El psicólogo español Carlos Martín Beristain, ex-miembro del grupo que investigó la desaparición forzada de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, habla con DW de su nuevo libro sobre este crimen todavía irresuelto.
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A casi tres años de la noche de Iguala y a más de un año de que terminara el segundo mandato del GIEI (Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes) en México, los hechos todavía no han sido esclarecidos. ¿Por qué?
A mitad del segundo mandato del GIEI, encontramos obstáculos por parte de diferentes sectores del aparato del Estado que no estaban interesados en que se conociera la verdad, y eso impidió que pudiéramos avanzar. No pudimos llegar a esclarecer los hechos hasta donde nos hubiera gustado. Por eso dejamos 20 líneas de investigación y el trabajo con las víctimas como cosas que tendrían que pasar en el futuro para esclarecer los hechos. Señalamos que el caso sí se podía esclarecer. Se creó un mecanismo de seguimiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y estamos esperando que este mecanismo de una evaluación de si se ha cumplido o no lo que nosotros señalamos como líneas de investigación.
Según Ud., hay una "impotencia aprendida" en México. ¿Qué quiere decir con eso?
La impunidad tiene un impacto educativo. Al final, termina convenciendo a todos de que no se puede lograr justicia. Cuando llegamos al país mucha gente nos dijo 'Uds. no van a poder hacer, no se les va a permitir', pero nosotros mostramos con nuestro trabajo que sí se puede hacer una investigación basada en pruebas objetivas y que sí se pueden tener datos fiables.
Un punto clave de su trabajo de investigación fue contar con la confianza de las familias de las víctimas. ¿Cómo la lograron?
Cuando llegamos al país, fuimos a una reunión con los familiares. La gente nos dijo tres cosas: 1. Uds. son los únicos en los que tenemos confianza, 2. Por favor díganos siempre la verdad de lo que encuentren, 3. Por favor no se vendan. Esto último no nos lo había dicho nadie a los cinco expertos en ningún país del mundo. Eso demuestra el nivel de desconfianza que tienen las víctimas en el caso de México frente al Estado o frente a una investigación. Nosotros tratamos de generar puentes con el Estado, porque creemos que es muy importante que las víctimas tengan confianza en él y que el Estado muestre maneras creíbles de trabajar en la investigación y en la atención. Tratamos de generar este espacio de confianza con nuestra presencia en el país, porque éramos el último eslabón de la institucionalidad.
¿Lograr este nivel de confianza con las familias habría sido posible si Uds. hubieran sido un grupo de expertos nacionales?
Creo que la presencia internacional fue muy importante. Si el equipo hubiera sido nacional, a pesar de que hubiera sido un buen equipo, las víctimas no hubieran tenido confianza. Por otra parte, la experiencia internacional también era un recurso positivo en término de capadidades, porque usamos metodologías nuevas que no estaban en México, por ejemplo en el trabajo con las víctimas o en la investigación criminal en casos violaciones de derechos humanos.
¿Cuál fue el papel de las familias en todo este proceso?
Sin ellos, nosotros no hubiéramos llegado al país. Llegamos porque ellos habían hecho todo un trabajo de difusión, movilización, de propuestas con sus abogados para que hubiera un equipo internacional que supervisara las medidas cautelares de la CIDH. Siempre teníamos un ojo puesto en la investigación, pero también en la situación de los familiares, porque si lo que nosotros hacemos debilita a las víctimas, las invisibiliza y genera más conflictos. Los familiares son el sujeto de todas estas luchas por la verdad, y nuestros informes son su herramienta. Si algo necesitan los casos de desaparición forzada, es que la investigación incluya la memoria de las víctimas, porque se necesita empatía con las víctimas. En las reuniones con el Estado, muchos familiares dijeron 'pónganse en nuestro lugar', y eso es un ejercicio clave en la investigación.
Hace pocos meses, Ud. publicó el libro "El tiempo de Ayotzinapa" sobre su trabajo en México. ¿Por qué lo publicó, si los informes del GIEI ya dan un resumen exhaustivo de su trabajo?
El libro da cuenta de la profunidad de lo vivido. Da cuenta de una historia de la cual no tienes la dimensión si te lees los informes, porque ahí tienes los datos técnicos, duros, descriptivos, analíticos, etc. Si quieres saber lo que significa eso para las víctimas y para un equipo de investigación que tiene que asumir una tarea de este tipo, el libro está escrito en un lenguaje que te permite acompañarnos en el proceso.
¿A quién se dirige con el libro?
Primero, a mi mismo, porque fue una manera de procesar lo sucedido. El libro para mi fue un ejercicio personal de poder volver a muchos lugares y escribir las historias de manera que sean más asimilables. El libro está escrito también para quienes intervinieron en este camino, a veces agentes del Estado que nos ayudaron, y sobre todo para los familiares, para que encuentren una historia digna de si mismos.
