"La normalidad es un dogma trasnochado", dice Barbara Anderson, fundadora del medio que lucha contra la discriminación de las personas con discapacidad.
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"Si a mí me dieran un peso por cada vez que me dicen que mi hijo es un ángel, y yo, una madre bendita, ya sería millonaria”, dice a DW Katia D´Artigues, mamá de Alan, de casi 17 años y con síndrome de Down.
"En América Latina tendemos mucho a hablar de cariñito, usando diminutivos que, al referirse a personas con discapacidad, las minimizan o las hacen ver como eternos niños o, peor, incapaces”, agrega D´Artigues, desde Ciudad de México.
"La discriminación es prima hermana de la ignorancia”, explica, por su parte, Barbara Anderson, mamá de Lucca, de 11 años, y con parálisis cerebral.
"Discriminamos lo que no conocemos, lo que no nos es estándar o natural. Y también hay una cuestión de falta de empatía hacia los demás”, agrega Anderson en diálogo con DW.
Un medio inclusivo y sin eufemismos
Así es que ambas mujeres, de profesión periodistas, pusieron manos a la obra y dieron vida al portal de noticias Yo también,único en su tipo en Latinoamérica, "enfocado100 % a la discapacidad”, según ellas mismas consignan.
"Comenzó siendo un newsletter de distribución semanal, allá por 2019, hasta escalar a ser un portal que incluye materiales en diferentes formatos: videos, noticieros audiovisuales, libros, tutoriales e infografías, donde el eje son las personas con discapacidad, los derechos humanos, la accesibilidad y la plena inclusión”, indica Anderson, orgullosa de la iniciativa emprendida.
"La discapacidad es un motor para el ingenio y la creatividad”, apunta en clave positiva.
"Quisimos romper con esa inercia de que las notas sobre discapacidad son sobre personas que, a pesar de tener una condición de vida, lograron algo excepcional -lo que se conoce como porno inspiracional-, y tampoco quisimos quedarnos en la denuncia”, puntualiza la profesional de los medios, argentina de nacimiento y mexicana por elección.
Asimismo, no solo los temas elegidos tienen que ver con las personas con discapacidad, sino que son también estas personas quienes integran la redacción del portal.
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De enfermito a columnista
"Me considero extrovertido, terco y optimista. Amante de la música, la cocina y el fútbol”, se presenta Daniel Robles Haro, colaborador del medio con parálisis cerebral. "A mis 26 años, Yo también me dio mi primera oportunidad como columnista. Y pasé de ser el angelito o enfermito que inspira ternura o lástima en la calle, a ser una persona con responsabilidades y voz en un medio congruente y vanguardista en términos de inclusión”, cuenta con satisfacción Robles Haro.
¿Cómo es el trabajo diario con inclusión como premisa? La respuesta corre por cuenta de D´Artigues: "Iniciamos nuestras reuniones describiéndonos, para que nuestros colaboradores que no ven puedan imaginar. Tratamos de hablar de la manera más sencilla posible, para que quienes tienen discapacidad intelectual, puedan seguir la discusión de la manera más sencilla posible. Si ponemos un gif en el chat para felicitar a alguien por su cumpleaños, lo describimos”, detalla.
"Todos estamos a un brazo de distancia de la discapacidad”, asegura en este sentido Anderson.
"En México, el 16,5 % de la población tiene alguna discapacidad o limitación, o sea, casi 21 millones de personas”, sostiene. "Y si a este universo le sumamos una familia tipo a la que pertenecen, podemos sumar más de 80 millones de mexicanos que vivimos con la discapacidad bajo el mismo techo, lo que equivale a dos de cada tres habitantes. No somos ninguna minoría”, contextualiza.
Para todas estas personas, y todas aquellas que se interesen, Yo también seguirá siendo desde México y para todo el mundo, un grito de inclusión en clave periodística.
"Lo normal es nuestra diversidad. Lo anormal es no aceptarla”, concluye Anderson, y bien sabe lo que dice.
10 cosas que tiene que saber sobre los Paralímpicos (2016)
Después de dos semanas del fin de los Juegos Olímpicos, empezaron los XV. Juegos Paralímpicos en Río. En muchos aspectos, mucho más importantes para las personas con discapacidad. Pero los problemas son similares.
