"Maldivas de Novosibirsk": tóxico paraíso para instagrámers
12 de julio de 2019
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Un vertedero industrial de Siberia con apariencia de paraíso tropical de aguas turquesas se ha convertido en un imán para instagrámers que desean posar para sus seguidores en una imagen idílica. Modelos en bikini, surferos, parejas a la búsqueda de una imagen romántica... todos acuden ante el reclamo de un fondo de ensueño para sus selfies. El lugar es conocido como las "Maldivas de Novosibirsk". Pero la Compañía Eléctrica de Siberia advierte que el brillante color de las aguas del paradisíaco lago se debe al óxido cálcico, una sustancia venenosa diluida en aguas poco profundas. Según una portavoz de la empresa, no resulta venenoso acercarse al lugar, pero las aguas tienen un elevado nivel de acidez. Además, los desechos que acaban en el fondo de las aguas son de textura parecida al barro, "por lo que si uno cae dentro, es difícil salir". Por otro lado, la compañía ha instalado bloqueos para impedir el acceso a los autos, pero a pie todavía es posible acercarse al lugar. A pesar de que proliferan las señales de "Zona de peligro", los instagrámers siguen llegando y el número de "me gusta" que consiguen atraen a otros "influencers" de las redes sociales. Las mejores imágenes hasta el momento están alojadas en la cuenta de Instagram llamada "Novosibirsk Maldivas". Los locales, por su parte, aluden a lugar como "Maldibirsk". La Compañía Eléctrica de Siberia advierte en su página de internet de que el lago es una "zona industrial, no una reserva natural ni un parque acuático" y señala el peligro de utilizar las aguas o las plantas que allí crecen. (afp)
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Cambio climático: maravillas que hay que visitar antes que desaparezcan
Desde la Gran Barrera de Coral hasta los majestuosos glaciares, crece el número de turistas que visita lugares que se teme desaparecerán con el cambio climático.
Imagen: picture-alliance/McPhoto/SBA
Tesoro con fecha de caducidad
Dos millones de personas visitan anualmente la Gran Barrera de Coral. Una encuesta realizada en 2016 descubrió que el 69% de ellos quería ver este patrimonio mundial de la Unesco "antes que fuera demasiado tarde". Y no debe sorprendernos. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático dijo que si no se limita el calentamiento global, el 99 por ciento de los corales desaparecerá.
Imagen: picture-alliance/dpa/N. Probst
Por ver a los osos
¿Pero no resulta desastroso volar en avión para visitar estos lugares? Un estudio de 2010 descubrió que los safaris para ver osos polares en Churchill, Canadá, dejan una huella de carbono de 20 megatones. La mayoría de los turistas llega en avión, y si bien el 88% asume que los humanos somos responsables del cambio climático, solo el 69% está de acuerdo en que viajar en avión daña el planeta.
Imagen: picture-alliance/McPhoto/SBA
Arte apocalíptico
Junto con el oso polar, los icebergs esculpidos por el aumento de la temperatura son imágenes icónicas del cambio climático. Deslizarse entre los gigantes que se derriten en un crucero es una experiencia inolvidable por la que los turistas están dispuestos a pagar fuertes sumas. A principios de los 90, solo 5.000 personas visitaban la Antártida cada año. En 2018 fueron 46.000.
Imagen: S. Weniger/M. Marek
Temporada alta
No hay que visitar los polos para ver cómo se derriten los hielos. La nevada cima del Kilimanjaro es una de las postales más impresionantes que se ven en la sabana ecuatorial, donde los negocios relacionados con el turismo generan anualmente 44 millones de euros. Muchos visitantes suben al glaciar Furtwängler, que en el último siglo ha perdido el 85 por ciento de su hielo.
Imagen: picture-alliance/dpa/R. Schnoz
Rey sin corona
El Parque Nacional de los Glaciares tenía más de 100 de esos glaciares en 1910. Ahora hay poco más de dos docenas. Tan dramático es este retroceso que el parque se ha convertido en un centro para la investigación climatológica. Unas 3 millones de personas visitan anualmente la "corona del continente" para observar los últimos restos de una gloria que estuvo cubierta de hielo.
Imagen: Imago Images/Aurora/J. Miller
Paraíso perdido
Las Maldivas son un paraíso turístico. 1.200 islas de coral con playas de arenas blancas que se encuentran apenas a 2,5 metros sobre el nivel de las aguas. En 2017, el presidente decidió construir nuevos aeropuertos y resorts para recibir siete veces más turistas y usar los ingresos en la construcción de nuevas islas y reubicar comunidades. Luego fue expulsado del cargo y acusado de corrupción.
Imagen: Colourbox
Pantanos de agua salada
No solo las islas quedarán sumergidas ante el crecimiento del nivel de los océanos. Humedales como los Everglades de Florida también están desapareciendo. En el último siglo, cerca de la mitad fue drenada para ser utilizada como terreno agrícola. Ahora, el agua salada se está filtrando, haciendo que éste sea el único patrimonio mundial de Estados Unidos que se halla en peligro.
Imagen: Imago/Robertharding/F. Fell
Perturbando la paz
Charles Darwin notó que la fauna única de las Galápagos respondía a generaciones de vida aislada. Hoy, las islas son invadidas y asediadas por los turistas y el cambio climático, que está ocurriendo demasiado rápido, impidiendo que las especies se adapten a estas transformaciones. El calentamiento global ha dejado a criaturas únicas, como la iguana marina, al borde de la desaparición por hambre.