¿Qué significa un crimen como la desaparición forzada para los familiares?
Desde el punto de vista de derecho, estamos hablando de un delito permanente. En términos psicológicos, es una herida permanente en las víctimas, porque no pueden entender qué ha pasado. Es una herida que no cicatriza, con la cual aprenden a vivir de muy mala manera, con un enorme impacto, pero que sigue sangrando y sangrando y sangrando. El problema es que eso prolonga y profundiza el sufrimiento en las víctimas, y todo eso genera enormes impactos invisibles. En el caso de México los datos oficiales hablan de 26 a 30 mil desaparecidos, multiplica eso por todos los familiares y toda la gente cercana – el nivel de impacto es brutal, y es un impacto que permanece.
La cronología del Caso Ayotzinapa
En el aniversario del ataque a estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, DW presenta los acontecimientos más importantes relacionados con el caso en una fotogalería.
Imagen: picture-alliance/dpa/Lenin Ocampo Torres
La noche del ataque
Iguala, Guerrero. En la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014, estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de la localidad de Ayotzinapa, son emboscados mientras iban en varios autobuses que habían retenido. Indicios y testimonios apuntan a que policías municipales, en colaboración con bandas criminales, perpetraron los ataques.
Imagen: picture-alliance/AP/Moises Castillo
Se enciende la protesta
27.09.2014. Como consecuencia del ataque, 43 estudiantes normalistas desaparecen, y se presume que han sido asesinados. De inmediato, familiares de las víctimas y grupos estudiantiles comienzan una serie de protestas, exigiendo que los jóvenes aparezcan con vida. Dos días más tarde, el 29 de septiembre, 22 policías municipales son detenidos en relación con estos hechos.
Imagen: Reuters/Jorge Dan Lopez
La PGR atrae el caso
04.10.2015. La Procuraduría General de la República (fiscalía mexicana) atrae las investigaciones del caso, que queda en manos de la dependencia federal. En menos de 20 días son detenidas otras 52 personas, entre ellas, el líder del grupo criminal "Guerreros Unidos", Sidronio Casarrubias. En la imagen, el entonces procurador Jesús Murillo Karam.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Guzman
Presuntos implicados
10.2014. Según la PGR, Sidronio Casarrubias, líder de "Guerrero Unidos", señala a María de los Ángeles Pineda, esposa del alcalde de Iguala, José Luis Abarca (ambos en la foto), como cómplice de actividades criminales. El síndico y el secretario de Seguridad de Iguala, Felipe Flores, también habrían participado en actividades ilícitas, de acuerdo con la misma fuente.
Imagen: picture-alliance/dpa
Fosas clandestinas
04.10.2014. Fuerzas federales hallan seis fosas clandestinas en las afueras de la ciudad de Iguala. En un principio se presume que los restos corresponden a los 43 estudiantes desaparecidos.
Imagen: Reuters
Marcha global
08.10.2014. Organizaciones civiles y familiares de los desaparecidos convocan a una gran marcha nacional e internacional. Exigen claridad en la investigación y, sobre todo, resultados. En la imagen, la movilización frente a la embajada mexicana en Buenos Aires.
Imagen: Reuters
Queman Palacio de Gobierno
13.10.2014. Manifestantes acuden a la sede del gobierno de Iguala para demandar de nuevo la localización de los estudiantes desaparecidos, y protestar contra las autoridades locales. Incendian el edificio gubernamental y causan destrozos en el mismo.
Imagen: AFP/Getty Images
Versión de Solalinde
20.10.2014. El padre Alejandro Solalinde, defensor de los derechos de migrantes, revela una versión contada por testigos, según la cual los 43 estudiantes de Ayotzinapa habrían sido asesinados y calcinados. No proporciona pruebas.
Imagen: AP
Implican a Abarca y Pineda
22.10.2014. La PGR presenta cargos contra José Luis Abarca y su esposa, María de los Ángeles Pineda, como probables responsables de la desaparición y posible asesinato de los 43 normalistas. El alcalde de Iguala y su esposa se encuentran "ilocalizables" en ese momento.
29.10.2014. Más de un mes después de ocurrida la tragedia, el presidente Enrique Peña Nieto se reúne con familiares de los estudiantes desaparecidos. Tras varias horas de encuentro a puertas cerradas, ambas partes firman un acuerdo de diez puntos, entre los que destaca la formación de una comisión mixta que audite las investigaciones realizadas por la PGR. Esto no acaba con las protestas.