Imagen: Getty Images/M. Tama
Más competencias que en los Juegos Olímpicos
306 competencias en 17 días fue el récord olímpico en Río. En los Paralímpicos habrá 528 competencias en doce días, hasta el 18 de septiembre. Esto debido a que, de acuerdo a la discapacidad, hay diferentes categorías. En total, 23 deportes estarán representados. Por primera vez se habrá canotaje y el triatlón.
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Nuevos récords
4.350 atletas asistieron en Río a la inauguración, casi once veces más que al debut de los Paralímpicos de 1960 en Roma. También en cuanto a los países participantes hay un nuevo récord: de 176 países vienen los deportistas. La Asociación Mundial IPC espera cuatro millones de televidentes durante los juegos. La televisión alemana transmitirá 75 horas en vivo.
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Muchos ganadores
No es tan fácil hacer un seguimiento en los Paralímpicos. Esto se debe a las así llamadas “clases de daños” con un total de diez clasificaciones. Solo en la carrera de 100 metros de los hombres hubo 15 ganadores paralímpicos en los Juegos de Londres 2012. El poseedor del récord en la clase "T43" es el brasileño, doblemente amputado, Alan Oliveira con sensacionales 10,57 segundos.
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Aparatos claves
Una competencia de materiales. Incluso más que en los Juegos Olímpicos, los atletas paralímpicos necesitan de aparatos deportivos y técnicos. 18 toneladas de material están disponibles, un total de 15.000 artículos como 1.100 sillas de ruedas o 300 prótesismde pies. Para las reparaciones hay un equipo disponible de 100 personas de 31 países, a la espera diaria de 2.000 intervenciones.
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Ventaja de naciones industrializadas
Los costos del material no pueden ser asumidos por cualquier país. Y nuchas organizaciones no pueden financiar esas costosas herramientas de ayuda. Probablemente por eso las naciones industriales consiguen la mayoría de las medallas. Por ejemplo, la prótesis del saltador de longitud Markus Rehm, con la que estableció un récord mundial de 8,40 m, cuesta alrededor de 8.000 euros.
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Falta dinero
También es caro para los anfitriones. Brasil, un país económicamente golpeado, tuvo que apoyar los Paralímpicos con recursos públicos cercanos a los 55 millones de euros, ya que el presupuesto previsto no fue suficiente. El número de voluntarios fue reducido significativamente. El presidente del IPC, Philip Craven, habló del "peor momento" para la historia paralímpica.
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Sin público
Una razón de la brecha en el presupuesto es la lenta venta de entradas. Después de los Juegos Olímpicos, apenas se vendieron 300.000 entradas de las 2,4 millones de los Paralímpicos. Ahora la venta habría remontado: más de 1,5 millones de entradas fueron vendidas, según el IPC. Pero como en las Olimpiadas, las gradas en las competiciones paralímpicas corren peligro de llenarse solo a medias.
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Las chances alemanas
El equipo alemán se hizo presente con 155 atletas en la inauguración. En muchas disciplinas, los atletas en oro, rojo y negro son fuertes candidatos a ganar la medalla, también debido a la buena promoción de este país. Con 1.450 Medallas, Alemania está en el tercer puesto de la tabla de medallas por detrás de Estados Unidos (2.066) y Gran Bretaña (1.643).
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Doping, aquí también
Karl Quade, de la selección alemana, no pone las manos al fuego en cuanto al dopaje. Este se produce en múltiples fomas: en el cuerpo, pero también en el equipamiento deportivo (Tech-dopaje). Algunos incluso hacen trampa en la clasificación. Como sea, el IPC ha dado una clara señal con la completa exclusión de Rusia por doping de Estado.
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¿Anillos olímpicos?, ninguno
Los anillos olímpicos fueron nuevamente desmantelados en muchos lugares de Río y reemplazado por el símbolo de los Juegos Paralímpicos. En lugar de los cinco anillos olímpicos, desde 2004, tres semiarcos llamados "Agitos" (del latín, "me muevo") son el símbolo de los Juegos de los atletas discapacitados.