Cuarenta madres centroamericanas siguieron la ruta del migrante durante 18 días, en busca de sus hijos desaparecidos. Ellos, al igual que miles más, intentaron atravesar México para migrar a los Estados Unidos.
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Madres buscan a sus hijos en la ruta del migrante
Cuarenta madres centroamericanas siguieron la ruta del migrante durante 18 días, en busca de sus hijos desaparecidos. Ellos, al igual que miles más, intentaron atravesar México para migrar a los Estados Unidos.
Imagen: DW/C. Pagaza
Madres centroamericanas en la búsqueda
Cuarenta mujeres procedentes de Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras entraron a México el jueves (20.11.2014) por El Ceibo, una población localizada en el municipio de Tenosique en el estado mexicano de Tabasco, que hace frontera con Guatemala. Muchas de ellas esperaron durante años la oportunidad de pasar por México.
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Desaparecidos durante años
Miles de migrantes centroamericanos desaparecen cada año en su intento por atravesar México hasta los Estados Unidos. Algunos incluso pierden la vida. Sin embargo, quienes se quedan atrás, sus familias, no pierden la esperanza de encontrarlos. Cada año, decenas de madres marchan por la misma ruta, en busca de sus hijos perdidos.
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Visas temporales
A su llegada, las mujeres recibieron una visa temporal otorgada por el Instituto Nacional de Migración en México. Con ella podrán transitar libremente por el país durante los 18 días del recorrido. Este se realizará por diez estados de la República Mexicana.
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Palenque, Chiapas
En el segundo día de la caravana, las madres fueron recibidas en Palenque, Chiapas. Allí las religiosas de la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán les dieron de comer. Además hablaron con varios de los migrantes que actualmente habitan la Casa del Caminante jTatic Samuel Ruiz García, en busca de información sobre sus hijos desaparecidos.
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Villa Hermosa, Tabasco
En el centro de Villa Hermosa, Tabasco, las mujeres se manifestaron colocando las fotos de sus hijos en el suelo. Con ello pretenden denunciar la falta de apoyo de las autoridades mexicanas en la búsqueda de los desaparecidos. Hasta ahora sólo organizaciones como el Movimiento Migrante Mesoamericano han podido brindar informaciones relevantes.
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Archivo del Instituto Nacional de Migración
En el tercer día de recorrido, las madres acudieron a la Estación Migratoria del INM en Acayucan, Veracruz, con la intención de acceder a la base de datos de los actuales detenidos por las autoridades migratorias. Sin embargo no obtuvieron información alguna sobre el posible paradero de sus hijos. La base de datos actual sólo contiene información de los últimos tres años.
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Reencuentro después de 17 años
Al cuarto día de recorrido, Leonila Guerra, de Honduras, se reencontró con su hermano Oswaldo después de 17 años, en Coatzacoalcos, Veracruz. Con el apoyo de la población local, el Movimiento Migrante pudo seguirle la pista a Oswaldo, quien hoy trabaja como obrero en Veracruz. Por la falta de servicios de comunicación no había podido contactar a su familia en Honduras.
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Se encuentran de dos a tres personas por recorrido
Pero no todas las mujeres encontrarán a sus familiares perdidos. Según Fray Tomás González Castillo, el padre franciscano a cargo del albergue de migrantes "La 72" en cada recorrido se encuentran alrededor de dos o tres personas. Esta, dice es una oportunidad "única", para seguirles el rastro. Muchas mujeres esperan años para poder venir.
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Las rutas de migración en México
Miles de migrantes centroamericanos cruzan México ilegalmente cada año. De las diferentes rutas que llevan de sur a norte, todas son peligrosas. Una de las más conocidas es la del "tren de la muerte", también conocido como "La Bestia". En el, los migrantes inician su travesía hacia los Estados Unidos por el sureste mexicano: Yucatán, Campeche, Tabasco, Chiapas y Veracruz.
