuente, del que fue testaferro. También figura el cantante Julión Álvarez.  Todos los sancionados han sido incluidos en la lista negra de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro (OFAC), lo que significa que sus bienes y cuentas en Estados Unidos han sido congelados. Aunque el futbolista rechazó las acusaciones, flota la duda en un país en donde imperan la corrupción y la impunidad. 

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"Conocemos muchos casos, tanto en el fútbol como en el sector del entretenimiento. No sorprende y uno de los indicadores es el aumento de las sumas que se están pagando por ciertos jugadores", afirma el politólogo alemán Günther Maihold, subdirector de la Fundación Ciencia y Política (SWP). El analista  recuerda el caso del empresario Carlos Ahumada, expropietario del Club León, procesado por diversos actos ilícitos. "También hay otros casos en el fútbol de Querétaro, Irapuato y Celaya".

El fútbol no es el único ámbito en donde el narcotráfico blanquea grandes sumas de dinero. También lo hace en centros comerciales e inmuebles, y aunque el Estado mexicano es plenamente consciente de la situación, según Maihold, "no se aplican con seriedad los mecanismos disponibles para combatir el lavado de dinero, no se investigan los casos, la mayoría permanecen impunes, no llegan a juicio".

El politólogo critica que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) esté adscrita a la Secretaría de Hacienda (SHCP) y no a la Procuraduría General de la República (PGR), lo que se traduce en que en vez de que se investiguen los casos, el erario se beneficia con ingresos. "Casi no se aplica el concepto de exterminio de dominio (la confiscación de propiedades de origen ilícito). Maihold destaca que es necesaria la presión internacional y recuerda que la institución responsable es el Financial Action Task Force (FATF), con sede en París, cuya filial en América Latina es el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI).

Redes que involucran a políticos y empresarios

Uno de los analistas internacionales más destacados en el análisis de las mafias internacionales y el lavado de dinero, el académico de la Universidad de Columbia de Nueva York, Edgardo Buscaglia, coincide con Maihold en la importancia del Grupo de Acción Financiera Internacional, en cuyos reportes se ve la tiplología del lavado de dinero en la industria del fútbol o del entretenimiento. "Siempre involucra a decenas de empresas, a políticos, a contadores, a asesores financieros, a directivos del fútbol, a actores y futbolistas obviamente".

Buscaglia, que ha participado en las investigaciones realizadas por dicho organismo internacional, destaca que para destapar a toda la red coludida es necesario realizar cinco investigaciones paralelas.

El investigador reitera lo que sostiene en un libro suyo, "Lavado de dinero y corrupción política", publicado recientemente. "Cuando se encuentra uno ante un caso así, no hay que quedarse en la punta del iceberg, hay que avanzar hacia toda la red, al más alto nivel, a nivel intermedio y nivel operativo". Buscaglia dice que son necesarias una investigación penal, que se focalice en el instrumento, objeto y producto del delito; una investigación financiera y otra, una tercera, patrimonial, en la que se escrutine el origen y financiación de casas, fábricas, automóviles. "Esta debería estar a cargo en el caso de México de las entidades federativas, que brillan por su ausencia, y crean los vacíos del Estado en México".

La cuarta investigación es la penal tributaria, según Buscaglia, hay que investigar como Al Capone. La quinta, es la extinción de dominio, una causa civil en donde se decomisa la propiedad de origen ilícito.

Buscaglia pone el dedo en la llaga: "La violencia mexicana, extrema, los cuerpos colgados en puentes, las fosas comunes, toda es derivada de la corrupción política y de los vacíos de investigación". Según el experto, es una impunidad mafiosa que es lo que hace que la pesadilla de la violencia no frene sino se extienda aún más.

"Las investigaciones no se pueden focalizar en una sola persona, sino en los cientos de empresarios y políticos. Eso en México todavía no se hace, debido a que muchas empresas están involucradas en financiar campañas políticas, y los líderes políticos no quieren que se les toque. Ése es el círculo vicioso que explica la situación en México", subraya Buscaglia.

No hay un Estado corrupto frente a una sociedad impoluta

Por su parte, el politólogo Carlos Flores, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), explica que el problema es que en México hay una estructura política profundamente corrupta y una sociedad degradada. "De otra manera no nos explicamos el nivel de perpetuidad que tiene esto".

Flores destaca que el escándalo que rodea a Rafa Márquez ha provocado un gran revuelo debido a que es uno de los futbolistas con mayor reconocimiento y popularidad. El politólogo lamenta que pese a que sea un deporte tan popular en México el desempeño internacional de sus clubes no ha sido muy bueno debido a la corrupción de las organizaciones que manejan políticamente el deporte.

El politólogo también lamenta que la sociedad mexicana no tenga futuro, porque la espiral descendente no toca fondo nunca. "No toca fondo porque no hay una visión que lleve a la construcción de un proyecto nacional diferente, que implique una sociedad más funcional, niveles de reprocidad entre gobernantes y gobernados, un Estado de Derecho. México es como una tierra de piratas en donde cualquiera puede extraer lo que quiera, sin importar el origen del dinero".

Autora: Eva Usi (VT)