Corren tiempos de carnaval en Alemania, una festividad de la cual el FC Colonia era el gran protagonista en el oeste del país. Hace no mucho, incluso, circulaba la imagen de Steffen Baumgart enfundado en disfraces mientras gozaba de la luna de miel con el equipo carnavalero. Pero el confeti dejó de caer sobre los carros alegóricos, y el año pasado el equipo marchó escoltado hasta el descenso para infortunio de la cuarta ciudad alemana más grande.

A todo esto, Baumgart ya había sido cesado en diciembre de 2023 y Timo Schulz no logró evitar la debacle confirmando lo que en Colonia es toda una costumbre: su constante vaivén entre la primera y la segunda división del fútbol alemán. Baumgart, actual entrenador del Unión Berlín, parece no haberse recuperado de los nostálgicos ayeres si consideramos su meritorio paso como uno de los entrenadores que más hizo vibrar a la afición colonesa en años recientes. Tan solo la semana pasada vio a su equipo caerse a pedazos en la goleada 6-0 ante un renacido Borussia Dortmund.

Así, la realidad es que el carnaval no se fue de Colonia, solo se ha dejado seducir por una ciudad vecina y su buen andar en la Bundesliga.

La nueva casa del carnaval

A todas luces, el espíritu festivo del pintoresco carnaval se ha mudado de sede en el plano futbolístico. Hoy el trono lo ocupa el Mainz 05, el equipo revelación de esta temporada de Bundesliga. Hoy un tal Bo Henriksen tiene motivos para ponerse el disfraz de príncipe y celebrar su camino rumbo a la Champions Legue.

El danés tiene al equipo un peldaño abajo de puestos de "champions”, es decir, el decoroso quinto sitio corresponde al Mainz 05 a falta de once fechas por disputarse en el torneo doméstico. Tarde o temprano lo de Henriksen iba a acaparar las miradas en el fútbol alemán. Y es que tan solo en febrero del año pasado el rastro del carnaval era nulo: el equipo llevaba una mísera y solitaria victoria, y se le veía penúltimo en la general nueve puntos debajo del puesto 15 que asegura la permanencia en la categoría.

Tuchel no, Klopp tampoco

La salvación fue obra y mérito de Henriksen. No solo espabiló al equipo de manera inmediata, también se alzó con la victoria en seis de los entonces trece partidos restantes para mantener al Mainz en la máxima división. Le pese a quien le pese, hoy tiene la mejor marca de todos los entrenadores de Bundesliga con una media de 1,7 puntos por partido.

Cuando mucho se dijo del buen arranque de torneo de equipos como el RB Leipzig y Stuttgart, el Mainz supera a ambos en la clasificación en plena temporada de carnaval. Y lo mejor, a punto está Henriksen de verse las caras con Marco Rose, entrenador de los "toros rojos” del Leipzig, en duelo directo por colarse a la Liga de Campeones. Ambos igualados con 38 unidades, Mainz con mejor diferencia de goles.

Y otro dato sobresaliente: esos 38 puntos tras 23 jornadas son una marca que ni Thomas Tuchel ni el propio Jürgen Klopp consiguieron en su etapa al frente del conjunto renano. Con Henriksen en estado de gracia, el anhelo de volver a justas europeas comienza a materializase; pero antes de eso, que no pare la fiesta en Mainz.