Siguiendo a "La Bestia"
La caravana de madres centroamericanas también sigue su búsqueda por los distintos puntos de peligro del recorrido de "La Bestia". Aquí se encuentran en la estación de Chontalpa, en el municipio de Huimanguillo, Tabasco. Esta cuenta como una de las estaciones ferroviarias más peligrosas para los migrantes, que muchas veces son extorsionados, secuestrados o asesinados.
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El programa Frontera Sur
En julio, las autoridades migratorias mexicanas reforzaron los controles en la frontera sur del país. Un comisionado especial aumentó la vigilancia como consecuencia de la crisis de este año por la llegada masiva de niños y adolescentes migrantes a E.U. El Instituto Nacional de Migración en México dijo haber retornado alrededor de 6.000 migrantes centroamericanos tan solo en el mes de agosto.
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Postes "antimigrantes"
La compañía de ferrocarriles Ferrosur colocó postes en los costados de la via del tren a su paso por Tlaxcala, los cuales ponen en riesgo a las personas que quieran bajar y subir del tren.
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Destrucción simbólica de postes
En un acto de protesta simbólico, las madres centroamericanas destruyeron un poste de cartón con las mismas características de los postes que Ferrosur colocó a lo largo de las vías del tren en el estado de Tlaxcala. Exigieron que se retiren los postes de concreto y varilla que han causado la muerte de los migrantes centroamericanos que intentan subir al tren en ese punto del recorrido.
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Flores a los migrantes difuntos
En memoria de los migrantes que han perdido la vida a causa de los postes que se colocaron a orillas de las vías del tren, en la ciudad de Apizaco, Tlaxcala, las madres centroamericanas, que entraron a México en busca de sus hijos desaparecidos, colocaron un ramo de flores. Cualquiera de los muertos también podría haber sido alguno de sus hijos.
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No se rinden
A ocho días del comienzo de la caravana de madres centroamericanas, la búsqueda continúa. De distintas maneras intentan difundir las fotos de sus hijos, las cuelgan en las localidades por donde suponen que ellos pasaron en algún momento o van de puerta en puerta preguntando por alguna información que las acerque al paradero de los desaparecidos.
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Todos somos Ayotzinapa
Las madres centroamericanas se unieron a las protestas por los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, Guerrero el pasado 26 de septiembre, con el lema: "vivos se los llevaron, vivos los queremos". Su denuncia, dijeron, es la misma: "nuestros hijos entraron vivos a México y vivos los queremos encontrar".
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México es un purgatorio para los centroamericanos
Nino Quaresima (izquerda), representante de la caravana italiana que se lleva a cabo a la par con la marcha en México, asegura que "hasta hace pocos años, México representaba un cobijo para los migrantes que huían de sus países y de las dictaduras que los oprimían", sin embargo ahora es un "purgatorio que los centroamericanos atraviesan intentando sobrevivir y hacer sobrevivir a sus familias".
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Enterrados entre la basura
Durante el recorrido las mujeres visitaron el panteón municipal "Domingo de Ramos", en Juchitán, Oaxaca. A espaldas del lugar hay una fosa común con los restos de decenas de migrantes sin reconocer, entre basura, restos de animales, flores marchitas y veladoras. En 2007 la administración municipal creó este espacio para sepultar a más de 14 personas que naufragaron en las costas de Oaxaca.
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"Así termina el sueño americano"
Indignada al ver las condiciones en que son abandonados los cadáveres de los migrantes centroamericanos en México, Anita Zelaya de El Salvador dice: "los entierran como animales, entre la basura... y duele mucho pensar que nuestros hijos podrían estar aquí." Rubén Figueroa del Movimiento Mesoamericano llamó a las autoridades mexicanas a crear un banco de ADN para identificar los restos.
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Por la frontera con Guatemala o Belize, miles de migrantes centroamericanos entran a México cada año siguiendo el sueño de llegar a los Estados Unidos para empezar una vida nueva. Huyen de la pobreza y la inseguridad de sus países, muchas veces sin saber que lo peor aun está por venir.
