El presidente de Venezuela criticó el "chantaje" que a su juicio le está haciendo la UE.
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El gobernante venezolano, Nicolás Maduro, dijo este viernes (19.07.2019) que no aceptará "chantajes" y que nadie le "impondrá acuerdos" en el proceso de diálogo que mantiene con la oposición en Barbados, con el auspicio de Noruega, y que comparó con tragar "arena y piedras".
"Venezuela no se deja presionar ni chantajear por nadie, el diálogo irá al ritmo que tenga que ir, y cuando haya acuerdos, habrá acuerdos soberanos como país", dijo Maduro durante un acto con militantes de su partido transmitido por la televisión estatal VTV.
"Nadie nos impondrá acuerdos", añadió en referencia al "chantaje" que, aseguró, intentó hacer a su Gobierno la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, quien el martes abogó por elecciones "transparentes y controladas a nivel internacional" en Venezuela.
Maduro dijo al respecto que Mogherini "lanzó unas declaraciones infames (y) aberrantes", y que su Gobierno no cederá ante la funcionaria europea, que "está de salida".
"Yo ratifico mi llamado al diálogo, al entendimiento por la paz, con los problemas fundamentales de Venezuela tenemos visiones totalmente diferentes (con la oposición), pero son los diversos, los diferentes, los que tienen que dialogar y poner sobre la mesa puntos de entendimiento", prosiguió.
El Gobierno de Maduro y la oposición, que no se reconocen de forma mutua, instalaron de manera "permanente" una mesa de negociaciones en Barbados, con la mediación de Noruega, y luego de dos rondas de diálogos en Oslo.
Se sabe poco de las negociaciones y su metodología, pero los mismos implicados han dicho que se trabajan seis temas.
Maduro dijo hoy que toma nota de las críticas de algunos sectores del chavismo, que le cuestionan el diálogo con la oposición, a la que tachan de "fascista" y "golpista", y a la que acusan de un intento de magnicidio con explosivos que el venidero 4 de agosto cumplirá un año.
"Yo digo como decía el comandante (Hugo) Chávez: trago arena, trago piedras, pero todo lo hago por la paz de Venezuela. Creo en el diálogo, en la democracia, creo en una cultura de paz, no creo en la guerra, no quiero la guerra", señaló.
Venezuela atraviesa por un alto pico de tensión política desde enero pasado, cuando Maduro juró otro período de 6 años que no reconocen la oposición y parte de la comunidad internacional porque a los principales líderes opositores se les impidió participar en esos comicios.
En respuesta, el líder de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), Juan Guaidó, se adjudicó las competencias del Ejecutivo como presidente encargado en interpretación de varios artículos de la Constitución venezolana.
eal (efe, afp)
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Los venezolanos encuentran refugio y solidaridad en Colombia
Maicao es famosa por su tráfico de drogas y personas, violencia y explotación sexual. Los refugiados venezolanos que viven allí son un blanco fácil. Pero un centro de recepción dirigido por ACNUR ofrece una salida.
Imagen: DW/Eline van Nes
Esperar en fila por comida
Los migrantes venezolanos hacen fila para verificar su número de registro y otros detalles antes de recibir su almuerzo. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU sirve comida tres veces al día.
Imagen: DW/Eline van Nes
Un techo en circunstancias difíciles
Filas de carpas provistas por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) se extienden para los venezolanos migrantes en el centro de recepción en Maicao y brindan la mayor comodidad posible en estas circunstancias.
Imagen: DW/Eline van Nes
Buscar una salida
El centro de recepción recientemente inaugurado en Maicao, en la región de La Guajira, una colaboración entre ACNUR y las autoridades colombianas, es el primero de su tipo en Colombia. Las agencias gubernamentales locales y nacionales solicitaron ayuda a ACNUR debido al constante flujo de migrantes y refugiados venezolanos que cruzan la frontera hacia Maicao.
Imagen: DW/Eline van Nes
Sin un propósito y con la salud amenazada
Domingo Fernández, un experiodista y profesor de 72 años, solía escuchar sobre los refugiados y verlos en las noticias, pero nunca pensó que terminaría en un refugio también. Habiendo trabajado la mayor parte de su vida, ahora se siente inútil. Cada mañana se levanta, espera su desayuno y riega el área cerca de la entrada de su tienda de campaña porque el polvo está afectando sus pulmones y ojos.
Imagen: DW/Eline van Nes
Esperando una vida mejor
Rusmari Luna trajo un brazalete de Venezuela que su madre le hizo para el viaje. Tuvo que irse con sus hijos porque ya no podía mantenerlos. Ella cuenta que algunas personas en Venezuela entregan sus hijos a otras familias, otras los abandonan en las calles. También dice que encontraba esas historias difíciles de creer, pero ahora entiende lo desesperadas que están algunas de esas personas.
Imagen: DW/Eline van Nes
Soñar con casa
Rosmery Castillo dejó Venezuela hace un mes con dos de sus hijos y dejó un tercero con su hermano. Era enfermera en Valencia, pero la alta inflación desaparecía su salario mínimo y la dejaba sin casi nada para comprar comida. Ella planea regresar a Venezuela tan pronto como la situación mejore para estar con su madre y su abuela, a quienes tuvo que dejar atrás.
Imagen: DW/Eline van Nes
Compartir el techo y la voluntad de sobrevivir
Rosmery Castillo (34, izquierda) y Vanesa Añez (19) no se conocían cuando ambas llegaron al centro de recepción de ACNUR al mismo tiempo. Ahora comparten una carpa.
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Una mano amiga
Una clínica de la Cruz Roja Colombiana en el centro de recepción atiende los problemas de salud que pueden sufrir los migrantes y refugiados, como los problemas pulmonares causados por el polvo del desierto de La Guajira.
Imagen: DW/Eline van Nes
Solidaridad y entendimiento
La xenofobia siempre está acechando en el fondo, pero La Guajira tiene una conexión histórica con la ciudad venezolana de Maracaibo. Muchas personas de La Guajira se mudaron a Venezuela durante el conflicto colombiano de las FARC. Hay solidaridad entre personas de ambos lados. También hay muchos desplazados internos en Colombia, que entienden cómo es para los venezolanos estar en esta situación.
Imagen: DW/Eline van Nes
Tomar la ruta legal
El cruce oficial entre Colombia y Venezuela está marcado por algunas vallas y soldados haciendo guardia. Hay una forma oficial de cruzar entre Colombia y Venezuela, pero también unos 150 atajos ilegales, muchos de los cuales terminan justo en frente del cruce oficial.