El hombre fuerte de Caracas, Nicolás Maduro, está cada vez más aislado, de cara al mundo, y pobre de simpatizantes genuinos, puertas adentro. Tres candidatos presidenciales juran querer impedir que él sea reelecto.
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Conocedores del acontecer latinoamericano coinciden en que la desaparición física de Hugo Chávez (5.3.2013) exacerbó las fricciones ya existentes entre el ala civil del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), liderada por Nicolás Maduro, y su ala militarista, comandada por Diosdado Cabello. Se arguye que ese reacomodo de fuerzas restringió de antemano el margen de maniobra de Maduro cuando asumió la presidencia de la nación caribeña en 2013, a pesar de que, en vida, Chávez lo había ungido como su sucesor.
Sin embargo, la muerte del líder carismático no explica del todo el recorrido pleno de errores y contradicciones que ha conducido a Maduro al lugar donde hoy se encuentra: cada vez más aislado, de cara al mundo, y pobre de simpatizantes genuinos, puertas adentro. Tres candidatos presidenciales juran querer impedir que él sea reelecto en los comicios anticipados de este domingo (20.5.2018). Todo ellos cuentan con el apoyo de autoproclamados "chavistas no maduristas”; sólo uno, Henri Falcón, resulta potable, también para un segmento de la oposición antichavista.
El miedo al hambre
“Todos contra Maduro”, parece ser el eslogan de la hora. No obstante, las encuestadoras le auguran las más altas probabilidades de triunfo al político supuestamente nacido en Caracas el 23 de noviembre de 1962. ¿Cómo es posible? “Aunque los sondeos de opinión sugieren que muchos rechazan la gestión del Ejecutivo, se estima que alrededor de la mitad de la población del país depende de los alimentos subsidiados para comer”, explica el economista Alejandro Márquez Velázquez, de la Universidad Libre de Berlín, en entrevista con DW.
El miedo al hambre, esgrime el experto, es lo único que Maduro puede instrumentalizar a su favor tras el fracaso de todas sus medidas para frenar el descalabro económico de Venezuela (o tras el éxito de todas sus mociones para acelerarlo, según otros especialistas). Ni la “lucha anticorrupción” de la “Revolución Bolivariana” impidió que sus burócratas ocultaran miles de millones mal habidos en paraísos fiscales ni la criptomoneda acuñada, el petro, impulsó la independencia financiera del país, por citar dos fiascos.
Colombia denuncia maniobra electoral de Maduro
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Hombre de confianza
Cuando el difunto Chávez fue elegido presidente de Venezuela en 1998, Nicolás Maduro ya era uno de sus hombres de confianza. Siendo representante sindical de los trabajadores del Metro de Caracas, Maduro visitó a “el Comandante” en la prisión donde éste cumplía condena por la intentona golpista que co-dirigió el 4 de febrero de 1992. En ese contexto conoció a Cilia Flores, la abogada de Chávez que terminaría siendo su pareja y una de las personalidades más influyentes entre los artífices de la Revolución Bolivariana.
Según el sitio web poderopedia.org, publicación de referencia para entender quién es quién en los ámbitos venezolanos de la alta política y la economía, Maduro debutó como diputado en 1998 en representación del partido de Chávez (Movimiento Quinta República) y fue miembro de la Asamblea Nacional Constituyente en 1999. En 2000 obtuvo una curul en la Asamblea Nacional y llegó a presidir el Parlamento en 2005. Al año siguiente, Chávez lo colocó al frente del Ministerio de Exteriores, donde estuvo durante seis años y medio.
Poderes especiales
En 2012, Chávez anunció que padecía una enfermedad seria y le pidió a sus seguidores que apoyaran a Maduro –entonces vicepresidente– si la situación llegara a ameritarlo. Muchos se preguntaban si él estaría preparado para sustituir a su mentor; pero, por otro lado, su don como canciller había sido elogiado hasta por críticos del chavismo. Tras la muerte de Chávez (5.3.2013) y después de vencer –por un margen menor al 2 por ciento– a Henrique Capriles Radonski en unos comicios controvertidos, Maduro asumió la jefatura del Gobierno en 2013.
Aunque analistas conceden que el Ejecutivo de Maduro dio pasos hacia una gestión pública menos dogmática ideológicamente, más pragmática en términos políticos y económicos, al hombre fuerte de Caracas se le continuó atribuyendo una limitada capacidad de mando, incluso tras recibir poderes especiales para legislar por decreto durante años. El 19 de abril de 2018 cumplió un lustro en la presidencia, asediado por la crisis fiscal que heredó de su predecesor, el desplome de los precios del crudo y problemas de su propia cosecha.
Mala estrella
Maduro lleva sobre sus hombros las secuelas de un modelo económico y un férreo control de cambio contraproducentes, del deterioro de la petrolera estatal y del consecuente descenso de su producción, y de sus enfrentamientos con adversarios, dentro y fuera del país: en 2014 y 2017 se registraron feroces protestas antigubernamentales, y desde 2015 circulan graves imputaciones contra funcionarios oficialistas que hasta han sido sancionados desde el exterior por corrupción, narcotráfico y violación de derechos humanos.