En su intento por atravesar México muchos de ellos son extorsionados, secuestrados o asesinados. Aunque no existen datos oficiales, Rubén Figueroa, del Movimiento Migrante Mesoamericano, calcula que alrededor de 70 mil migrantes han desaparecido en la última década. "Las cosas cada vez están peor, en México no avanza el tema de los derechos humanos y siempre es el crimen organizado de la mano de autoridades corruptas, los primeros en delinquir contra los migrantes", dice a Deutsche Welle.
Con el apoyo de varias organizaciones de la sociedad civil cada año el Movimiento Migrante Mesoamericano emprende la marcha con decenas de madres centroamericanas que siguen la ruta del migrante en México en busca de sus hijos desaparecidos. "Es la única oportunidad que tienen de seguirle el rastro a sus hijos, de los cuales no han escuchado nada en años", explica Rubén. Con la caravana el movimiento pretende llamar la atención de la población y de las autoridades "que no han hecho nada por investigar las denuncias que se han impuesto a lo largo de los años ante la Procuraduría de Justicia por la desaparición y los abusos que sufren los migrantes".
El recorrido
Con una visa temporal este año cuarenta mujeres de Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras recorrerieron diez estados de la República y alrededor de 23 localidades. El 20 de noviembre cruzaron la frontera con Guatemala por El Ceibo, una población localizada en el municipio de Tenosique en el estado mexicano de Tabasco. Hasta el 7 de diciembre la caravana visitó los estados de Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Tlaxcala, Hidalgo y San Luis Potosí, hasta culminar en la ciudad de Guadalajara, Jalisco.
A su llegada las mujeres fueron recibidas en la Casa del migrante "La 72", a cargo de Fray Tomás González Castillo, un padre franciscano que desde hace tres años acompaña esta marcha. Asegura que al menos dos o tres personas desaparecidas son encontradas en cada recorrrido que realizan año con año diferentes madres centroamericanas. "Recuerdo el caso de una mujer de Nicaragua que a sus 75 años, con presión alta y diabetes encontró a su hijo después de no saber nada de él durante 32 años", dijo en entrevista con Deutsche Welle. En 10 años que se ha llevado a cabo la marcha, se han localizado alrededor 200 migrantes. En esta ocasión se dio con el paradero de una persona en Coatzacoalcos, Veracruz y otra en San Sebastián, Hidalgo.
El albergue "La 72", que apoya la caravana desde su comienzo, ha dado refugio a cientos de migrantes centroamericanos. Su nombre hace referencia a los 72 cadáveres de migrantes que a finales de agosto de 2010 fueron encontraron en una fosa ubicada al interior de un rancho al noroeste del poblado de San Fernando, Tamaulipas. Según las investigaciones oficiales, fueron asesinados por el cártel de los Zetas.
Las amenazas
Pero no sólo los migrantes son víctimas del abuso de autoridad y la coalición entre autoridades y el crimen organizado en México. Fray Tomás y muchos de sus colaboradores han sido víctimas de amenazas por parte de las autoridades municipales y estatales y del crimen organizado, incluso en las instalaciones del albergue.
"Les incomodan las investigaciones que hacemos", asegura, "porque hemos descubierto una red de tratas al interior del mismo Instituto Nacional de Migración, hemos descubierto una red de extorsión en la ruta migratoria y hemos denunciado secuestros por parte de las autoridades".
Es por eso que las organizaciones que luchan por los derechos de los migrantes en México han perdido la esperanza en sus autoridades. "No han hecho nada, los únicos casos exitosos los hemos resuelto nosotros mismos con el apoyo de la sociedad civil", asegura Rubén Figeroa. "Es urgente que cambie la política migratoria en México".
Esta décima caravana de madres centroamericanas se lleva a cabo en un momento crucial de la discusión sobre las desapariciones en México: el caso e los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, Guerrero, el 26 de septiembre. "Esperamos que con la fuerza que tienen las protestas del caso Ayotzinapa se una más gente a las marcha para que nos apoye en la búsqueda de los desaparecidos centroamericanos", concluye Rubén. "Sin el apoyo del gobierno tenemos que unir fuerzas como sociedad civil".