Madrid, Amberes y Turín con más muertes por polución
20 de enero de 2021
Publicidad
Así lo revela un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), en colaboración con investigadores del Swiss Tropical and Public Health Institute (Swiss TPH) y de la Universidad de Utrecht, que ha estimado por primera vez la carga de mortalidad atribuible a la contaminación del aire en más de 1.000 ciudades europeas.
La investigación, que publica este miércoles (20.01.2021) la revista 'The Lancet Planetary Health', incluye un ranking de las ciudades europeas con mayor mortalidad atribuible a cada uno de los dos contaminantes del aire estudiados: partículas finas (PM2,5) y dióxido de nitrógeno (NO2).
Los resultados globales indican que si todas las ciudades analizadas fuesen capaces de cumplir con los niveles de PM2,5 y NO2 recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se podrían evitar 51.000 y 900 muertes prematuras cada año, respectivamente.
El estudio asegura que si todas las ciudades fueran capaces de igualar los registros de calidad del aire de la ciudad menos contaminada, la mortalidad evitable sería notablemente mayor: 125.000 muertes prematuras evitables cada año gracias a la reducción de las concentraciones de PM2,5 y 79.000 por la reducción en NO2.
"Hemos observado una gran variabilidad de resultados entre las distintas ciudades analizadas. Los peores datos de mortalidad asociada a NO2, un gas tóxico asociado al tráfico rodado, se encuentran en ciudades grandes de España, Bélgica, Italia o Francia", explicó Sasha Khomenko, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.
"En cuanto a PM2,5, las ciudades con mayor carga de mortalidad se encuentran en la región italiana de la Llanura Padana, en el sur de Polonia y en el este de la República Checa", ha detallado la investigadora.
Para consultar tanto los rankings como los datos de cada una de las ciudades, el ISGlobal ha creado la web www.isglobalranking.org, disponible en inglés, castellano y catalán. (efe)
Siete cambios ambientales que provocará el coronavirus
Desde una rápida caída de la polución hasta la aparición de animales salvajes en las ciudades, la crisis del COVID-19 dejará una huella ecológica notable. Lástima que no siempre para bien.
Imagen: picture-alliance/NurPhoto/I. Aditya
Mejor calidad del aire
La repentina decisión de detener toda la producción industrial ha reducido notoriamente los niveles de polución ambiental. Imágenes satelitales han revelado una clara caída en las cifras de contaminación por dióxido de nitrógeno (NO2), un gas que es emitido principalmente por los vehículos y las fábricas. Este contaminante es responsable de la mala calidad del aire en muchas ciudades.
Imagen: picture-alliance/NurPhoto/I. Aditya
Caen emisiones de CO2
Como el NO2, las emisiones de dióxido de carbono también se han reducido a raíz de la crisis. Cuando la actividad económica cae, también lo hace la contaminación por CO2, algo que ya había sucedido durante la crisis financiera de 2008-2009. Solo en China las emisiones disminuyeron un 25 por ciento cuando el país entró en cuarentena total. Es un hecho, sin embargo, que ese cambio es solo temporal.
Como todo el mundo está confinado en sus hogares, algunos animales han aprovechado la ocasión para investigar. Como andan menos vehículos, hay menos posibilidades de que los pequeños erizos sean atropellados al despertar de su hibernación. Los patos seguramente no lo pasan tan bien, y se preguntan dónde están las personas que les daban pan en el parque.
Imagen: picture-alliance/R. Bernhardt
Ojo con el tráfico de animales salvajes
Los conservacionistas esperan que la crisis del coronavirus ayude a frenar el comercio ilegal de animales salvajes, responsable de llevar a varias especies al borde de la extinción. El SARS-CoV-2 seguramente surgió en un mercado de Wuhan (China) donde se venden animales traficados tanto legal como ilegalmente. Una ofensiva contra este comercio puede ser una buena consecuencia de esta tragedia.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Lalit
Vías fluviales despejadas
Poco después de que Italia entrara en cuarentena, las imágenes de las cristalinas aguas de Venecia dieron la vuelta al mundo. El aspecto fangoso habitual de los canales venecianos se produce por el movimiento de las embarcaciones. Además, con los cruceros atracados, nuestros océanos experimentan un descenso de la contaminación acústica, bajando el estrés que sufren diversas criaturas marinas.
Imagen: Reuterts/M. Silvestri
Aumento de la basura plástica
Pero no hay solo buenas noticias. Uno de los peores efectos colaterales de la crisis es el rápido aumento en el uso de plástico descartable, desde equipos médicos hasta guantes desechables, pasando por la comida envasada. Incluso las cafeterías que siguen abiertas ya no aceptan tazas reutilizables, en un intento por frenar el avance del virus.
Imagen: picture alliance/dpa/P.Pleul
Nadie se acuerda de la crisis climática
Con el coronavirus imponiéndose en todo el mundo, la crisis climática ha sido dejada de lado. Pero esto no la hace menos urgente. Los expertos advierten que las decisiones importantes no deben postergarse, incluso aunque la COP del año 2020 se haya pospuesto. Dado al sistema productivo, y si bien las emisiones han disminuido, es imposible que ese efecto sea a largo plazo. Por eso hay que actuar.