Desde entonces no han dejado de estallar escándalos en torno al “delfín” de Chávez; cuando no por el celo con que oculta su partida de nacimiento –presuntamente para evitar que se sepa que no es venezolano de nacimiento y que eso lo incapacite ipso facto como jefe de Gobierno–, entonces por sus múltiples y flagrantes arremetidas contra el Estado de derecho. Apartando su mala estrella, también sus desafueros lo han convertido en blanco de ataques constantes que aluden a su falta de aptitud, formación y experiencia.
“Es chocante el desdén con que se habla de los orígenes de Maduro como chofer de autobuses”, comentaba en entrevista con DW el "dinosaurio” de la izquierda alemana Wolfgang Gehrcke, el último parlamentario germano en autoproclamarse comunista. Pero también hay, entre sus allegados, quienes dudan de su madurez política para seguir llevando las riendas del país. Politólogos alertan, eso sí, que tomar a Maduro por tonto es lo peor que pueden hacer quienes aspiren a comprender el status quo en Venezuela.
Evan Romero-Castillo (CP)
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Venezuela, de elección en elección
Después de los comicios en los que la oposición le arrebató la mayoría de los escaños en el Parlamento venezolano, el partido de Nicolás Maduro ha usado su hegemonía institucional para evitar nuevos reveses en las urnas.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/A. Cubillos
Comicios controvertidos
La reelección de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela fue reconocida por Bolivia, China, Cuba, Ecuador, Irán, Rusia, el oficialismo sirio y Turquía. Los países que no ven en Maduro a un mandatario legítimo son Argentina, Australia, Brasil, Canadá,Chile, México, Paraguay, Perú y Estados Unidos. Tampoco la Unión Europea reconoce su reelección. (21.5.2018)
Imagen: picture-alliance/AP Photo/A. Cubillos
Maduro aspira a la reelección
Tres hombres que alguna vez tuvieron nexos con el oficialismo dicen querer impedir que Maduro gane las presidenciales del 20 de mayo: Reinaldo Quijada atribuye la crisis nacional a un “desgobierno absoluto” y el líder pentecostal Javier Bertucci describe a sus seguidores como “chavistas inconformes”, pero es el exmilitar Henri Falcón quien luce como el principal rival de Maduro. (18.5.2018)
Imagen: picture-alliance/AP Photo/A. Cubillos
Purga castrense
Analistas advierten el desarrollo de una purga extraordinaria en la institución castrense venezolana: Maduro expulsó de las Fuerzas Armadas a once jóvenes soldados y degradó a trece oficiales de alto rango por presunta traición a la patria y sospechas de espionaje. Días más tarde, el 2 de marzo, nueve uniformados fueron llevados ante un tribunal militar por instigación a la rebelión. (28.2.2018)
Imagen: picture-alliance/Photoshot/B. Vergara
Volátil calendario
El CNE anunció que las elecciones presidenciales, originalmente pautadas para diciembre de 2018, se realizarían el 22 de abril, a pesar de que la Unión Europea y dieciséis países americanos advirtieron de antemano que no reconocerían los resultados de esos comicios tal como estaban siendo programados. El 1 de marzo siguiente, los comicios fueron pospuestos hasta el 20 de mayo. (7.2.2018)
Imagen: Getty Images/AFP/F. Parra
Elecciones presidenciales
Los miembros de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente (foto) aprobaron la solicitud hecha por el Ejecutivo de adelantar las elecciones presidenciales (pautadas originalmente para diciembre de 2018) y decretó que los votantes debían ir a las urnas antes de mayo. El Gobierno pateó así la mesa donde negociaba con la oposición. El último diálogo había tenido lugar en 2016. (23.1.2018)
Imagen: Reuters/Miraflores Palace
“La masacre de El Junquito”
Así fue bautizado extraoficialmente el desenlace del operativo con que las fuerzas de seguridad venezolanas pretendían capturar a Óscar Pérez (foto), quien se esmeró en presentarse como el enemigo número uno del régimen chavista. Pérez, exinspector de la Policía científica del país, y otros seis rebeldes empeñados en derrocar a Maduro murieron bajo una lluvia de balas y cohetes. (15.1.2018)
Imagen: Getty Images/AFP/I. Zugasti
Elecciones municipales
Estados y organismos multilaterales se niegan a reconocer la legitimidad de los gobernadores elegidos el 15 de octubre de 2017 en circunstancias opacas y juramentados poco después (foto) en ceremonias inconstitucionales. Indiferente a la protesta internacional, el Gobierno venezolano convoca a comicios municipales. Buena parte de la oposición los boicotea. (10.12.2017)
Imagen: picture-alliance/Zumapress/E]Avn
Elecciones regionales
