En Fráncfort, Emmanuel Macron invocó el poder de la cultura con enunciados de un conocido filósofo que estaba convencido de que la realidad no es tan poderosa como parece.
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Una canción en el momento adecuado puede infundir valor. Una canción de cuna puede animar a los niños pequeños. ¿Y qué es la "Oda a la alegría" de Beethoven sino la canción de cuna de Europa? O al menos para la Unión Europea. Más o menos eso deben haber pensado los seguidores del movimiento "Pulso de Europa", que quizás con el clásico de Beethoven podrían infundir algo de ánimo al mandatario francés antes de su presentación en la Universidad de Fráncfort. ¿Quizás también previendo las preguntas demasiado escépticas de la joven audiencia?
La pregunta seguirá sin respuesta porque Macron llegó con una hora de retraso, por lo que la discusión no se extendió lo suficiente. El parlamentario franco-alemán Daniel Cohn-Bendit y el sociólogo francés Gilles Kepel hablaron con el presidente galo de los retos que afronta el continente: las crisis financieras, el terrorismo, el extremismo, la migración, y sobre todo, del significado de lo que se conoce como proyecto europeo, algo que quizás nunca se pueda definir claramente.
¿Qué importa quién habla?
"La cultura es aglutinante", dijo el presidente francés en Fráncfort, donde se inauguró la Feria del Libro con la presencia de Angela Merkel. Una frase como esta se escucha con frecuencia. "Qué importa quién habla, ha dicho alguien que importa quien habla". Esta frase de Samuel Beckett la usaba el filósofo francés Michel Foucault para ilustrar la tesis de que el lenguaje humano ofrece una enorme cantidad de fórmulas, expresiones y frases para describir el verdadero sentido de lo que se dice.
Que esto siempre sea cierto, es algo que se puede poner en duda cuando el presidente francés toma la palabra para decir "la cultura es aglutinante". No es una idea especialmente original.
Más impresiona esto: "Afrontar la realidad del mundo nos devolverá la esperanza". Esta sentencia da inicio al librito de Macron titulado "Revolución", publicado en noviembre del año pasado, durante la campaña electoral por la presidencia francesa, que finalmente ganó.
Una frase sucinta y densa. Una oración con calidad poética y, al mismo tiempo, una afirmación filosófica. Es un llamado a no dejarse vencer por los hechos, aun cuando parezcan poderosos o dominantes. Es un llamado a no decepcionarse del mundo y quizás también a tener un poco de imprudencia.
Un poco de insolencia
Una impertinencia, porque el mundo sigue siendo poderoso. Una carcasa de acero, como se conoce hace cien años, un mundo forjado por inexorables restricciones de la burocracia, los gremios, asociaciones, aparatos.
Una pequeña insolencia es la sentencia con la que Macron se expresó sobre los desempleados franceses que esperan allá afuera y difícilmente podrán ingresar a la protección que otorga esta carcasa.
Con los medios de la cultura
Y sin embargo, una frase como la de "Revolución" también relativiza a otras, menos brillantes, como algunas sobre la cultura. Macron continuó en Fráncfort con sus frases para reafirmar que la realidad no debe simplemente ser dejada a su albedrío, sino que debe ser superada con los medios que ofrece la cultura. "Cada joven, no importa dónde haya nacido, debe tener acceso a la literatura francesa, a Goethe y Beethoven", señaló Macron. "¡Eso es excelencia!".
Los niños imponen desafíos, dio a entender Macron. Pero es necesario apoyarlos, sobre todo que ellos sean exigentes consigo mismos. No basta tener acceso a la cultura, hay que usarla. Macron, letrado en filosofía, pudo haber pensado en Sartre y su libro "Les mots". En él, el predecesor del existencialismo describe la fuerza liberadora e inspiradora que le debían a las palabras los libros.
Y esa fuerza cultural, explicó Macron en Fráncfort, ahora también debe ser utilizada en la lucha contra el yihadismo y el extremismo. "Un joven bien formado no ingresará a ISIS", señaló, ignorando el hecho de que esa organización yihadista tiene en sus filas a personas altamente cualificadas.
"Necesitamos visiones"
Pero quizás las personas educadas entre los yihadistas son también la excepción a la regla. Tal vez la lucha contra el extremismo sí tiene sus mejores aliados en la cultura. Pero si hay algo que se puede sacar en limpio de todo esto es que la realidad no se doblega con voluntad.
"Necesitamos visiones", dijo en Fráncfort, aparentemente poco impresionado por las decenas de miles de manifestantes que salieron a las calles de París y a otras ciudades de Francia para protestar contra su política laboral. Usted, la calle, tiene poder. Todavía más poder para ofrecerlo al mundo cuando se entiende como una expresión de voluntad y representación.
Autor: Kersten Knipp (MN/VT)
Trece libros prohibidos
Todos estos libros están prohibidos o han sido censurados en algunas partes del mundo. Una colección ilustre desde "Harry Potter" pasando por los cuentos de los hermanos Grimm hasta un diccionario.
