Tagesspiegel, de Berlín: "¿Tenía razón Samuel Huntington al vaticinar un enfrentamiento entre las culturas? (...) A los televidentes se les confronta por estos días con imágenes que sugieren amenazas difusas. Aún cuando ambos acontecimientos -los esfuerzos de Irán por hacerse de energía nuclear y el enojo desatado por las caricaturas del profeta Mahoma- no tienen una relación causal, la relación temporal los funde en un sólo conglomerado político y explosivo; como si un director de Hollywood estuviera elaborando un guión sobre los temores más sombríos de Huntington. (...) Las democracias occidentales deben diferenciar y no hablar en absolutos. (...) Es importante reconocer que no son los "musulmanes" los que movilizan en contra de Occidente, se trata de movimientos orquestados por actores no democráticos en contra de la democracia."

Manifestaciones instrumentalizadas

Jyllands-Posten, de Dinamarca: "Extremistas políticos y religiosos conjuntamente con activistas amenazan prenderle fuego al Cercano Oriente. Los ataques en contra de la embajada danesa y otras representaciones diplomáticas amenazan con extenderse a toda la región. Es probable que esta movilización esté instrumentalizada desde muy arriba. (...) Nadie imaginó, ni en sus más salvajes fantasías, que los ataques a la publicación de las caricaturas de Mahoma en este periódico desencadenarían manifestaciones de esta envergadura, que hacen incluso peligrar a ciertos regimenes. (...) La causa de este violento desarrollo en la región se encuentra en otro lugar. Hace tiempo que evolucionaba en los países que tienen una débil postura frente al avance del fundamentalistas religioso."

No capitular ante el chantaje

Le Figaro, de París: "La religión es sólo un pretexto en esta batalla ideológica. Aún más que los consejos del profeta, los ideólogos islamistas siguen los consejos de Clausewitz, Lenin, Hitler y Mao. Los islamistas radicales quieren destruir los valores liberales y la idea de la felicidad que atrae lenta pero irresistiblemente a las elites árabes y a los musulmanes. (…) Hay muchos motivos por los que Occidente debe mostrar firmeza. ¿Cómo se pude defender el futuro de la democracia que dice estar ligada a los derechos humanos, si se capitula ante la primera extorsión?

Defender la libertad de opinión

Gazeta Wyborcza, de Polonia: "Para informar sobre el debate y como gesto de solidaridad con los daneses, algunos periódicos occidentales publicaron las caricaturas de Mahoma, el sábado lo hizo así el diario polaco "Rzeczpospolita". El gobierno lo criticó duramente aduciendo que estas caricaturas hieren los sentimientos de los musulmanes y violan las fronteras de la libertad de expresión. Este es un error: la libertad de opinión no puede prohibirse sólo porque pueda lastimar a un grupo. ... Las palabras del ministro de Exteriores que se disculpó ante los musulmanes son exageradas, especialmente por el hecho de que no condenó los actos de violencia contra las embajadas danesas. No es correcto que en el esfuerzo por dialogar con el Islam se publiquen estas caricaturas; pero es aún menos correcto ceder a este tipo de extorsión y permitir que fanáticos determinen mediante sus amenazas lo que puede o no publicarse en los medios libres."