La empresa estadounidense había informado antes a sus trabajadores en Venezuela del cese de sus operaciones de manera indefinida debido a la crisis económica por la que pasa el país caribeño.
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El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, confirmó este martes (15.05.2018) el cierre de la estadounidense Kellogg en el país y anunció que pedirá código rojo a la Interpol para sus dueños y accionistas por marcharse de una forma "ilegal".
"Hoy en Maracay (norte) la empresa Kellogg, en manos de unos inversionistas mexicanos amaneció con las puertas cerradas y les depositaron en las cuentas las prestaciones sociales a los trabajadores lo cual es completamente inconstitucional e ilegal", confirmó Maduro en un acto de campaña en la ciudad de Valencia.
La empresa estadounidense informó hoy a sus trabajadores en Venezuela del cese de sus operaciones de manera indefinida debido a la crisis económica por la que pasa el país caribeño, la peor en toda su historia contemporánea.
"Entregará" la empresa a los asalariados
Maduro señaló hoy que tras ser informado de la decisión de Kellogg inmediatamente dio instrucciones "para que se apoyara a los trabajadores legalmente, logísticamente y la empresa continúe produciendo sus productos para el pueblo de Venezuela sin ningún problema". Comentó que envió además a varios ministros para "entregar" la empresa a los asalariados.
Aseguró que Kellogg tomó la decisión hoy porque solo faltan 4 días para las elecciones "y creen que el pueblo se va a asustar".
El jefe del Ejecutivo, que también es candidato a la reelección el próximo 20 de mayo, anunció que el Gobierno va "a iniciar las acciones judiciales para solicitar el código rojo (de Interpol) para los dueños, accionistas de la empresa Kellog para que paguen en los tribunales".
CT (EFE, dpa)
¡Adiós Bolívar! En la carretera rumbo a una nueva vida
Una parte del pueblo venezolano ya le ha dado la espalda a su presidente al irse de su país. Estos jóvenes viajaron días en autobús para llegar a su nuevo destino.
Imagen: Reuters/C.G. Rawlins
Preparándose para irse
El 2 de noviembre de 2017, Alejandra Rodríguez empaca sus pertenencias en su casa en Caracas, Venezuela, antes de viajar en autobús a Chile. La joven de 23 años es contadora de una empresa de importación. Asegura que nunca había querido dejar Venezuela, y mucho menos en autobús hacia Chile. Dice que lo hace porque no tiene alternativa.
Imagen: Reuters/C.G. Rawlins
Por la carretera
La carretera serpentea junto al mar en Atico, Perú, el 13 de noviembre de 2017, mientras Carlos García Rawlins disfruta de la vista desde la primera fila en el piso superior del autobús. Dijo sentir a veces un sentimiento de vacío mientras el camino desaparecía detrás de una curva y la niebla descendía, cubriendo el horizonte.
Imagen: Reuters/C.G. Rawlins
Viaje agotador
Alejandra Rodríguez duerme mientras viaja en el autobús rumbo a Chile, el 14 de noviembre de 2017. Finalmente, después de siete días de viaje atravesando cinco países, ha encontrado una posición cómoda para dormir en su asiento. O quizás estaba tan cansada que ya no le importaba cómo dormía.
Imagen: Reuters/C.G. Rawlins
Obstáculos en el viaje
La primera parada después de cruzar Ecuador para llegar a Perú. Allá, se dieron cuenta de que la única manera de continuar el viaje era con soles peruanos. Así que acordaron que un grupo iría a una casa de intercambio llevando el dinero de todos, mientras otros esperaban y se ocupaban del equipaje.
Imagen: Reuters/C.G. Rawlins
Lo logramos
Adrián Naveda, Alejandra Rodríguez y su sobrino sonríen después de cruzar la frontera entre Perú y Chile en Arica, el 13 de noviembre de 2017. Llegar a Chile era la meta, pero todos estaban un poco preocupados, porque sabían que era la frontera donde las autoridades podían hacerles preguntas difíciles. Tras salir de la oficina de migración la felicidad y el buen humor regresan.
Imagen: Reuters/C.G. Rawlins
La nueva casa: finalmente llegaron
Alejandra Rodríguez y su hermana Natacha conversan con sus compañeras de piso mientras se preparan para dormir en su nueva casa en Concón, Chile. Natacha, su hijo, su hermana y Adrián llegaron al pequeño apartamento alquilado por un grupo de amigos venezolanos. Aunque éstos ya vivían en condiciones de hacinamiento, ofrecieron a los recién llegados un lugar dónde quedarse.
Imagen: Reuters/C.G. Rawlins
El amor se quedó en Venezuela
Alejandra Rodríguez usa su celular para hablar con su novio que vive en Venezuela. Caminó varias cuadras durante la noche a un centro comercial y se sentó durante horas frente a las tiendas cerradas, para usar la red gratuita de internet y charlar con sus seres queridos en Venezuela.
Imagen: Reuters/C.G. Rawlins
¿Lujo? Solo para los que apoyan el gobierno
Productos de "lujo", como estos en Chile, son muy difíciles de conseguir en Venezuela. El gobierno venezolano distribuye alimentos básicos y subvencionados, pero para obtener uno de los paquetes con atún, aceite, harina o polvo de leche, es necesario pedir una "Carnet de la Patria" y declarar su apoyo al gobierno.
Imagen: Reuters/C.G. Rawlins
Hay trabajo, ¿hay futuro?
Adrián Naveda carga un paquete de comida seca para perros en su primer día de trabajo en una tienda de mascotas en Concón. Adrián salió a buscar trabajo el día después de llegar a Chile. Empezó a distribuir su currículum y, unas horas más tarde, recibió una llamada de una tienda de mascotas en un área comercial cercana a su residencia. Comenzó a trabajar ese mismo día.