Imagen: picture-alliance/dpa/PA I. Nicholson
"Harry Potter" de J.K. Rowling
La serie de libros sobre el joven aprendiz de magia Harry Potter dominó las listas de venta en todo el mundo entre 2000 y 2009. Pero también provocó la ira de grupos religiosos, entre ellos también de cristianos ultraconservadores en Estados Unidos. Un eclesiástico de Pittsburgh incluso quemó algunas copias. La serie está prohibida en las escuelas del los Emiratos Árabes Unidos.
Imagen: picture-alliance/dpa/dpa-Film Warner
Los cuentos Grimm
Los libros para niños constituyen una gran parte de los libros prohibidos. Tampoco los cuentos Grimm se han salvado. En 1989, una escuela en California tachó a "Caperucita Roja" de su lista de literatura aceptable para niños. La razón: Caperucita Roja le trajo vino a la abuela para que esta se sienta mejor.
Imagen: Imago/United Archives
"James y el melocotón gigante" de Roald Dahl
Este cuento del año 1961 sobre las aventuras mágicas que un niño experimenta por encima de las nubes fue duramente criticado en los años 90 por el uso de la palabra "culo" y el papel que desempeñaban el tabaco y el whisky. Un librero en Ohio calificó a "James y el melocotón gigante" incluso como comunista.
"Donde viven los monstruos" de Maurice Sendak
Por castigo, el pequeño Max tiene que ir a la cama sin cenar. En su imaginación, su cuarto se convierte en una selva misteriosa con criaturas salvajes. El álbum de Maurice Sendak solo tiene 338 palabras, pero fue criticado por su "contenido oscuro". En los años sesenta, el psicólogo estadounidense Bruno Bettelheim lo calificó como "psicológicamente perjudicial para los niños pequeños".
Imagen: picture alliance/dpa/Newscom
"El maravilloso mago de Oz" de L. Frank Baum
El libro para niños de L. Frank Baum, publicado en 1900, provocó más de una vez críticas en Estados Unidos. En 1928 fue retirado de las bibliotecas públicas de Chicago, porque representaba a las mujeres en papeles de liderazgo. Por la misma razón fue prohibido en 1957 en Detroit, prohibición que se mantuvo hasta 1972. Incluso hoy, grupos conservadores afirman que el libro promueve la brujería.
"Mefisto" de Klaus Mann
La historia del ambicioso actor Hendrik Höfgen que se une a los nazis cuando llegaron al poder se publicó 1936 en los Países Bajos. En Alemania, el libro no se publicó hasta el año 1956. Luego desató una larga polémica porque el libro describe claramente la carrera real del actor Gustaf Gründgens, que también hizo carrera en la época nazi.
"El corazón de las tinieblas" de Joseph Conrad
El libro de Conrad de 1902 expone el lado oscuro del dominio colonial belga en el Congo. En parte, basado en la vida del autor, numerosas escuelas en EE.UU. prohibieron el uso del libro en sus clases. La razón fue la violencia y el uso de la palabra "nigger". "El corazón de las tinieblas" sirvió como inspiración para la película "Apocalipsis Now" de Francis Ford Coppola.
Imagen: picture-alliance / KPA Honorar & Belege
"Rebelión en la granja" de George Orwell
La sátira de Orwell, publicada en 1945, es una parábola de la Revolución Rusa y de la historia soviética. Por lo tanto, tal vez no sea sorprendente que fuera prohibido en la Unión Soviética. El cuento ha sido llevado varias veces a la gran pantalla. En casi todas las escuelas en Estados Unidos sigue siendo lectura obligatoria.
"El Alquimista" de Paulo Coelho
El éxito de ventas a nivel mundial también fue muy popular en Irán hasta que fue prohibido por el gobierno en 2009. Hasta hoy no se indicó una razón oficial. Sin embargo, un video que se filmó durante las protestas en Irán del mismo año parece ser la causa. Muestra a un amigo de Coelho intentando salvar la vida de una joven manifestante (Neda). Coelho elogió el esfuerzo de su amigo más tarde.
"El diario de Ana Frank"
El diario de Ana Frank, que murió en 1945 en el campo de concentración de Bergen-Belsen, fue censurado en el estado de Virginia. Los censores se escandalizaron por algunos pasajes con alusiones sexuales. En Michigan, también hubo protestas contra una versión sin censura de 2013.
Imagen: Internationales Auschwitz Komitee
"Lolita" de Vladimir Nabokov
El cuento sobre un profesor de mediana edad que se enamora de una niña de doce años provocó una controversia internacional. "Lolita" fue prohibido en Francia, país en el que había sido publicado originalmente en 1955. El libro también significo el fin de la carrera del político conservador británico Nigel Nicolson, cuya editorial publicó el libro en el Reino Unido.
"Frankenstein" de Mary Shelley
El cuento sobre un científico que crea una criatura humana causó mucha controversia. En Sudáfrica, la novela de la escritora británica Mary Shelley fue prohibida en 1955 por "reprensible y obscena".
El diccionario "Oxford Dictionary of English"
El "Oxford English Dictionary" se considera el diccionario más importante de inglés. Sin embargo, en 2010 desapareció de muchas escuelas de California. La razón: los padres se quejaron de que incluiría definiciones gráficas de prácticas sexuales.