Tiene lugar la elección de gobernadores que, por ley, debía haberse realizado un año antes; alineado con el Ejecutivo, el Consejo Nacional Electoral la había suspendido sin mayores explicaciones el 18 de octubre de 2016. La desconfianza en el CNE hace que la mayor alianza opositora se divida entre quienes participan en comicios, a pesar de las dudas, y quienes los boicotean. (15.10.2017)
Imagen: picture-alliance/ZUMAPRESS.com/J. C. Hernandez
Asamblea Nacional Constituyente
Nicolás Maduro fue ratificado unánimemente como presidente del país por los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente que él mismo pidió elegir el 30 de julio de 2017 en condiciones tachadas de inconstitucionales (por reporteros de la agencia de noticias Reuters) y fraudulentas (por Smartmatic, la empresa a cargo de procesar los votos electrónicamente en Venezuela). (10.8.2017)
El Parlamento hizo una consulta popular (foto) en la que, según sus registros, participaron 7,3 millones de personas. El 98,4 por ciento de ellas se pronunció contra el llamado de Maduro a elegir una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) sin voto universal ni directo. Eso no impidió que la elección de la ANC se llevara a cabo el 30 de julio de 2017. (16.7.2017)
Imagen: Picture Alliance/AP Photo/A. Cubillos
“Golpe judicial”
Las calles son tomadas por la segunda gran ola de protestas contra el Gobierno de Maduro. La oposición convocó a manifestaciones días después de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) despojara de sus facultades legislativas a los miembros del Parlamento, de mayoría opositora. Estas protestas terminarán en julio de 2017 con más de cien muertos y centenares de presos políticos. (1.4.2017)
Imagen: picture-alliance/AP/F. Llano
Diálogo truncado
Oficialismo y oposición se acusan mutuamente de sabotear la búsqueda de una tregua para solucionar la crisis de gobernabilidad y de incumplir los acuerdos alcanzados. Chavistas y antichavistas también esgrimen reproches contra los auspiciantes del diálogo –el Vaticano y UNASUR– que empezó el 30 de octubre. Las negociaciones no fueron retomadas en enero de 2017 como se había anunciado. (7.12.2016)
Imagen: Reuters/Miraflores Palace
Plebiscito accidentado
La oposición protestó ante la máxima autoridad electoral alegando que sus requisitos para la realización de un referendo revocatorio buscaban imposibilitar el proceso. Más tarde, el 20 de octubre, el CNE suspendería por completo la organización del plebiscito –que debía celebrarse antes del 10 de enero de 2017– en respuesta a acusaciones de fraude hechas por voceros del oficialismo. (21.9.2016)
Imagen: Reuters/C. G. Rawlins
Guerra entre poderes
El Tribunal Supremo de Justicia (foto) declaró inválidas todas las sesiones y decisiones del Parlamento posteriores al 28 de julio. Fue en esa fecha cuando la corte de mayor rango declaró que la Asamblea Nacional estaba en desacato por reincorporar a diputados opositores cuyos nombramientos habían sido impugnados por el oficialismo en enero de 2016. (5.9.2016)
Imagen: Getty Images/AFP/F. Parra
Una meta, cuatro rutas
La mayor alianza de partidos opositores (MUD) presentó varias estrategias constitucionales para acortar el mandato de Maduro: exigir su renuncia, enmendar la Carta Magna para reducir la duración de los Gobiernos de seis a cuatro años y llamar a la elección de una Asamblea Constituyente con miras a refundar la república. Finalmente, la MUD optaría por organizar un referendo revocatorio. (8.3.2016)
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Guiterrez
Impugnados diputados opositores
Tras refutar los resultados electorales en varias circunscripciones, el PSUV logró que el Tribunal Supremo de Justicia –dominado por fichas del oficialismo– suspendiera la proclamación de tres diputados antichavistas y limitara las prerrogativas de la oposición al reducir su incipiente hegemonía en el Parlamento, de una mayoría calificada de dos tercios a una de tres quintos. (06.01.2016)
Imagen: Reuters/M. Bello
Cambios de última hora
El Poder Judicial, que es de facto el brazo ejecutor y normativo del Gobierno de Maduro, fue renovado por los diputados oficialistas salientes cuando el período parlamentario 2011-2016 ya había culminado y los empleados del Tribunal Supremo de Justicia (foto) ya se hallaban de vacaciones. Todos los jueces nuevos, leales al PSUV, han favorecido al Ejecutivo con sus decisiones. (26.12.2015)
Imagen: Getty Images/AFP/A. Alvarez
Preludio de la crisis de gobernabilidad
El hombre fuerte de Caracas, Nicolás Maduro, prometió aceptar los resultados de las elecciones legislativas del 6 de diciembre de 2015; pero tan pronto se constató que la oposición había obtenido la mayoría de los escaños en la Asamblea Nacional, el partido de Gobierno (PSUV), que controlaba todos los poderes públicos, tomó medidas para restringir las prerrogativas del Parlamento. (9.12.2015)