Imagen: Reuters/Henry Romero
Detenidos
04.11.2014. Tras unas semanas de permanecer prófugos, el alcalde de Iguala y su esposa son detenidos en Iztapalapa, Distrito Federal. El operativo se realiza sin violencia, y la TV muestra imágenes de la pareja, en aparente calma, en el momento en que es detenida.
Imagen: Y. Cortes/AFP/Getty Images
Fuego en Palacio Nacional
08.11.2014. Unos 20 manifestantes encapuchados derriban las vallas de seguridad de los alrededores del Palacio Nacional, sede del Ejecutivo mexicano, y prenden fuego a la puerta principal del histórico edificio. Los disturbios se registran al finalizar una multitudinaria marcha para exigir el retorno con vida de los 43 estudiantes desaparecidos.
Imagen: AFP/Getty Images/O. Torres
"Ya me cansé"
07.11.2014. En procurador Jesús Murillo Karam ofrece una conferencia de prensa e informa que, según testimonios y confesiones recabados, los estudiantes habrían sido asesinados e incinerados en la fosa de un basurero de Cocula, cerca de Iguala. Al final de dicha conferencia pronuncia su famosa frase "ya me cansé", que prende aún más la indignación.
Imagen: picture-alliance/dpa/Mario Guzman
Primer identificado
06.12.2014. Peritos forenses argentinos que trabajan en la identificación de los restos encontrados cerca de un depósito de basura en Cocula determinan que una de las piezas que llegaron a sus manos pertenece a Alexander Mora Venancio, uno de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos desde el 26 de septiembre en Iguala, estado de Guerrero.
Imagen: picture-alliance/dpa/Gutierrez
Alemania, consternada
20.01.2015. El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, manifiesta la "consternación" de Alemania por el crimen de los estudiantes y asegura a su homólogo mexicano, José Antonio Meade, que Berlín "ayudará en el esclarecimiento de lo ocurrido en la medida de los posible, por ejemplo en la identificación de las víctimas".
Imagen: picture-alliance/AP/M. Sohn
La "verdad histórica"
27.01.2015. Murillo Karam comparece de nuevo ante la prensa y da a conocer las conclusiones de la investigacion realizada por la PGR. Según la que llamó "verdad histórica", los normalistas fueron asesinados por la banda Guerreros Unidos al ser confundidos con miembros de un cartel rival. Los restos de los estudiantes, dijo, fueron incinerados en el basurero de Cocula.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Cruz
Expertos independientes
01.03.2015. Como resultado del acuerdo entre el gobierno y los padres de las víctimas, el primer día de marzo viaja a México el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) formado por la CIDH, para iniciar sus trabajos sobre el caso Iguala.
Imagen: REUTERS/H. Romero
Elecciones intermedias
07.06.2015. Más de 83 millones de mexicanos están convocados a las urnas para elegir 1.996 cargos, incluidos 500 diputados federales y los gobernadores de nueve estados, entre ellos Guerrero. En los días anteriores, manifestantes y policías resultaron heridos en un enfrentamiento de las fuerzas de seguridad con familiares de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala.
Imagen: Getty Images/AFP/P. Castellanos
Desencuentro
17.08.2015. Los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que investigan la desaparición de 43 estudiantes en México anuncian que no entrevistarán a los militares del Batallón 27 ante la imposición de hacerlo por escrito.
Imagen: DW/M. Estarque
Cuestionan la "verdad histórica"
06.09.2015. El grupo de expertos independientes designado por la CIDH que investiga la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, dice que la versión oficial entregada por la fiscalía, que asegura que los jóvenes fueron asesinados y sus restos quemados en el basurero que aparece en la foto, es imprecisa. Aparece el tráfico de heroína como posible línea de investigación.
Imagen: Reuters/Henry Romero
Detienen a "El Gil"
17.09.2015. Medios mexicanos informan de la detención de Gildardo López Astudillo, jefe de sicarios del grupo criminal Guerreros Unidos, quien habría jugado un papel clave en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa hace casi un año.
Imagen: DW/M. Banchon
Segundo identificado
17.09.2015. La fiscal Arely Gómez, quien sustituyó a Murilo Karam en la PGR, dice que "existen indicios que establecen posible correspondencia" entre unos de los restos y el ADN de la madre del joven Joshivani Guerrero de la Cruz, de 20 años. Forenses argentinos manifiestan dudas sobre esta versión, debido a fallas en la cadena de custodia de las pruebas.
Imagen: Reuters/H, Romero
Tensión creciente
22.09.2015. A unos días de que se cumpliera el primer aniversario de la tragedia, un enfrentamiento entre estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa y policías del estado de Guerrero deja nueve heridos y un camión quemado cerca de Chilpancingo, la capital estatal. Familiares de las víctimas comienzan una huelga de hambre previa a una nueva reunión con Peña Nieto.